Trascendiendo. Fernando Gil Sanguineti

Trascendiendo - Fernando Gil Sanguineti


Скачать книгу
Estás siempre en mi corazón. Love you!

      Fer.

      04.09.2019

      ***

      Al meu pare

      Hace algunos años me enseñaron una técnica muy sencilla que nos permite regresar a una vibración de energía armónica en momentos difíciles. En castellano se denomina «el cofre de tesoros» pero en el idioma japonés hay una palabra que engloba el significado a la perfección, natsukashii, que significa «traer recuerdos y memorias felices del pasado hacia el presente». Este recurso mental y emocional nos permite elevar el nivel vibratorio para que nuestro campo electromagnético o escudo invisible de protección se mantenga fuerte y nos proteja de cualquier enfermedad, pensamiento o energía negativa. Dado que en este cofre de tesoros se guardan los mejores recuerdos de la vida, los momentos más agradables y preciados que se pueden evocar, cuando en algunas ocasiones me siento triste o atravieso por alguna dificultad mental o emocional, llevo mi mente hacia el cofre de tesoros y traigo al presente lo mejor de mi vida. Hacer eso me reconforta y me permite enfocar las experiencias buenas y positivas que me han sucedido. Allí está, por ejemplo, una vivencia muy tierna que guardo con un cariño especial. Cuando yo era pequeña, vivíamos en un pueblo minúsculo pero muy acogedor llamado Caldes D’Estrac, en España. Mi estación favorita era el verano porque podíamos disfrutar del aire libre, la naturaleza, la playa y la piscina. Cuando mi padre y yo chapoteábamos en el agua, él me cogía de la mano, me alzaba y me hacía girar sobre mí misma como una bailarina de ballet al tiempo que tarareaba una canción, tarararará ta ta, ta ta, tarararará ta ta, ta ta, El Danubio azul de Strauss. Al dar vueltas yo me sentía como una princesa cisne, hermosa, danzante y feliz. El color de la piscina, el cielo despejado, el radiante sol, los arbustos que rodeaban la piscina: todo era simplemente perfecto, como sacado de un cuento de hadas. Mientras tanto, mi superhéroe me sostenía con sus manos gigantes y al mismo tiempo delicadas. Yo me sentía protegida, segura y, sobre todo, muy amada. Simplemente ese hombre era mi rey, mi héroe, el hombre perfecto… Hoy, cada vez que escucho esa canción, me transporto a un episodio mágico de mi infancia, todas mis células se activan, se emocionan y vuelven a vivir ese preciado instante, y de mis ojos brotan lágrimas de emoción, felicidad y aprecio. Son recuerdos hermosos que se mantienen vivos dentro de mí con solo pensarlos y volverlos a sentir. Ese momento, sin duda, ocupa un lugar muy importante en mi corazón.

      Sin embargo, la vida no es una película y estaba lejos de ser perfecta. Con los años, la realidad se va develando, una se vuelve más consciente y, por tanto, empieza a observar y percibir la vida sin filtros. Ese superhombre que en algún momento parecía perfecto se cansaba, frustraba, molestaba, lloraba, sentía y también se equivocaba. Así fue como empezó a rasgarse la superficie del supertraje y me asomé a su humanidad. Lo bajé del pedestal. En varias ocasiones lo juzgué y critiqué por haber quebrado esa imagen de hombre perfecto que yo misma había creado. Creo que eso es algo que a muchas niñas les ocurre al crecer.

      Después sabría que todo era parte del proceso, de permitir conocernos tal y como somos, sin disfraces ni máscaras, de aceptarnos y amarnos con nuestras imperfecciones y defectos: sin ellos no seríamos quienes somos y no podríamos crecer, desarrollarnos y evolucionar juntos. Agradezco que todo haya sucedido así para conocer un aspecto diferente de su ser, pero real y humano por completo.

      Papá, ante todo, quiero que sepas que significas un mundo para mí y que te amo con toda mi alma. Sé que estos últimos años hemos tenido roces, discusiones y diferencias. Sin embargo, no lo veo como un problema sino todo lo contrario, agradezco cada una de esas experiencias que han permitido pulirnos para ser mejores y, en especial, más completos y felices. Porque si hay algo que tú me has enseñado, es a nunca darme por vencida y conseguir cualquier cosa que me proponga.

