Prácticas docentes en el ámbito universitario. Guillermo Londoño Orozco
universitaria agenciada con responsabilidad y pertinencia ejercer una reflexión permanente sobre sí misma. Solamente pensar serena y críticamente en medio del torbellino del cambio permite discernir la ruta a seguir.
Intentemos describir ese nuevo enfoque formativo haciendo un ejercicio retrospectivo sobre la pedagogía clásica y la pedagogía interactiva. Rescatemos rápidamente en mirada sintética lo vigente de la pedagogía clásica y caractericemos lo más significativo de la pedagogía interactiva de hoy. Intencionalmente, nos referiremos sólo a lo positivo de cada una. Cometido un tanto riesgoso, pero hagamos el esfuerzo.
Del saber del maestro:
De la pedagogía clásica | De la pedagogía interactiva |
Dominio del saber acumulado | Construcción del conocimiento |
Desarrollo de la memoria | Investigación formativa (aprender investigando) y formación investigativa (aprender a investigar creando) |
Libro de texto y biblioteca | Libros, revistas, periódicos en formato digital y bases de datos |
Del saber hacer del maestro:
De la pedagogía clásica | De la pedagogía interactiva |
Argumentación, oralidad y retórica | Habilidad en el manejo de la dinámica de grupos |
Administración de contenidos y temáticas | Diseño de guías, talleres, actividades y experiencias educativas |
Trabajo de sana competencia | Trabajo cooperativo |
Evaluación de conocimientos adquiridos | Evaluación de comprensión de conocimientos y de manejo y asimilación de procedimientos |
Generación de hábitos y comportamientos disciplinados | Generación de hábitos y comportamientos autorregulados |
Del saber comunicar del maestro:
De la pedagogía clásica | De la pedagogía interactiva |
Poder verbal del maestro | Poder de la multimedia |
Relaciones interpersonales cálidas | Relaciones virtuales personalizadas |
Clase magistral | Clase dialógica |
Información seleccionada y pertinente | Navegar adecuadamente por las autopistas de la información |
Del saber ser del maestro:
De la pedagogía clásica | De la pedagogía interactiva |
Autoridad del maestro frente a sus estudiantes | Autoridad de pares (maestro-estudiante) |
Responsabilidad y trabajo bien hecho | Trabajo en equipo con pares |
Maestro modelo-guía a imitar | Maestro mediador que inspira |
Seguramente podrá haber otros rasgos que ayuden a captar esa metamorfosis profunda por la que hemos transitado, mas los reseñados bastan para ilustrar nuestro propósito. Quien se decida a abordar la lectura del presente libro encontrará unos excelentes ejemplos de aplicación en las veinte experiencias significativas reseñadas. Éstas, en su conjunto, son paradigmáticas del acontecer educativo, pedagógico y didáctico de una universidad que, como la de La Salle, desde siempre se ha empeñado en mantenerse al día en tales dominios.
Prácticas docentes universitarias
Afirmábamos que el presente libro tiene su origen en el I Simposio de Experiencias Docentes de la Universidad de La Salle. Desde el inicio histórico de las universidades, los discípulos aprenden junto a los maestros expertos. El cirujano se forma al lado de cirujanos con larga trayectoria; el arquitecto, con arquitectos que le comparten sus destrezas y saber acumulado. De igual manera, los profesores aprenden a serlo observando e imitando a los mejores colegas. Así, el Simposio fue un espacio de aprendizaje, un espacio para el diálogo entre pares, un espacio de docentes y para docentes, un aporte para construir una comunidad que reflexiona sistemáticamente sobre su práctica, un espacio para que los maestros se piensen a sí mismos y a sus prácticas.
El Simposio fue un espacio para hacer pedagogía desde el mundo cotidiano del aula, un espacio de encuentro interdisciplinar, pues si bien cada disciplina tiene su lenguaje propio –que en cierta medida es desconocido para los no iniciados–, en el evento todos lograron hablar un lenguaje común, el del ejercicio de la docencia universitaria. El Simposio fue una creación colectiva fruto de los maestros más experimentados que comparten generosamente sus vivencias y hacen reflexión pedagógica sobre éstas. Las experiencias presentadas allí, y que hoy hacen parte de este libro, no se pueden replicar, repetir o copiar. Son únicas, sirven de contraste, de inspiración, de desafío. Las experiencias por sí solas no hacen mejores maestros; sólo lo logran si son reflexionadas críticamente, contrastadas con los discursos pedagógicos, traducidas y vertidas en teorías, compartidas y comunicadas, si se les hace seguimiento en el tiempo, en últimas, si nos arriesgamos a experimentar por nosotros mismos siguiendo su camino.
De tales experiencias socializadas en el Simposio y de los capítulos juiciosamente preparados para el libro, fácil es colegir los principales rasgos de ese docente universitario nuevo en el cual hemos estado pensando. En sus prácticas parte de los sueños, las necesidades, la forma de ser de sus estudiantes. Busca dar respuesta a las realidades del país y de los jóvenes. Con la clara conciencia de que ya no es más el centro del proceso educativo, ni él ni los contenidos. Focaliza la enseñanza-aprendizaje en el trabajo de los estudiantes y en su protagonismo. Con prácticas centradas en el aprendizaje de la investigación, desarrolladas fuera del salón de clase, in situ: en las construcciones, los hospitales, las fincas, las cárceles, los túneles, los laboratorios, etc., para que “sepan a qué huele la obra” y “las comunidades sean sus verdaderos profesores”.
Unas prácticas docentes donde el alumno aprende en el aula, pero, sobre todo, aprende en la comunidad, integrando al trabajo del aula los entrenamientos propios de cada profesión, la familia, las entidades públicas y privadas; fomentando la solidaridad del trabajo en equipo, la sensibilidad social y, al mismo tiempo, el aprender divirtiéndose. Un profesional de la docencia que ama su trabajo, ama lo que enseña y ama a sus estudiantes. Con sensibilidad y pasión por la enseñanza, que la hace de corazón. Siempre en colectivo de maestros. Con una pedagogía del amor, donde el cariño que los educadores expresan por sus hijos lo traducen a lo que hacen con sus estudiantes. Y, finalmente, con la magia del aprendizaje, para hacer de cada clase una obra de arte, pues “no existen estudiantes malos para un buen maestro, así como no hay maestros malos para un buen estudiante”.
Una estructura de animación
Desde la creación de la Coordinación de Pedagogía y Didáctica (CPD) por parte del Consejo Superior en el 2009, la Universidad de La Salle dispone de una estrategia válida para el fomento de la actualización y la formación permanente de los docentes. Avizoramos que con el paso de los años, ésta se constituirá en un factor decisivo durante los lustros que restan de transición pedagógica y didáctica hacia una educación universitaria más pertinente al siglo XXI. Un reconocimiento especial a Guillermo Londoño Orozco, quien gracias a sus iniciativas y liderazgo ha sabido timonear el nacimiento de la CPD y en poco tiempo la ha consolidado y posicionado entre las facultades y los departamentos académicos. Este libro y el evento del que es fruto son una muestra cualificada de tal itinerario. También, un agradecimiento a su equipo de colaboradores más cercanos: a Libardo Pérez Díaz, Manuela Gómez Hurtado, Margarita Rendón Fernández y Esperanza Díaz Vargas, quienes con gran espíritu lasallista se impusieron