De PhD y otros demonios. Sandra Bermeo
En la fotografía electrónica de barrido (figura 3-2) se observan muy bien el disco y los flagelos. El quiste es ovalado, con doble membrana, de dos a cuatro núcleos y algunas de las estructuras descritas para el trofozoíto, de las cuales es notorio el axostilo. El tamaño promedio es de 10 µm de longitud (figura 3-3). Existen dos genotipos principales que afectan al ser humano: el genotipo A, que se subdivide en A-1 y A-2; y el genotipo B, del cual hay, en Colombia, los subgenotipos B3 y B4. El genotipo B elimina mayor cantidad de quistes y parece tener mayor patogenicidad en los humanos. El genotipo A es el responsable de la mayoría de las infecciones en humanos y perros de América. Existen otros genotipos en animales: C, D, E, F, G.5-10 La comparación de los tamaños de los protozoos intestinales se muestra en la figura 3-4.
Figura 3-1. Giardia duodenalis (G. lamblia). Trofozoíto, coloración tricrómica.
Cortesía: Oscar Vanparis, Jansssen, Bélgica.
Ciclo de vida
La transmisión se hace de persona a persona o de animales reservorios a personas, siempre a través de quistes procedentes de materias fecales.
Los trofozoítos se localizan en el intestino delgado, fijados a la mucosa, principalmente en el duodeno. Allí se multiplican por división binaria y los que caen a la luz intestinal originan los quistes. Estos últimos son eliminados con las materias fecales y pueden permanecer viables en el suelo húmedo o en el agua por varios meses. Infectan por vía oral y después de ingeridos resisten la acción del jugo gástrico y se rompen en el intestino delgado para originar cuatro trofozoítos por cada quiste (figura 3-5). Los trofozoítos no son infectantes cuando ingresan por vía oral. Cuando son eliminados en las heces diarreicas mueren en el exterior. La infección es, principalmente, de persona a persona, pero algunos animales como los perros, los gatos, los castores y los rumiantes pueden ser reservorios de G. duodenalis y, por consiguiente, generan infección en los humanos, en cuyo caso, esta parasitosis se puede considerar como una zoonosis.
Figura 3-2. Giardia. Trofozoíto al microscopio electrónico de barrido.
Cortesía: Bibiana Chávez, Departamento de Patología Experimental. Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados, México.
Figura 3-3. Giardia duodenalis. Quistes coloreados con lugol. La barra de la foto mide 10 micras.
Cortesía: OMS.
Patología y patogenia
Afecta principalmente el intestino delgado, en donde inflama la mucosa y altera la absorción de nutrientes.
El principal mecanismo de acción patógena en giardiasis se debe a la acción de los parásitos sobre la mucosa del intestino delgado, principalmente del duodeno y del yeyuno (figuras 3-6 y 3-7). Esta acción se hace por fijación de los trofozoítos por medio de la ventosa y causa inflamación catarral. La enfermedad principal se encuentra en infecciones masivas, en cuyo caso, la barrera mecánica creada por los parásitos y la inflamación intestinal pueden producir un síndrome de malabsorción. En estos casos, las vellosidades intestinales están atrofiadas, hay inflamación de la lámina propia y alteraciones morfológicas de las células epiteliales (figura 3-8). Las pruebas de absorción de vitaminas A y B12 y de la D-xilosa están alteradas. Se relaciona la patología de esta parasitosis con la presencia de hipogammaglobulinemia, esencialmente la deficiencia de inmunoglobulina (Ig) A secretoria. Algunos casos de giardiasis graves se asocian con la presencia de hiperplasia nodular linfoide en intestino delgado y grueso.11,12 No se acepta que haya invasión a las vías biliares y, por consiguiente, no es correcto atribuirle enfermedad hepatobiliar a esta parasitosis.
Tomada de: Owen RL, Nemanic PC, Stevens DP. Ultrastructural observations on giardiasis in a murine model. I. Intestinal distribution, attachment, and relationship to the immune system of Giardia muris. Gastroenterology. 1979 Apr; 76(4): 757-69.
Tomada de: Owen RL, Nemanic PC, Stevens DP. Ultrastructural observations on giardiasis in a murine model. I. Intestinal distribution, attachment, and relationship to the immune system of Giardia muris. Gastroenterology. 1979 Apr; 76(4): 757-69.