Inmigración internacional en Chile. Baldomero Estrada Turra
el análisis de redes es necesario en las investigaciones con grupos migrantes, no con el fin de estudiar la red en sí como objeto de estudio. Por medio de esta, nos acercaremos a un nivel de entendimiento de los procesos culturales y sociales, con sus reciprocidades, continuidades y conflictos desde lo más micro hasta el nivel macro, ahondando en particularidades que con otros métodos de análisis no se logran alcanzar. Con la utilización de la metodología de red, la fisonomía social de los sujetos es definida en este estudio a partir de los vínculos personales activados y generados por estos, con la utilidad de comprender el comportamiento de los diferentes actores y sus relaciones126. Esto pondrá en relieve los mecanismos de comportamiento social, la identidad de los actores que se tornan invisibles en los modelos estructurales127.
Refiriéndonos a la categoría analítica de red social, seguiremos el modelo empleado por Fernando Devoto y Hernán Otero, quienes comprendieron la red como una función de elementos aglutinadores de sociabilización. En este sentido, cobra relevancia el conjunto de recursos y objetos inmateriales: la materialidad de lo simbólico para lograr legitimización y hegemonía social al ser parte de estas instituciones. A través de su funcionamiento estas pueden generar espacios de reciprocidad, confianza y solidaridad128, así como mecanismos de promoción social que son de gran interés en el presente estudio.
En la construcción de las redes sociales el principal elemento de análisis radica en el actor social y el estudio de su trayectoria vital con la estructura de su grupo, ya que los inmigrantes mantienen diversos tipos de relaciones con sus familias, amigos, vecinos, que influyen en su comportamiento social129. Por su parte, las relaciones y vínculos que se establecen entre los distintos actores sociales desde sus prácticas, cobran un rol fundamental en la configuración de estas. Sin embargo, para la construcción de una red social necesariamente se deben ejercer las relaciones entre poderosos y dependientes. Las redes operan dentro de sociedades construidas sobre desigualdades estructurales, sus actores se reparten los espacios de control sociopolítico y económico en una estructura de poder totalmente jerarquizada de carácter vertical130. Es ahí cuando aparecen los roces, quiebres, desigualdades y conflictos; las redes se pueden desarmar, rehacer y/o renovar.
Como resguardo del capital social las redes pueden extenderse en sus radios de acción y aumentar los actores que la componen en sus lugares de origen, tránsito o destino, por medio de nuevos y distintos lazos, saberes y poderes131. Junto a esto, pueden existir redes paralelas, de menor escala que las dominantes132. En cuanto a sus formas, primero consideraremos la conformación de las redes premigratorias. Al momento de migrar, la toma de decisión en parte se ve influenciada por posibles contactos, conocidos, amigos, vecinos o parientes que con anterioridad migraron al nuevo país de destino. Estos contactos funcionaron como verdaderos puentes de información, compartiendo por cartas sus relatos y de voz en voz sus experiencias, así como también se convirtieron en ejemplos a imitar o no, en cuanto a las expectativas a cumplir y las aspiraciones de movilidad socioeconómica.
A través de la documentación revisada, principalmente estatutos y reglamentos de sociedades de beneficencia y sociedades de socorros mutuos creadas por inmigrantes en Magallanes, veremos cómo se expusieron normas, discursos y problemáticas asociadas al concepto de honor, a los mecanismos de promoción social, a las redes premigratorias para presentar como candidatos a los futuros socios y a la noción de hombres y mujeres de buena fama pública para acceder a estos círculos de privilegios sociales; reglamentos que se constituyeron como factores centrales al momento de profundizar en las formas culturales y simbólicas de las relaciones sociales de los inmigrantes133.
INMIGRANTES, IDENTIDADES Y DINÁMICAS ASOCIATIVAS EN MAGALLANES
Una vez radicados en el país receptor, los inmigrantes identificados con las distintas colonias mantuvieron una intensa vida asociativa a través de instituciones que apuntaban al conjunto de los compatriotas, pero que también estaban referidas a espacios sociales más acotados, reforzando identidades colectivas diferenciadas de la sociedad nativa134. Entre estas instituciones, existieron diversas asociaciones de origen mutuo-social, ya sea con el objetivo de prestar asistencia a sus paisanos en servicios de protección social, enfermedad, pensiones de vejez, viudez, orfandad, asilo, desempleo, gastos funerarios, entre otros contextos de necesidad y apremio.
