Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas. Lilia Ana Bertoni

Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas - Lilia Ana Bertoni


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sus productos exportables y una intensa afluencia de capitales y de mano de obra. El presidente, rodeado de un grupo agresivo y emprendedor, utilizó los resortes del Estado para aprovechar al máximo las posibilidades de la coyuntura y promover y orientar el crecimiento económico.10 Sin embargo, los recursos fiscales eran aún modestos; el aparato administrativo, todavía precario, se formaba con dificultad, por la escasez de recursos y por la carencia de personal idóneo para sus nuevas funciones, ya fueran contadores o maestros. Con estas ventajas y carencias, Juárez Celman dedicó los recursos del Estado a estimular las actividades privadas y garantizar sus beneficios, y también a realizar aquellas obras que no interesaban a los empresarios o que no podían quedar libradas a un funcionamiento espontáneo.11 Así, mientras se dejaban en manos privadas los ferrocarriles o la colonización agrícola, que eran rentables, se generó una agresiva política bancaria, se lanzó una arriesgada campaña financiera internacional y se llevó adelante un ambicioso –aunque no el más sensato, en la opinión de muchos contemporáneos– plan de fomento de la inmigración.

      La crítica a la calidad –“hombres sin oficio, malvivientes, haraganes y mendigos”– puso de manifiesto las dudas sobre la posibilidad de incorporar a esos inmigrantes en particular, pero a la vez revelaba la aparición de una desconfianza más general sobre el proceso de integración de los extranjeros en su conjunto. La imagen del inmigrante laborioso y emprendedor, agente decisivo para la transformación de la realidad, se miraba de manera más crítica, era relativizada y adquiría incluso matices negativos.

      Para quienes escrutaban el futuro, la disgregación de la sociedad era una posibilidad, porque el cosmopolitismo y la extranjerización cabalgaban


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