Trascendiendo. Fernando Gil Sanguineti
se había multiplicado. Si yo ahora tuviera que elegir una imagen para representarnos y describir el impacto que has tenido en mi vida desde que nos conocimos, me quedaría con lo que nos dijo esa mujer.
Siempre hemos sido muy diferentes, nos lo han dicho varias veces. Hay personas que incluso no entienden cómo es que seguimos juntos después de tantos años de estar casados, ni por qué nos enamoramos, en primer lugar. Me gusta pensar que la razón es que estábamos destinados a crecer unidos, a formar una familia próspera y desarrollarnos para trabajar en ser mejores individuos. Admito que, en ese sentido, llevé la mejor parte porque, a lo largo de nuestro camino como esposos, has sido siempre un maestro, un guía y un compañero. Por eso mismo estoy convencida de que con este emocionante proyecto que te has propuesto al publicar tu libro, serán muchas las personas que acogerán tus palabras de aliento e inspiración, las mismas que a mí tanto me han servido para superar cada dificultad que hemos tenido en nuestras vidas.
Como padre, como esposo, como hijo y también como profesional emprendedor, has superado cientos de obstáculos y no sin esfuerzo. A veces te he visto caer para luego levantarte más fuerte que antes y retomar la marcha. Te he visto reír y llorar sin tapujos, demostrándome que eres un hombre íntegro, valiente, sensible, capaz de aceptar sus sentimientos en sus victorias y derrotas. Me has acompañado en el nacimiento de nuestros tres maravillosos hijos y has velado porque crezcan sanos y contentos sin dejar de lado tus sueños ni nuestro bienestar. Te he visto ser un ejemplo para tantos jóvenes ambiciosos -esperanzados del futuro- en busca de una palabra que los anime a continuar con la lucha de superación que decidieron emprender. Incluso te he visto enfrentar tus demonios para convertirte en alguien mejor para ti mismo y los demás. En resumen, te he visto madurar con virtud, y en más de una oportunidad me has demostrado esa voluntad ferviente que tienes para mejorar todo cuanto te rodea, esa misma voluntad que me inspira a amarte cada día más.
Tampoco somos la pareja perfecta, tú no me permitirías mentir e idealizarnos. Sabes bien que hemos pasado por todo tipo de altibajos y que nuestra receta del éxito ha consistido en dialogar mucho, en tener ganas de entendernos y continuar hacia adelante, a pesar de las dificultades. Por eso me gusta pensar que, en nuestra relación, somos dos engranajes que, juntos, van girando. En ocasiones hemos debido limar un poco nuestros bordes para encajar, pero cuando lo hemos conseguido, hemos funcionado perfectamente. Y, por supuesto, luego nos hemos vuelto a estancar, pero otra vez hemos trabajado para volver a girar.
En este momento donde ambos enfrentamos nuevos retos, nuestro matrimonio está disfrutando de una nueva etapa que, de hecho, nos llevará a un nuevo y mejor lugar, a un punto donde ambos podamos sentirnos más libres y plenos. Siento que ambos seguimos tan enamorados como aquella vez cuando éramos jóvenes y, en la sala de la casa de mis padres en Jesús María, nos quedamos mirándonos a los ojos por casi cuatro horas sin decir nada. Aún recuerdo cómo te miraba, cómo me envolvía tu fragancia y tu presencia calmada, tus ojos penetrando mi alma y los míos dejándote ingresar. Recuerdo tu respiración cercana y nuestros ojos humedecidos, emocionados por ese largo momento de intimidad compartida en una conexión que ni siquiera requería del tacto. Era admiración mutua y lo que experimentamos ese día nunca podré olvidarlo. Dentro de mí, una voz me decía que esa franqueza, esa sensibilidad y ese nivel de confianza no lo conseguiría jamás con otra persona. Desde ese día supe que estabas destinado a mí y yo a ti.
