A todo ritmo. Jessa James

A todo ritmo - Jessa James


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y salió hacia su coche, les anunció a sus padres que se estaba yendo y que encontraría la forma de tener éxito por su cuenta.

      No fue hasta que su coche estaba en la autopista y había conducido algo de tiempo que se calmó lo suficiente para darse cuenta de lo que había hecho. No podía regresar a casa y dudaba que pudiera regresar a su trabajo en la empresa. Su hermana vivía con tres compañeros en su apartamento, así que ir ahí era imposible y Mary estaba fuera de la ciudad por algunos días. Serena se dio cuenta de que debió haber pensado esto con más cuidado, pero ya no había vuelta atrás.

      No tenía lugar donde vivir, no tenía un trabajo, no tenía mucho dinero ahorrado y no tenía idea cómo iba a lograr salir de su predicamento.

      Serena volteó su coche y se dirigió en dirección del apartamento de Josh. Tal vez él le tendría lástima una vez más y le permitiría quedarse en su otra habitación hasta que Mary regresara. Al menos esperaba que estuviera ahí para poder desahogarse.

      Y al parecer, él estaba en casa. Una mirada a su cara llena de lágrimas, sus hombros decaídos y su mochila de viaje fue todo lo que necesitó para llevarla a su apartamento sin preguntas.

      Y resultó que Josh no estaba solo, pero él la había llevado directo a la cocina, le sirvió otra copa enorme llena de vino y le ordenó que se quedara ahí un segundo.

      Serena escuchó un chillido de la sala, una voz femenina no muy contenta. “¿En serio, Josh, alguien toca tu puerta y ahora me estás echando? ¿En medio de qué?” dijo la mujer misteriosa casi gritando.

      Josh había respondido en una voz tan baja que ella no pudo descifrar las palabras que le había dicho a la mujer. Pero ella pudo escuchar la respuesta de la mujer con claridad. “No me importa una mierda lo que sucedió. No puedes tratar así a una mujer, Josh. No puedes echar a una mujer segundos después de que tú… ¡Imbécil!”

      La mujer ya estaba gritando a todo pulmón. ¿Podría haber escogido un peor momento para visitar a Josh?

      Una vez más, la respuesta de Josh fue tan baja que ella no pudo escucharla, pero con la respuesta de la mujer no fue difícil descifrar lo que había dicho.

      “No vuelvas a contactarme, Josh. De hecho, pierde mi número. ¡Púdrete!” y luego tiró la puerta.

      Cuando Josh regresó a la cocina, ella notó por primera vez que él tenía el cabello despeinado y sus jeans estaban desabrochados, pero él no dijo nada. Serena se sonrojó.

      “¿Qué sucedió, Ser?”

      Serena había odiado ese sobrenombre al inicio. Después de conocerse de niños, él había decidido que la segunda parte de su nombre era redundante y había comenzado a llamarla “Ser”. Con el paso de los años le agarró cariño y apenas lo escuchó, ella comenzó a narrar toda la saga de los últimos días.

      Él le ofreció de inmediato la segunda habitación. Le dijo que se pusiera cómoda y se relajara y que iba a ayudarla a descifrar todo.

      Y así fue como se despertó con la segunda resaca por vino en una semana y ahora no tenía idea lo que iba a hacer.

      5

      Había pasado una semana y no había cambiado mucho. Josh le había ofrecido amablemente que se mudara con él por ahora, diciendo que podría pagarle lo que pudiera para la renta. Serena había aceptado la oferta, ya que no tenía otro lugar dónde ir.

      Sin el apoyo de sus padres, la escuela de diseño estaba fuera de los planes hasta que ella pudiera ahorrar lo suficiente para matricularse y tal vez pedir un préstamo.

      Katie había estado sacando sus cosas a escondidas durante sus visitas a la casa, así que su pequeña habitación en casa de Josh ya estaba bastante llena. Serena le pidió a su hermana que no le siguiera trayendo cosas.

