Voy contigo. Isaac Manuel Hernández Álvarez

Voy contigo - Isaac Manuel Hernández Álvarez


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a poner remedio a este problema y a colocar al elector en el lugar que le corresponde. Comités locales, ejecutivas, presidencias, vicepresidencias, secretarías, áreas de no sé qué y así un sinfín de nomenclaturas que, si bien son importantes para la organización legal y jurídica de las organizaciones políticas, de cara a las nuevas formas de orientar y dirigir los partidos políticos no tienen ya razón de ser. A eso hay añadir que, dependiendo del color o la ideología política, puedes encontrarte con el añadido extra de más divisiones o cargos que, francamente, a mí me cuesta entender. Bueno, la verdad, no tanto: nos gusta mucho la titulitis y la palabra jefe, aunque sea de sí mismo.

      Hablamos de innovar y de vender un producto llamado candidato político. El votante es el componente más relevante de la estructura de cualquier formación dedicada a vender confianza y a cambio obtener más papeletas en las urnas. ¿Cuántas veces escuchas esa frase de «eso también es política», refiriéndose a realizar gestiones o tareas relacionadas con la sociedad? Bien, compro una parte, pero no toda. Trabajar gobernando y gestionando un departamento o presupuesto público es eso, trabajo, una responsabilidad y en casi todos los casos una obligación. Los modelos de organización de ayuntamientos, gobiernos, diputaciones, comunidades o cualquier otra entidad pública fragmentada en áreas son gestión de recursos o de carteras de gobierno y no búsqueda de votos. Cuando hablas con cualquier dirigente político de cómo tiene definido o dividido su equipo, en el gobierno o en la oposición, enseguida oyes carteras, concejalías o departamentos como hacienda, igualdad, trabajo, patrimonio, turismo, servicios sociales, infraestructuras, deportes, etc.

      Y ahora ¿dónde está el cliente político en todas esas definiciones? Solo en el discurso o mensaje político; solo ahí, encorsetado en palabras y en publicaciones de todo tipo en los canales de comunicación ya conocidos o las nuevas plataformas como las redes sociales, internet y todos los que forman la política 2.0. Los nuevos sistemas políticos deben orquestarse en base a procesos políticos de trabajo; unos claramente estratégicos, unos procesos más operativos; y otros más de apoyo, como puedan ser aquellos relacionados con la comercialización del producto político, la administración y contabilidad del partido o aquellos que dan soporte en el día a día y que son también importantes para el correcto funcionamiento de los equipos políticos. Son las nuevas formas de entender las estructuras políticas las que orientan la organización al votante, a dar respuesta a sus inquietudes o necesidades; nuevos diseños organizativos donde el ciudadano está al inicio y al final de cualquier proceso relacionado con el producto político y que serán los que darán posibilidades de continuar representando a su electorado. Operaciones, procesos, procedimientos, perfiles políticos son algunos de los nuevos conceptos que implantar en partidos que realmente quieran ganar elecciones. Es en este nuevo contexto donde ya no es suficiente ser político, simpatizante o aficionado a esa rama de las ciencias sociales llamada política. Ahora toca contar con profesionales. Profesionales de la empresa política.

      Son las nuevas formas de entender las estructuras políticas las que orientan la organización al votante.

      La política tiene demasiada relación con la economía, con las personas, con los medios de comunicación, con la evolución y el desarrollo de las sociedades; entonces es evidente que ya no basta con declarar buenas intenciones y afrontar un proyecto político. Hace falta mucho más. ¿Por qué? Porque hay un factor que sí ha hecho cambiar el ritmo político de la sociedad actual: la competencia política, esa que nos hace ser mejores para poder subsistir. En próximos procesos electorales y en las décadas venideras veremos evolucionar hacia estos nuevos formatos, modelos que en sociedades más avanzadas cada vez están más implantados. Hablamos de vender política, ¿verdad? Entonces, ¿hasta cuándo los partidos políticos actuales van a seguir actuando en modo burocracia y no como empresa política que busca resultados?

      La respuesta la tienes en la profesionalización de la política.

      2. UNA EVOLUCIÓN NECESARIA

      «De eso se trata, de coincidir con gente que te haga ver las

       cosas que tú no ves. Que te enseñe a mirar con otros ojos».