Tú me has enseñado a ver las cosas buenas que ofrece la vida. También que la vida está llena de oportunidades, retos y cambios, y que lo mejor es adaptarnos y evolucionar. Creo que por eso me inclino a recordar lo que dijo la vidente, porque nos hablaba de un pasado que no era estático sino que llevaba la promesa de una prosperidad que, además de disfrutarla, podía ser compartida también en el presente, pues el futuro no es otra cosa que el aquí y el ahora extendido. Mi corazón sabe que este libro autobiográfico es tu modesta manera de compartir toda nuestra vida y de transmitir esos hallazgos que has ido recolectando en el tiempo, tras las duras batallas que lograste librar y superar. Después de todo, no conozco a nadie más que haya seguido con tanto ahínco las palabras que nos aconsejó Casimiro, nuestro amigo sacerdote, el día de nuestra boda: «Sean como una flor aun cuando todo lo demás sea un basural». Sé que así has vivido hasta ahora y sé que es lo que predicas al resto con tu manera de actuar. Te amo, marido, mi «muchacho joven y pelirrojo», y te deseo los mayores éxitos con esta publicación. Ya hemos bailado suficiente tiempo en la cima de las montañas y ha llegado el momento de que compartas también con otros el emocionante camino que has hallado para acercarte a la felicidad y vivir en la coherencia y plenitud.
Termino esta carta con la letra de una hermosa canción de Manzanero que tomo prestada para expresarte lo mucho que significas para mí:
Contigo aprendí que existen nuevas y mejores emociones
Contigo aprendí a conocer un mundo nuevo de ilusiones
Aprendí que la semana tiene más de siete días
A hacer mayores mis contadas alegrías
Y a ser dichosa, yo contigo lo aprendí
Contigo aprendí a ver la luz del otro lado de la luna
Contigo aprendí que tu presencia no la cambio por ninguna
Aprendí que puede un beso ser más dulce y más profundo
Que puedo irme mañana mismo de este mundo
Las cosas buenas ya contigo las viví
Y contigo aprendí
Que yo nací el día en que te conocí
LOVE YOU FOREVER!!
Tu love, Pilar
17.10.2019
Introducción
Cada vez que he terminado de escribir alguno de mis cinco libros, me he dicho «Esta será mi última publicación». A esta también llamo ahora «mi última publicación», pero algo me dice que no lo será porque empezó totalmente diferente a como terminó y está bien que sea así. El último capítulo iba a ser la introducción porque quería que fuese un libro conceptual que reflejara un modelo de pensamiento, el Método del SER, la filosofía de Jamming. Sin embargo, en mi mente no dejaba de resonar una propuesta que en cierto momento me hizo Roberto Valenzuela, alguien que ha sido muy funcional en la elaboración de este libro y a quien estoy eternamente agradecido. Él me dijo «Fer, ¿por qué no publicas crónicas personales? Tú tienes demasiadas experiencias que podrían ser de utilidad para muchos lectores». Mi respuesta, tajante, fue «No, de ningún modo, siento pudor, me da roche». Con todo, tras haber iniciado el libro desde una óptica teórica, se transformó poco a poco en lo que hoy es, una suerte de autobiografía analizada desde mis conocimientos. En el camino hubo tres procesos de escritura, y en los tres no pude evitar derramar muchas lágrimas: al redactarlo por primera vez, al revisarlo, y al dar el visto bueno después de la fase de edición. Hubo momentos de mucho dolor y de mucha gratitud a todos los protagonistas de mi vida y, por lo tanto, de esta publicación.
La estructura de esta obra representa las facetas más importantes de mi vida y adolece de la mención de una serie de protagonistas también importantes a quienes, muy a pesar mío, no he podido hacer participar de estas páginas pero que mantengo en lo más profundo de mi corazón con todos mis afectos, experiencias y trascendencia. A todas esas personas extiendo mis disculpas.
El libro tiene siete capítulos. El primero, Los mapas de la infancia. Un hermano especial, hace referencia a mis experiencias de la niñez y de la adolescencia temprana, como por ejemplo la relación con mis padres y mi hermano mayor, que marcó de manera significativa quien soy ahora, con mis virtudes y defectos. En cierto modo fueron vivencias difíciles que considero la raíz de mis cambios de percepción centrales y de aquellos que siguen sin materializarse y que aún generan situaciones de conflicto, exabruptos y desequilibrios emocionales. Felizmente estoy a tiempo para trascenderlos y este libro intensificó mi compromiso con ello. El capítulo dos, La carrera profesional. El esfuerzo versus la atracción cuántica, trata de los orígenes de mi formación profesional como economista y banquero, nada más lejos de la práctica profesional como coach ejecutivo, de