También se crearon organizaciones con fines de conservación de identidad cultural de las distintas colonias, objetivo reflejado en la creación de centros socio-culturales, clubes deportivos, coros y colegios; compañías de bomberos para resguardar los bienes de los integrantes de las colonias; bancos y compañías de seguros para facilitar las actividades financieras de los inmigrantes, entre otras135. La creación de estas instituciones de orden social y benéfico, fue la expresión de sus intereses por socorrerse mutuamente136.
El participar en espacios de sociabilidad que mayoritariamente les pertenecieron a hombres y luego a mujeres de los grupos más acomodados, significó compartir
una serie de ritos sociales, de normas de comportamiento, de estilos de vida y de posición y relaciones sociales137. El capital cultural138 y las prácticas culturales impuestas por los grupos sociales dominantes, persiguieron establecer y consolidar a un sector de la sociedad magallánica compuesta por nacionales e inmigrantes de las capas medias y altas de una región austral en formación. Sociedad con claros matices de desequilibrio social y conflicto.
La condición de espacio fronterizo de la región austral, configuró una diversidad de componentes sociales, ya sean inmigrantes europeos, colonos nacionales, población autóctona, misioneros salesianos, figuras estatales, entre otros actores que permitieron la movilidad e integración de individuos con posiciones económicas diversas, articulándose en sistemas estratificados de posiciones sociales139. Los inmigrantes que quisieron ser parte de instituciones, socios y directivos de las respectivas organizaciones sociales de las colonias, tuvieron que cumplir con una condición y posición de clase140, situación que queda reflejada al analizar los estatutos y reglamentos para poder postular e ingresar a sociedades de beneficencia y de socorros mutuos.
La historiadora Carmen Norambuena, señala que en nuestro país entre las décadas de 1850 a 1900, existieron ochenta y dos organizaciones pertenecientes a colonias de inmigrantes; treinta y dos pertenecieron a la colonia alemana, diez a los italianos, siete a los inmigrantes franceses, cuatro a la colonia suiza y tres a los ingleses; las restantes se distribuyeron entre los inmigrantes austro-húngaros, portugueses y belgas principalmente141. En tal listado, se consideran aparte las instituciones pertenecientes a la colonia española, quienes sin duda fueron el grupo mayoritario con cerca de cuarenta y tres organizaciones a lo largo de Chile hasta 1930142. Para el caso de Magallanes hasta la década de 1920, se habían fundado cerca de cincuenta y cinco organizaciones sociales de inmigrantes de carácter benéfico, artístico, deportivo, educacionales, patrióticas, entre otras143.
En base a las dinámicas, estatutos y cuantía de los socios nos detendremos específicamente en la creación de las sociedades de beneficencia y de socorros mutuos. Y aunque en Chile, las investigaciones relativas al origen de este tipo de organizaciones fundadas por inmigrantes no son cuantiosas, sí aportan interesante información para comprender su funcionamiento144. Desde la década de 1850 se crearon las primeras sociedades de socorros mutuos o de beneficencia por grupos nacionales. El historiador Sergio Grez menciona que, la participación en ellas de individuos acomodados (profesionales liberales, empresarios, comerciantes), y el apoyo que a menudo les prestaban los consulados de sus respectivos países, les permitían entregar a sus asociados más beneficios que los ofrecidos por las mutuales del país receptor145.
Estas muestras de asociacionismo desarrollaron dinámicas marcadas por los mecanismos de promoción social al momento de definir el ingreso o no de los postulantes, las redes pre-migratorias y de solidaridad en contextos de recomendación de integrantes y de colaboración en situaciones de urgencia, así como también funcionaron en base a los recursos y los mecanismos de control de las pautas conductuales que marcaron la composición de sus miembros y la distinción social de tales organizaciones. Dentro de los orígenes asociativos, podemos identificar dos principales tipos de organizaciones: las sociedades de beneficencia y las de socorros mutuos. Cada tipo de organización se diferenció en su composición social y económica, no encontrándose exentas de conflictos y de rivalidades individuales, disputas interétnicas o