De PhD y otros demonios. Sandra Bermeo
U. Molecular epidemiology of giardiasis. Mol Biochem Parasitol. 2008 Aug;160(2):75-80.
29. Nantavisai K, Mungthin M, Tan-ariya P, Rangsin R, Naaglor T, Leelayoova S. Evaluation of the sensitivities of DNA extraction and PCR methods for detection of Giardia duodenalis in stool specimens. J Clin Microbiol. 2007 Feb;45(2):581-3.
30. Núñez FA, López JL, de la Cruz AM, Finlay CM. Factores de riesgo de la infección por Giardia lamblia en niños de guarderías infantiles de Ciudad de La Habana, Cuba. Cad Saúde Púb. 2003; 19:677-82.
31. Escobedo AA, Almirall P, Alfonso M, Cimerman S, Chacín-Bonilla L. Sexual transmission of giardiasis: a neglected route of spread? Acta Trop. 2014 Apr;132:106-11.
32. Shields JM, Gleim ER, Beach MJ. Prevalence of Cryptosporidium spp. and Giardia intestinalis in swimming pools, Atlanta, Georgia. Emerg Infect Dis. 2008 Jun;14(6):948-50.
33. Ensink JH, van der Hoek W, Amerasinghe FP. Giardia duodenalis infection and wastewater irrigation in Pakistan. Trans R Soc Trop Med Hyg. 2006 Jun;100(6):538-42.
34. Quick R, Paugh K, Addiss D, Kobayashi J, Baron R. Restaurant-associated outbreak of giardiasis. J Infect Dis. 1992 Sep;166(3):673-6.
35. Mohammed Mahdy AK, Lim YA, Surin J, Wan KL, Al-Mekhlafi MS. Risk factors for endemic giardiasis: highlighting the possible association of contaminated water and food. Trans R Soc Trop Med Hyg. 2008 May;102(5):465-70.
36. Dykes AC, Juranek DD, Lorenz RA, Sinclair S, Jakubowski W, Davies R. Municipal waterborne giardiasis: an epidemilogic investigation. Beavers implicated as a possible reservoir. Ann Intern Med. 1980 Feb;92(2 Pt 1):165-70.
37. Traub RJ, Inpankaew T, Reid SA, Sutthikornchai C, Sukthana Y, Robertson ID, et al. Transmission cycles of Giardia duodenalis in dogs and humans in Temple communities in Bangkok--a critical evaluation of its prevalence using three diagnostic tests in the field in the absence of a gold standard. Acta Trop. 2009 Aug;111(2):125-32.
38. Meltzer E, Lachish T, Schwartz E. Treatment of giardiasis after nonresponse to nitroimidazole. Emerg Infect Dis. 2014 Oct;20(10):1742-4.
39. Saiman L, Aronson J, Zhou J, Gomez-Duarte C, Gabriel PS, Alonso M, et al. Prevalence of infectious diseases among internationally adopted children. Pediatrics. 2001 Sep;108(3):608-12.
40. Shah SA, Marwat SA, Rashid HU, Hussain A, Khurshid K, Ahmad S. Importance of microscopic stool examination in patients with diarrhoea. J Ayub Med Coll Abbottabad. 2014 Oct-Dec;26(4):478-80.
41. Painter JE, Gargano JW, Collier SA, Yoder JS; Centers for Disease Control and Prevention. Giardiasis surveillance -- United States, 2011-2012. MMWR Suppl. 2015 May 1;64(3):15-25.
42. Carvalho-Costa FA, Gonçalves AQ, Lassance SL, Silva Neto LM, Salmazo CA, Bóia MN. Giardia lamblia and other intestinal parasitic infections and their relationships with nutritional status in children in Brazilian Amazon. Rev Inst Med Trop Sao Paulo. 2007 May-Jun;49(3):147-53.
43. García C, Rodríguez E, Do N, López de Castilla D, Terashima A, Gotuzzo E. Intestinal parasitosis in patients with HIV-AIDS. Rev Gastroenterol Peru. 2006 Jan-Mar;26(1):21-4.
44. Chaves MP, Fernández JA, Ospina I, López MC, Moncada L, Reyes P. Tendencia de la prevalencia y factores asociados a la infección por Giardia duodenalis en escolares y preescolares de una zona rural de Cundinamarca. Biomédica 2007; 27(003):345-51.
