La hora de la Re-Constitución. Sebastián Soto Velasco

La hora de la Re-Constitución - Sebastián Soto Velasco


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habrá críticas

       Quórum especiales y mecanismos de democracia directa

       1. Leyes con quórum supramayoritarios. Presente

       2. Leyes con quórum supramayoritarios. Futuro

       3. Democracia representativa y mecanismos de democracia directa

       4. ¿Qué mecanismos incorporar?

       Los principios en las constituciones

       1. Evolución

       2. Los principios en la Constitución de 1980

       3. ¿Por qué no llenar de principios la Constitución?

       4. ¿Qué hacer con la subsidiariedad? La subsidiariedad ayer

       5. ¿Qué hacer con la subsidiariedad? La subsidiariedad hoy

       6. ¿Qué hacer con la subsidiariedad? La subsidiariedad mañana

       DEBATES MENOS INTENSOS… PERO IMPORTANTES

       ¿Cuál es el futuro de los órganos constitucionalmente autónomos?

       1. Los órganos establecidos hoy en la Constitución

       2. Debates futuros

       El Poder Judicial y el rol de los jueces

       1. El rol de los jueces. Una primera reflexión

       2. La Constitución y el Poder Judicial. Materias pacíficas

       3. Nombramientos

       4. Gobierno Judicial

       El Congreso Nacional. La importancia de una política en serio

       1. La imagen del Congreso y la importancia de una política en serio

       2. ¿Bicameral o unicameral?

       3. Número de parlamentarios y sistema electoral

       4. Atribuciones de la Cámara y del Senado

       5. Acusación constitucional

       6. Reglas de formación de la ley

       7. Estatuto parlamentario

       8. Parlamentarios querellantes

       9. Reelección y reemplazo parlamentario

       La constitución fiscal

       1. Orígenes en Chile

       2. Iniciativa exclusiva del Presidente de la República

       3. Otras reglas de la Constitución fiscal: 2%, ley de presupuestos y endeudamiento

       4. Futuros debates

       ¿Hasta dónde descentralizar?

       1. El problema

       2. ¿Qué hacer?

       Pueblos indígenas

       1. Trabajo de la Convención y consulta indígena

       2. Nueva constitución y pueblos indígenas

       ¿Cómo soportar la presión por constitucionalizar las demandas sociales?

       EPÍLOGO

      PRÓLOGO

      A partir de los violentos sucesos del 18 de octubre de 2019 y los días siguientes, los dirigentes políticos de los partidos democráticos, sin el Partido Comunista ni el Frente Amplio, suscribieron el 15 de noviembre un Acuerdo por la Paz y una Nueva Constitución. Once meses más tarde y por una inmensa mayoría, los ciudadanos optaron por la idea de redactar una nueva carta magna y que esta tarea la cumpliera una Convención Constituyente electa sin participación de miembros del actual Congreso. Por los próximos dos años, o tal vez más, el tema central del quehacer político será entonces definir las instituciones y las normas que regularán nuestra convivencia nacional.

      La Hora de la Re-Constitución de Sebastián Soto, viene a hacer un aporte insustituible para esta discusión constitucional, pues desmitifica muchos prejuicios y desmonta lugares comunes que se han venido transformando en verdades incuestionables. Es un libro que tiene todo el rigor y el pensamiento preciso de un académico, pero su pluma ágil y su claridad conceptual nos aseguran un texto accesible a cualquier lector con interés en la materia. Es un aporte que debería iluminar las reflexiones de todas las personas de buena voluntad que aspiran a construir instituciones que refuercen la democracia y permitan un desarrollo económico y social armónico.

      El autor comienza por recordar que las reformas a la Constitución de 1989 fueron ratificadas por más del 85% de los votantes y, como afirmara en ese entonces Francisco Cumplido, el futuro ministro de Justicia del primer Gobierno del presidente Patricio Aylwin, ello significa “el éxito de una transición a la democracia gradual, pacífica y moderada”. En 2005 fueron eliminados los contrapesos no democráticos, como los senadores designados, el Consejo de Seguridad Nacional y la inamovilidad de los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, dejando a estas instituciones finalmente sometidas al poder civil. En esa ocasión el presidente Ricardo Lagos, al firmar el nuevo texto constitucional, pudo señalar que “Chile cuenta desde hoy con una Constitución que ya no nos divide… para un Chile nuevo, libre y próspero”, lo cual “consolida el patrimonio de lo que hemos avanzado en lo económico, en lo social y también en lo cultural”. En ese entonces únicamente el candidato del Partido Comunista sostenía que cualquier cambio debía ser hecho por una asamblea constituyente. Hasta este 2020, para la centroderecha la idea de una asamblea constituyente era anatema y su relato constitucional era el “reformismo institucional”. Para la mayoría de tal sector político, como bien se señala en este libro, “la asamblea constituyente era un salto al vacío, un cuestionamiento a la institucionalidad actual, un momento refundacional que bien puede estar para los espíritus revolucionarios, pero que no fue parte del relato de centroderecha antes del 18 de octubre”. Al contrario de lo que hoy se sostiene con liviandad, la centroderecha había demostrado su disposición reformista aprobando todas y cada una de las reformas introducidas desde 1989 en adelante: “Nadie estuvo atado al texto original ni atrincherado en una posición. Hubo permanente apertura al cambio. El único requisito es que ese cambio debía llevarse a cabo en el Congreso Nacional y bajo las reglas actuales; sin trampa alguna, porque el Estado de derecho regía en plenitud y las instituciones representativas lo seguían siendo”. De hecho, el presidente Sebastián Piñera tenía un plan en materia constituyente. En su programa contemplaba diversas reformas, principalmente la del Tribunal Constitucional, el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas y la reforma a la Contraloría General de la República.

      Según Sebastián Soto, en 2011, solo seis años después, tras las primeras manifestaciones masivas por distintas demandas sociales, nadie desde la izquierda se atrevió a inyectar sensatez a los gritos de la calle y “con eso se derrumbó la Concertación, el orgullo por la transición, la política de los acuerdos, la defensa del modelo y también la Constitución y sus reformas. Y surgió la Nueva Mayoría, la retroexcavadora, el igualitarismo chato y el grito por una Asamblea Constituyente (AC)”. Su veredicto es concluyente: “Es en este momento que la Constitución empezó su despedida. No hay forma en que una norma tan fundamental se mantenga en pie cuando la mitad de la política le da la espalda”. Sin embargo, con mucho acierto recuerda que las interrogantes fundamentales permanecieron pendientes: “¿De qué estaba enferma la Constitución? ¿Por qué se necesitaba una nueva constitución y no solo reformas? ¿Por qué no era el Congreso el lugar para hacerla y se requería un órgano que reclamaba una pureza especial,


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