Saliendo de tus círculos viciosos. Matías Azarola

Saliendo de tus círculos viciosos - Matías Azarola


Скачать книгу
de que tus miedos son infundados, esto no atenuará el temor. La seguridad no es algo que pueda conseguirse con palabras.

      La fórmula siguiente es falsa y la causa de que te hayas quedado tanto tiempo estancado en el problema:

      Consigo seguridad------ luego ------> Decido

      Los temores sólo ceden mediante una experiencia que los contradiga. Es la experiencia práctica la única que puede contradecir eficazmente y hacerte cambiar de perspectiva.

      Gran parte del problema de la inseguridad radica en que desconocemos cuales son nuestras capacidades y límites. Tememos enfrentar situaciones que no sabemos si estamos a la altura de resolver. imaginate que sos el comandante de un ejército y tenés a tu cargo 1000 soldados y estás por ir a un combate donde sabes que tus adversarios son solamente 100 .¿Temerias? Lo más probable es que no, ya que tus recursos exceden las dificultades a enfrentar. Pero, qué pasaría si tuvieras que combatir, pero no supieras con cuántos soldados contas, ni cuántos serán tus contrincantes. En este escenario es muy probable que elijas evitar la confrontación. Lo mismo sucede con las inseguridades, al evitar enfrentar situaciones incómodas fuiste de a poco perdiendo conocimiento de los recursos con los que contabas hasta que, llegado un momento, casi cualquier problema se convirtió en un potencial peligro.

      Debido a ello, para lograr salir del “círculo de la inseguridad” lo que debemos hacer es volver a tomar conocimiento de las fuerzas y recursos que tenemos, para así estar en mejores condiciones de elegir qué batallas enfrentar y cuáles evitar. Esto lo lograremos solamente poniendo a prueba de a poco, gradualmente, nuestras capacidades.

      La inseguridad irá disminuyendo a medida que vayas actuando, esto es, tomando decisiones, al mismo tiempo que propiciará que conozcas tus capacidades.

      Comienzo a decidir ------ luego ------> La duda pierde poder

       Poniendo en práctica la teoría

      Como dijimos anteriormente, para sentirnos más seguros es necesario comenzar por actuar y enfrentarse a nuestras inseguridades. Pero ¿Cómo armar un plan de acción que se ajuste a nuestra situación? ¿Cómo aplicar esta norma general a mi situación puntual?

      Para hacerlo recurriremos a las fórmulas 2 y 3.

      Fórmula 2: Dividir el problema.

      Como hemos visto, una estrategia sumamente útil para resolver problemas es dividirlo. En este caso lo que haremos es dividir nuestra meta en pequeños escalones que sean posibles de abordar con la seguridad que ya tenemos, sea mediana o mínima, no importa en qué punto te encuentres. Vimos que a medida que fuimos relegando decisiones la seguridad fue decayendo así que ahora retomaremos el camino inverso para incrementar la seguridad.

       La seguridad es una cuestión de grados, nunca se es totalmente seguro de sí, ni tampoco existe la falta total de seguridad.

      Sin importar que tan poca independencia o seguridad tengas hoy día, siempre contás con algo y siempre es posible incrementarla. La autoconfianza es una habilidad, y como toda habilidad puede ser desarrollada. La mejor forma de hacerlo es gradualmente, enfrentando nuestras inseguridades, subiendo de a poco la dificultad. Veamos cómo:

      Paso 1: Comenzá haciendo una lista de entre diez o quince situaciones cotidianas en las que tenés dificultades para tomar decisiones. De esta forma dividiremos LA INSEGURIDAD en pequeñas inseguridades.

      Paso 2: Luego asigna a cada decisión un número entre el uno al diez según la dificultad que tenés para tomarla.

      Paso 3: Por último, iniciá enfrentando las situaciones que tengan el puntaje más bajo para luego ir escalando en dificultad. A medida que vayas decidiendo tu autoconfianza y seguridad irá haciéndose cada vez mayores.