      Serena decidió que definitivamente iba a seguir una carrera en la moda. Su orgullo no le permitiría rendirse después de todo lo que había sucedido. Pero la única forma que podía hacerlo ahora era consiguiendo un trabajo en una tienda. Así que ella se pasó la última semana postulando a cada posición que encontrara y limpiando el apartamento.

      Serena no tenía mucho, pero tenía algunos ahorros, sus gastos personales nunca habían sido un problema cuando vivía en casa. Así que insistió en pagarle algo a Josh por la renta y compró algo de comida. Serena fue lo suficiente consciente para reemplazar las dos botellas de vino que había tomado durante sus dos mini quiebres emocionales.

      Serena pensó que estaría bien por un tiempo, siempre y cuando dejara de ir de compras y gastar bien su dinero, a pesar de lo difícil que sería eso. Aun así, no tenía suficiente dinero ahorrado para la escuela de diseño y ese objetivo sería imposible si no conseguía un trabajo.

      Mary había llegado ayer de su viaje, estaba furiosa de que Serena no la hubiera llamado de inmediato e hizo la misión de su vida animar a Serena. Al menos por esta semana.

      La noche anterior había venido y habían mirado películas para chicas, seguidas de películas malas de acción mientras comían palomitas, helados y muchos otros snacks hasta que se quedaron dormidas en el sofá.

      Mary le había escrito hace un rato para decirle que se arreglara. “¡Vamos a ir a bailar!” le había dicho triunfante por alguna razón y ella se rehusó a recibir un no por respuesta.

      “Vas a dejar de sentarte en ese apartamento y esperar que la vida te suceda. Vamos a hacer que funcione esta noche. Al menos por esta noche, tu vida será tomar demasiados cócteles, mover tu precioso trasero con la música y tal vez tomar algunas malas decisiones de las que podremos arrepentirnos la mañana siguiente.” El entusiasmo de Mary era imparable, así que aceptó.

      A ella no le gustaba ir mucho a los clubs, y definitivamente era algo que no hacía muy seguido, pero Mary tenía razón. Serena lo necesitaba, necesitaba salir de este lugar.

      Además, ya se le acabaron los snacks después de su pequeña fiesta con Mary la noche anterior y había consumido suficiente azúcar para varias vidas, así que repetir lo mismo no sonaba muy atractivo. Además, si ella no aparecía en el club para encontrarse con Mary y varios amigos, Serena sabía que Mary aparecería y la arrastraría fuera del apartamento. Así que, con un último vistazo en el espejo, ella agarró su cartera y tomó un taxi hacia el club.

      Serena vio a Mary y a dos de sus amigas esperando en la línea para entrar. Ella había conocido a las amigas de la universidad de Mary una o dos veces y parecían agradables. Pero el sonido que salía del club era demasiado. Se preguntó si tal vez vendían tapones para los oídos adentro...

      “¡Me encanta esta canción! ¿No te gusta esta canción?” Exclamó Mary y comenzó a hacer un pequeño baile en la acera.

      “Uhm, ¿quién la canta?” Serena escogió la opción segura; estaba segura de que no la había escuchado antes y por lo que podía escuchar, no le gustaba.

      Las tres chicas a su alrededor la miraron como si le hubieran salido un par de cuernos. Serena consideró tocarse la frente para revisar antes de que ellas gritaran, “¡Misery, amiga!” gritaron casi al mismo tiempo.

      “Claro, por supuesto.” Todavía no tenía idea de quién estaban hablando. Pensó que tal vez había escuchado el nombre en la radio, pero este tipo de música no era del tipo que se escuchaba en la casa de sus padres.

      Clásica, sí. Pop en raras ocasiones. ¿Pero rock? Si es eso lo que era. Por supuesto que no.

      Hablaron un poco antes de que la rubia, Ashley, chillara “ahí está” y las llevara hasta el frente de la línea. Un nuevo guardia había tomado la posición en la puerta y pareció reconocerla, así que removió la cuerda cuando se acercaron, pero les dijo que se apresuraran.

      “¡Su hermano es un bartender aquí!” Grito Mary por encima de su nombro a Serena mientras entraban al club, su voz ya estaba casi completamente ahogada por la música ensordecedora.

      “¡Ella


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