      MARIO BENEDETTI

      Hace algunos años me tropezaba con un mail que me llegaba desde Almería. En él, un político inquieto quería una reunión conmigo. A partir de ese día conocí a un hombre apasionado por su tierra y por su partido. Hasta aquí todo puede parecer normal, pero lo que no lo es tanto es encontrar a alguien tan querido por toda la estructura comarcal y nacional de un partido político y mucho menos con tantos años en primera línea.

      Antonio Jesús se levanta todos los días para llevar a sus hijos a un colegio que está a media hora de coche de su pueblo, se acuesta pensando en política, sueña y se despierta con la gestión pública en su cabeza y, cuando esta le da algún respiro, le susurra algo relacionado con política. Con él he tenido la oportunidad de ver lo más ilusionante y lo más ingrato de este mundo tan complejo, la vida pública. Este nijareño es diputado por la provincia de Almería, sabe bien cómo se mueven los hilos de las formaciones políticas y conoce su tierra como nadie, a su gente y su idiosincrasia.

      Si he aprendido algo estos años recorriendo miles y miles de kilómetros es que esto no va de siglas políticas; va de gente que, como Antonio Jesús, defiende y quiere trabajar por unas ideas, independientemente del color político que representen. Este abogado lleva años buscando el bienestar para su pueblo, acertada o equivocadamente, pero él no entiende la política de otra manera. Primero, el ciudadano; luego, el partido.

      Antonio dice que el mejor destino para hacer turismo de cine es Almería. Yo digo que Tenerife. Ahí no nos ponemos de acuerdo. A ver cómo acaba la película…

      EL BUEN PLAN

      Los partidos, sea cual sea su origen, ya sean los que hoy mal denominamos «partidos clásicos» o las nuevas formaciones emergentes, basan su actividad en dos ejes fundamentales, la función política y la función electoral. Es verdad que en los últimos tiempos puede parecer que se tiene más activado el modo electoral que el modo político, pero no por ello deja de ser importante el segundo. Los partidos políticos y sus representantes son la manifestación ideológica de cómo hacer las mismas cosas. La esencia debe ser esa, ya no tanto si se es de derechas o se es de izquierdas, pero es cierto que debe quedar claro cómo se afrontan las cuestiones desde la perspectiva política y esta debe ser diferente en función de los principios y de la ideología de cada formación. Esto es fundamental y cuando esto se pierde o tiende a perderse creo que se hace un flaco favor al arte de la política.

      Siendo esa la esencia de la política, no es menos cierto que para ponerla en práctica, para demostrarlo, es imprescindible ganar elecciones, luego es imprescindible el modo electoral. Hace tiempo que entendí que las elecciones no se ganan solo en los mítines ni se ganan en las notas de prensa o en las entrevistas en los periódicos, televisiones o radios. Tampoco se ganan solo en las redes sociales, ni tan si quiera repartiendo folletos con tu programa electoral. Se ganan en el conjunto de todas esas cosas y probablemente algunas más. Por eso entiendo que es importante el marketing electoral y, sobre todo, profesionalizar el marketing electoral, que lo entiendo como algo más que profesionalizar la comunicación o la imagen. Es, bajo mi punto de vista, el conjunto de cosas que hay que hacer para que todo fluya ordenadamente y en la misma dirección, para evitar las ocurrencias aisladas y que todo vaya encaminado al cumplimiento de un objetivo. Esta fue mi inquietud cuando por primera vez contacté con mi amigo Isaac: buscar un profesional que me ayudara a conseguir el objetivo, que no era fácil, de volver a ilusionar a un electorado que ya llevaba tiempo confiando en nuestro proyecto a nivel local en el mejor pueblo del mundo, que es, sin duda para mí, Níjar. Creo que cometimos un error: simplemente, no haber empezado antes. Las acciones encaminadas a que los ciudadanos confíen en un proyecto deben empezar justo el día después de abrir las urnas electorales, con la vista puesta en la siguiente cita. Si bien es verdad que la retentiva humana es corta y que nos puede parecer que un tuit en la jornada de reflexión o una acción en los días de campaña pueda ser determinante, no es menos cierto que otros aspectos fundamentales a la hora de decidir un voto, como la credibilidad, la cercanía, la capacidad o la dedicación,


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