45. Torres E, Gallego ML, Gómez JE. Giardiasis en niños viviendo en asentamientos temporales en Armenia. III. Encuentro Nacional de Investigaciones Infecciosas. Infectio 2002; 6:89.
46. Escobedo AA, Núñez FA, Moreira I, Vega E, Pareja A, Almirall P. Comparison of chloroquine, albendazole and tinidazole in the treatment of children with giardiasis. Ann Trop Med Parasitol. 2003 Jun;97(4):367-71.
47. Gardner TB, Hill DR. Treatment of giardiasis. Clin Microbiol Rev. 2001 Jan;14(1):114-28.
48. Burtin P, Taddio A, Ariburnu O, Einarson TR, Koren G. Safety of metronidazole in pregnancy: a meta-analysis. Am J Obstet Gynecol. 1995 Feb;172(2 Pt 1):525-9.
49. Hall A, Nahar Q. Albendazole as a treatment for infections with Giardia duodenalis in children in Bangladesh. Trans R Soc Trop Med Hyg. 1993 Jan-Feb;87(1):84-6.
50. Romero-Cabello R, Robert L, Muñoz-García R, Tanaka J. Estudio aleatorio para comparar seguridad y eficacia de albendazol y metronidazol en el tratamiento de giardiasis en niños. Rev Lat-Amer Microbiol 1995; 37:315-23.
51. Fox LM, Saravolatz LD. Nitazoxanide: a new thiazolide antiparasitic agent. Clin Infect Dis. 2005 Apr 15;40(8):1173-80.
52. Tejman-Yarden N, Miyamoto Y, Leitsch D, Santini J, Debnath A, Gut J, et al. A reprofiled drug, auranofin, is effective against metronidazole-resistant Giardia lamblia. Antimicrob Agents Chemother. 2013 May;57(5):2029-35.
53. Townson SM, Laqua H, Upcroft P, Boreham PF, Upcroft JA. Induction of metronidazole and furazolidone resistance in Giardia. Trans R Soc Trop Med Hyg. 1992 Sep-Oct;86(5):521-2.
BALANTIDIASIS
La balantidiasis se adquiere por contaminación fecal con quistes del parásito de origen humano o de cerdos. Existen portadores asintomáticos y, cuando hay sintomatología, la principal es la colitis. La prevalencia es baja en todo el mundo, excepto en algunas regiones endémicas en donde se crían cerdos caseros. El tratamiento se hace con tetraciclina o 5-nitroimidazoles.
Agente causal
Balantidium coli es el protozoo de mayor tamaño que afecta al hombre. El trofozoíto es de forma ovalada, con una longitud promedio de 50 µm a 200 µm, y de 40 µm a 50 µm de ancho. Está rodeado de cilios que le permiten desplazamiento rápido. Posee, en la parte anterior, una boca o citostoma con cilios largos que le sirve para obtener alimento, el cual pasa a vacuolas digestivas. Los residuos alimenticios son eliminados por vacuolas contráctiles a través de una apertura en el extremo posterior llamada citopigio. Tiene dos núcleos: uno mayor y arriñonado llamado macronúcleo; el otro redondo y pequeño, generalmente cerca de la concavidad del anterior, llamado micronúcleo (figuras 3-4 y 3-9). En el citoplasma se encuentran dos vacuolas contráctiles encargadas de regular la presión osmótica del parásito. La reproducción se hace por división binaria, por gemación y por conjugación; esta última consiste en la unión temporal de dos células para cambiar material nuclear.
El quiste es redondeado, con diámetro de 40 a 60 µm, con doble membrana gruesa a través de la cual puede observarse el parásito, a veces con algún movimiento. En el interior resalta el macronúcleo (figura 3-10). El quiste es eliminado al exterior, resiste el medio ambiente y es infectante por vía oral, a diferencia del trofozoíto que no es infectante por esta vía y se destruye al salir del organismo.
Ciclo de vida
Los trofozoítos viven en el intestino grueso, en la luz o con producción de ulceraciones en la mucosa. La infección persiste en el intestino por la multiplicación de los trofozoítos. Estos sufren enquistamiento en la luz intestinal, salen con las materias fecales y son infectantes inmediatamente. La transmisión se hace por cualquier mecanismo que permita la ingestión de los quistes de materias fecales procedentes de humanos o cerdos. Después de ingeridos, la membrana quística se destruye y de cada quiste emerge