De PhD y otros demonios. Sandra Bermeo
hominis to metronidazole. Trop Med Int Health. 1999 Apr;4(4):274-7.
33. Ok UZ, Girginkardeşler N, Balcioğlu C, Ertan P, Pirildar T, Kilimcioğlu AA. Effect of trimethoprim-sulfamethaxazole in Blastocystis hominis infection. Am J Gastroenterol. 1999 Nov;94(11):3245-7.
34. Rossignol JF, Kabil SM, Said M, Samir H, Younis AM. Effect of nitazoxanide in persistent diarrhea and enteritis associated with Blastocystis hominis. Clin Gastroenterol Hepatol. 2005 Oct;3(10):987-91.
COCCIDIOSIS HUMANAS
Los protozoos que causan estas parasitosis pertenecen al subfilo Apicomplexa, que se caracteriza por tener un complejo apical visible en el microscopio electrónico y constituido por un conoide, anillo polar, roptrias, micronemas y microtúbulos. A este subfilo pertenece la clase Sporozoea, que se caracteriza por presentar, además del complejo apical, reproducción sexuada y asexuada. En la subclase Coccidia están los géneros más importantes que en su reproducción tienen quistes: Eimeria, que parasita animales, principalmente aves; Toxoplasma y Plasmodium, que se tratan en capítulos separados; en los humanos se encuentra los géneros: Cryptosporidium, Cyclospora, Cystoisospora y Sarcocystis. Los tres primeros se consideran emergentes, debido a la gran importancia adquirida en casos de inmunosupresión, principalmente en pacientes con VIH-sida. Antes de considerar cada una de ellas, presentamos algunas características comunes y datos comparativos de prevalencias:
Han sido descritos como patógenos humanos en los últimos 25 años, a excepción de Cystoisospora, y su importancia aumentó con la aparición del VIH y otras inmunodeficiencias, en cuyo caso el parasitismo y la sintomatología son más intensos.
Los agentes causantes son protozoos intracelulares, principalmente del intestino delgado, que se reproducen por un ciclo asexual dentro de los enterocitos, y otro sexual que les permite producir ooquistes o esporas, que son formas infectantes eliminadas en la materia fecal.
Alteran la morfología de las vellosidades intestinales, donde producen inflamación. La principal manifestación clínica es la diarrea.
Son más frecuentes en zonas tropicales y regiones con mal saneamiento.
Se transmiten por vía fecal oral, de persona a persona o por agua y alimentos.
El diagnóstico se hace por examen de materias fecales, para lo cual se requiere personal con experiencia y coloraciones especiales.
Criptosporidiosis
La criptosporidiosis humana fue informada por primera vez por Nime et al. (1976), quienes encontraron el parásito en una biopsia rectal de una niña.1 Hasta esa época el parásito se consideraba un protozoo que causaba diarrea en varias especies de animales. En el hombre es también causa de diarrea, con mayor importancia en pacientes inmunosuprimidos, especialmente en sida.
Agente causal. El género Cryptosporidium tiene varias especies que afectan al hombre y a muchos animales. Esta coccidia se reproduce en el intestino delgado donde causa reacción inflamatoria. Los ooquistes de 4 a 5 µM, ácido resistentes, que salen en la materia fecal son las formas infectantes.
El protozoo causante de la criptosporidiosis es un esporozoario de la subclase Coccidia, género Cryptosporidium, que tiene varias especies. Actualmente, la especie Cryptosporidium parvum se divide en dos especies separadas: Cryptosporidium hominis (previamente llamado C. parvum genotipo 1) y C. parvum, que se llamó C. parvum genotipo 2. La especie C. hominis, aparentemente, infecta solo a los humanos, mientras que C. parvum se encuentra en humanos y en varios animales.2,3 Existen más de 10 especies propias de animales, que incluyen mamíferos, reptiles, pájaros y peces, algunas de las cuales afectan al hombre.4,5 En las materias fecales son eliminados los ooquistes esféricos o elipsoidales, que miden de 4 a 5 µm. Estas son las formas parasitarias infectantes para las personas y los animales. Con la coloración ácido resistente se observan de color rojo (figura 3-15).
Figura 3-15. Cryptosporidium parvum. Ooquistes de color rojo con coloración de Ziehl-Neelsen.
Original.
Ciclo de vida. Los ooquistes infectan por vía oral. Por reproducción asexuada liberan esporozoítos que invaden las células intestinales, allí se reproducen y forman merozoítos (merontes), los cuales hacen un ciclo sexuado que da origen a los ooquistes, eliminados en la materia fecal.
El género Cryptosporidium, como todas las Coccidias, posee un ciclo de vida asexuado y otro sexuado en el mismo huésped, los cuales suceden en el interior de los enterocitos en las infecciones intestinales. Este ciclo (figura 3-16) se inicia con la reproducción asexuada cuando el ooquiste infectante se desenquista y libera cuatro esporozoítos móviles que invaden las células para convertirse en trofozoítos y esquizontes (merogonia) de primera y segunda generación. Los merozoítos (merontes) procedentes de esta segunda generación pueden reinvadir las células y reinfectar.
Estos merontes inician el ciclo sexuado con microgametocitos y macrogametocitos, que originan células masculinas (microgametos) y femeninas (macrogametos). Estos se unen, forman zigotos y luego ooquistes: unos de pared delgada que autoinfectan y son responsables de las formas crónicas, y otros de pared gruesa que salen al exterior para contaminar otros huéspedes. La reproducción se hace dentro de una vacuola parasitófora en las células de las microvellosidades que se observan como prominencias (figura 3-17 y figura 3-18). La localización de estas vacuolas es intracelular, pero extracitoplasmática.6
Patología y patogenia. El intestino delgado, principalmente el yeyuno, es la localización inicial, de donde se disemina a las vísceras, en especial en pacientes inmunodeficientes.
Las lesiones histológicas asociadas con la criptosporidiosis intestinal no son características. El contacto inicial entre el parásito y el glucocáliz de la célula huésped produce un acortamiento o ausencia de las microvellosidades, con atrofia y aumento de tamaño de la cripta. Se observa en la mucosa y hasta la lámina propia un infiltrado moderado de células mononucleares.7 El yeyuno es la localización intestinal en donde existe mayor infección y se localiza dentro de las células en cepillo de la mucosa intestinal (figura 3-19). Hay diseminación en pacientes inmunosuprimidos, principalmente con sida, a faringe, esófago,