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3 | Otras protozoosis intestinales |
GIARDIASIS
Esta parasitosis producida por Giardia duodenalis (G. intestinalis o G. lamblia) es predominante en niños y presenta, en la actualidad, una prevalencia creciente en países tropicales y no tropicales.
Historia
Giardia fue el primer protozoo parásito visto en 1681 por Antony van Leeuwnhoeck, el inventor del microscopio. La importancia médica se demostró 178 años más tarde, cuando se detectó nuevamente el parásito en la materia fecal de un niño asintomático.
El primer protozoo parásito fue visto en 1681 por Anthony van Leeuwenhoek, a través de su rudimentario microscopio, en una muestra de su propia materia fecal, el cual correspondió al flagelado Giardia. Este hallazgo se comunicó en una carta a la Sociedad Real de Londres, pero fue descrito como protozoo de vida libre.1 El protozoo no tuvo trascendencia para la medicina en esa época y fue necesario que lo redescubriera el profesor de anatomía patológica checo: Vilém Lambl, de la Universidad de Praga, quien, 178 años después (1859), vio el protozoo en la materia fecal gelatinosa de un niño. De ese hallazgo, el investigador hizo dos publicaciones e ilustró sus informes con varios dibujos de trofozoítos y quistes. Los comparó con renacuajos y les dio el nombre de Cercomonas intestinalis.2 Grassi (1879) encontró los mismos parásitos en ratones, y Blanchard (1885) observó parásitos similares en renacuajos, los cuales llamó Giardia agilis. El género fue puesto en honor del zoólogo Alfred Giard, quien nada tuvo que ver con el parásito. Blanchard, en el mismo año, reconoció a Lambl como el descubridor y lo denominó Lamblia intestinalis. Stiles (1915) juntó los dos nombres y los llamó Giardia lamblia.3 La controversia persistió hasta 1952, cuando Filice4 propuso los nombres de Giardia intestinalis y Giardia duodenalis. Actualmente, lo más aceptado es Giardia duodenalis.
Agente causal
El parásito es un protozoo flagelado y, en los últimos años, se han descrito varios genotipos con capacidad patógena diferente en el humano y en los animales.
El trofozoíto de G. duodenalis tiene forma piriforme y, en la parte anterior, posee dos núcleos que se unen entre sí en el centro con la apariencia de anteojos. Mide aproximadamente 15 µm de longitud y 7 µm de ancho. Posee una cavidad o ventosa que ocupa la mitad anterior de su cuerpo, la cual utiliza para fijarse a la mucosa intestinal. Posee en su diámetro longitudinal y en la parte central, una barra doble o axostilo, de cuyo extremo anterior emergen cuatro pares de flagelos: uno anterior, dos laterales y otro posterior. El axostilo es atravesado en el centro por dos estructuras en forma de coma, llamadas cuerpos parabasales. Los dos núcleos poseen nucléolos centrales y están unidos entre sí por los rizoplastos, que terminan en el extremo anterior del axostilo en dos órganos puntiformes llamados blefaroplastos (figura 3-1). El trofozoíto puede trasladarse con movimiento lento, vibratorio y rotatorio,