      Pap, tú eres una persona que cuando cree en algo, le consagra alma, corazón y vida. Te desvives por los que amas y te sacrificas por lo que crees que vale la pena, no importa cuánto tiempo o esfuerzo te tome. No recogerás ni rescatarás gatos y animales, pero sí que despiertas vidas cada vez que ofreces tu tiempo y tus oídos y extiendes tu mano sin esperar nada a cambio. Eres un padre del mundo con muchos hijos putativos que buscan tu consejo y guía, pero yo sí tengo la fortuna de poder llamarte papá y de haber vivido tantas cosas hermosas contigo. Gracias, papá, por enseñarme lo que es ser alguien apasionado de la vida, por enseñarme que siempre puedo encontrar una solución ganar-ganar con las personas, que se puede dar la vuelta a la tortilla en momentos difíciles, que somos co-creadores de nuestra propia existencia y que existe un mundo lleno de posibilidades por explorar.

      Gracias también por fundar Jamming y el programa de coaching de vida, porque han sido una plataforma muy importante en nuestro aprendizaje y transformación, nos han proporcionado momentos muy especiales que han forjado nuestro carácter, nos han permitido adquirir práctica y sabiduría y, sobre todo, reconexión con nuestro sentido de propósito.

      Hubo un momento particular del día de estiramientos del CV13 que no olvidaré jamás. Yo estaba de pie sobre las sillas del aula Santiago, hablaba por el micrófono para dirigir la actividad mientras todo el sistema se abrazaba frente a mí. Tú te acercaste, yo estaba un poco más alta que tú. Miraste hacia arriba y, si mal no recuerdo, me dijiste «I love you». Respiré profundamente, bajé de la silla y ahora tú tenías más altura que yo. Miré hacia arriba, busqué tus ojos y te susurré «Sorry, I love you too. Tú eres el padre y yo la hija, tú eres el grande y yo la pequeña». Fue hermoso, nos apachurramos rico. Sentí que había recuperado a mi superhéroe, mi protector, mi guardián, a mi papá. No se había perdido, allí había estado todo el tiempo solo que yo había decidido ignorarlo.

      Para que un árbol crezca grande, fuerte y frondoso se requiere de un entorno propicio: tierra fértil y profundidad, agua, sol, aire, movimiento y constancia y perseverancia para darle tiempo a germinar y crecer. Cuando conscientemente pienso en ti y nuestra familia siento que ustedes me han dado el entorno perfecto y estoy agradecida de por vida: ustedes son mis raíces fuertes y sólidas que se extienden a lo largo de mi base y, pase lo que pase, me mantienen anclada y de pie impulsando a seguir elevándome y crecer gigante como una secuoya. Papá, tú eres y siempre serás unos de mis más grandes soportes, tú eres mi gran «pilar», y sin ti no sería quien soy ni habría logrado tantas cosas. Quiero que sepas que completas mi existencia y que no habrá distancia ni espacio ilusorio que pueda separarnos.

      Juan, en este día tan especial, quiero felicitarte, agradecerte y aplaudirte por todos los logros que has obtenido. Te deseo muchos años más de vida, años de paz, armonía, salud y mucho aprendizaje, revelación y sabiduría. Sigue cultivando todas esas cualidades que hacen de ti un gran hombre y me anticipo a felicitarte por las muchas otras que irás adquiriendo en esta vida.

      Ten la certeza de que yo estaré presente para ti, lista para aplaudirte y esperando a bailar El Danubio azul quizá ya no como una niña, pero sí como la mujer capaz que con tu ejemplo he llegado a ser.

      Papacho, te amo mucho y te recuerdo que en mi cofre de tesoros tienes asegurado un lugar muy especial. No hay día en que no me sienta orgullosa de poder llamarte papá.

      Te ama,

      Tu princhipessa Clarissa (carita de Rosi).

      04.11.2019

      ***

      19.10.19, una fecha curiosa

      Hace varios años, a causa de que nuestra querida hija Pilar padecía de un insomnio terrible, fuimos donde un grupo de cristianos de la Comunidad de los Esenios para buscar ayuda. Yo nunca he sido demasiado devota de los credos, pero tú siempre me has animado a abrirme a experiencias nuevas y, como por nuestros hijos somos capaces de cualquier cosa, asistimos a ver qué ofrecían. Al llegar al lugar, notamos que eran seguidores de Cristo que conservaban rituales de alguna época: decían tener habilidades clarividentes, que entraban en contacto con ángeles y utilizaban rosarios con cinco o seis cuentas que, según de qué lado caían, podían tener interpretaciones distintas. No sabíamos qué pensar, pero necesitábamos explorar todas las opciones. En la primera sesión una vidente nos dijo que en vidas anteriores ya habíamos sido pareja. Ella nos sabía felices y a punto de celebrar nuestro matrimonio -muy esperado y aprobado por la comunidad donde vivíamos-,


Скачать книгу