      Importante: si ves que todas las decisiones que anotaste en el punto uno te resultan demasiado difíciles para enfrentar, es probable que sea porque no incluiste aquellas decisiones que te generan una incomodidad leve. En ese caso volvé a hacer la lista incluyendo inseguridades más pequeñas, aquellas que puedes llegar a enfrentar hoy mismo.

      Ten presente que hacer algo nuevo siempre implica salir de nuestra zona de confort y ello irá acompañado de cierto grado de incomodidad. Durante las prácticas te sentirás algo incómodo, esto es normal. Sin alguna cuota de esfuerzo no se producen resultados, o no por lo menos los resultados favorables. Desear mejorar una faceta tuya sin esfuerzo es como querer ir al gimnasio y no cansarte. Entrenar tu autodependencia costará, pero te aseguro que los resultados valen la pena.

      Es importante que tengas siempre presente por qué decidiste enfrentar tus inseguridades. No pierdas de vista lo mucho que limita tu vida la duda excesiva; tené presente cuales anhelos debiste abandonar por hacerle caso a tus temores. ¿Cómo sería tu vida si te decidieras a enfrentar tus límites?

      Esto te servirá como motivación . Nadie llega a nada si pierde de vista su meta.

      Para adquirir determinación puede resultar de ayuda saber que cuanto más delegues o postergues tus decisiones, más difícil será que las tomes en el futuro. La duda, al igual que un enemigo, irá ganando terreno en tu vida.

      También tené en cuenta que el tiempo pasa siempre, hagas lo que hagas. Si estás postergando comenzar una dieta o un nuevo proyecto, tené presente que el futuro llegará, aunque parezca lejano, y estarás en diferentes condiciones dependiendo las opciones que elijas hoy.

      Además, hay que tener presente que los problemas nunca se solucionan solos, salir de la situación que te aqueja solo depende de vos. Recorda que postergar también es elegir, elegir no hacer.

      Este es el tipo de duda más frecuente. ¿Qué será mejor hacer? No podemos adivinar el futuro, al elegir siempre nos guiamos por indicios (situaciones semejantes, consejos, intuiciones, etc.) pero a ciencia cierta nunca sabemos exactamente cuál será la consecuencia de nuestro accionar.

      En estos casos, como dice Schopenhauer, conviene simplemente quedarse tranquilo de corazón sabiendo que la opción por la que nos inclinamos era razonable y que siempre es posible errar, ya que nunca podemos estar seguros de lo que acontecerá en el futuro.

      Intentemos no hacernos adictos a las opiniones ajenas porque todos pueden equivocarse. Ninguna persona puede garantizarte una solución que se ajuste perfectamente a vos. TODAS son soluciones hipotéticas y TODAS pueden FALLAR no importa de quien provenga el consejo. Así que si vas a cometer errores, lo mejor es cometerlos por cuenta propia, porque cuando erramos habiendo hecho caso ciegamente a los consejos de otros el malestar es doble:

      1. porque la situación no se resolvió y

      2. porque te reprochás no haber hecho lo que consideraste correcto.

      Detrás de las indecisiones también pueden encontrarse pensamientos perfeccionistas. Algunas veces la indecisión se produce porque la persona busca meticulosamente una opción ideal. Esto ocurre generalmente cuando las opciones disponibles no son totalmente atractivas. Por ejemplo, si tenés dos eventos importantes a los que te gustaría asistir. En estos casos no existe una opción perfecta ya que elijas lo que elijas siempre se gana y se pierde algo.

      La mejor estrategia para poder salir de la duda en estas situaciones es aceptando que no siempre podemos obtener todo lo que queremos. Para cumplir nuestras metas es importante poder relegar otras. Priorizá la opción que consideres más importante, desprendiéndose de aquello que perderás. Si sentís culpa por haber abandonado la alternativa, simplemente tené presente que elegiste razonablemente y en cualquier caso algo se hubiese perdido.

      Otras veces optamos entre lo que nos gustaría


Скачать книгу