Inmigración internacional en Chile. Baldomero Estrada Turra
al otro extremo del mundo por Valparaíso no solo las ideas antiguas se hacían nuevas, en que no solo se lee a Walter Scott Los Puritanos de Escocia”31, sino que, además, varios renombrados descendientes de puritanos, hicieron residencia en él dejándonos parte de la herencia de Nueva Inglaterra en sus calles, desde conseguir armas y Biblias al ejército chileno, o siendo gestores de ideas y empresas de progreso, y el luchar por las libertades públicas y religiosas bajo el alero de una iglesia protestante32.
3) Desde los “inmigrantes” navegantes, a los colonizadores en Valdivia y Llanquihue
La zona sur del país vino a ser un lugar con condiciones tales, que será escenario de dos venidas de inmigrantes; la primera campaña fue un fracaso; la segunda en plena República se fue consolidando en el tiempo, sin dejar de lado su patria de origen, y su religión de cuna.
La primera oleada de pasajeros-navegantes con creencias calvinistas venidos a Chile, proviene de la parte norte de Holanda. Desde 1599, hasta 1722, los holandeses calvinistas desde sus primeras expediciones exploratorias, como la del comandante francés hugonote emigrado a los Países Bajos, Jacobo L´Hermite para 1623, tenían interés en Chile. Dichas flotas, con el propósito inicial de encontrar una nueva ruta hacia Las Indias Orientales, intentaron establecer una base para que sus flotas navieras pudiesen hacer escala, y “los puntos en la costa de Chile seleccionados para esto fueron Valdivia y la Isla de Chiloé”33. Empresa naviera como la comandada por Hendrick Brouwer para 164334, con marineros-colonos, con capellanes protestantes incluidos, que de la búsqueda de rutas, pasaron a los “deseos de colonizar estos parajes australes”35, como la recalada de un breve posicionamiento que hicieron en Valdivia no solo para enterrar al fallecido de Brouwer, pues era “para levantar allí el centro de una colonia”36 ante lo cual “estuvimos muy cerca de ser colonia holandesa”37.
Así como Valparaíso aparecerá en la renombrada cartografía holandesa como una bahía para poder fondear en el siglo XVII, para la primera mitad del siglo XIX se hablaba de él como el primer puerto-ciudad del Pacífico en los puertos alemanes, pues juntamente para la historia de la inmigración en Chile, y en este caso de la llegada de los primeros alemanes, para muchos tuvo relación con establecerse en él en función del comercio principalmente, y ya para 1840 dicha colonia había ido en aumento, y que de aquel puerto algunos de sus miembros se trasladaron al sur de Chile, como el caso del luterano practicante Federico Oelckers Detlevsen38, habiendo casos que de los enviados por Bernardus Philippi desde Alemania a Valdivia, uno que otro venía en comisión a Valparaíso, ya fuese para armar los contactos entre las casas de comercio de Hamburgo, Valparaíso y Valdivia 39, o el mismo caso de su hermano Rudolph A. Philippi, que utilizando Valparaíso como ciudad de paso, partir posteriormente en dirección a Santiago, pues para ello «el 20 de julio de 1851 zarpó, rumbo a América Latina, en el velero “Bonito” desde el puerto de Hamburgo… el naturalista llegó el 4 de diciembre a Valparaíso»40.
Para el 18 de noviembre 1845 el Gobierno por medio de la promulgación de la “Ley de Terrenos Baldíos”, autorizaba al presidente de la República a ser gestor de la “Provocación de la inmigración europea”41. Se le encomendó al ciudadano alemán Bernardo Eunom Philippi, de cuna luterana, hacer los contactos para traer colonos a Chile, y que estos fueran católicos. Según lo indicado por Eugenio Araya, es que por causa de la oposición de ciertos obispos en territorios tradicionalmente católicos de Alemania, como Münster y Paderborn, Philippi en la primera partida tuvo que recurrir a traer solamente colonos de tradición protestantes.
Iniciada la emigración, en el año de 1849, comenzó a circular, como lo anunciamos en la introducción, en Alemania, un libro “Publicado por J. F. Cast, presidente de la Sociedad para la Emigración y Colonización Nacional, Stutgart 1849”, su objetivo era describir “Valdivia y Chiloé para emigrados alemanes”. Con respecto a la religión, afirma: “La religión del Estado es católica, con tolerancia de todas las confesiones; los protestantes poseen en Valparaíso dos templos; en Valdivia por ahora hay una casa de oración”42. En aquel mismo tiempo, en su calidad de encargado de colonización Vicente Pérez Rosales, desde el sur de Chile, entregaba informes sobre la marcha y estado de los inmigrantes43. Estas dos citas, nos indican una muestra de preocupación por el proyecto, pero era evidente que el deseo de venir a Chile era mínimo, y esto se seguiría evidenciando por la información que entregaba la prensa dos décadas más adelante44, en razón de un accionar poco decidido por parte del gobierno, y parecía ser que no todos estaban convencidos que en forma inmediata se produjeran los cambios tan esperados en beneficio de la población chilena por medio de los llegados45.
Con un sesgo analítico, Eugenio Araya, en su descripción sobre los colonos alemanes que se arraigan en suelo chileno, da a entender que el primer contingente de alemanes que desembarcan en 1846 en Valdivia, no necesariamente todos son luteranos46. Una segunda llegada de familias colonos desembarcan en el Seno o Golfo de Reloncaví, para diciembre de 1852, estos “escapaban de la fracasada revolución [liberal] ante la reacción conservadora”47, los cuales mirando con distancia a la iglesia oficial de su tierra, y mezclados dentro los declarados no profesante, “los evangélicos no eran todos miembros de la Iglesia de Prusia; los había luteranos, reformados y de las iglesias evangélicas libres. Pero casi todos partidarios de la Revolución de 1848”48. Estos formaban parte de un ambiente de inconformismo con las autoridades de su nación de origen, y que va a durar años49, muestra de aquello queda evidenciada en una protesta levantada en la zona de la Alemania luterana, y traducida y publicada en El Mercurio50. Dichos pensamientos y futuros comportamientos radicalizados de los colonos, a nuestro juicio son relevantes, pues encierran una mentalidad de pensamiento abierto para la época, conductas éticas, y posiciones ante la Iglesia oficial chilena, ante el Estado y libertades públicas y su asociación como cuerpo eclesial a futuro. Aun así, no serán ellos los que obtendrán el reconocimiento de las primeras luchas por matrimonios mixtos y cementerios laicos, esto se dará con los protestantes y liberales desde Valparaíso.
Queda pendiente la triada, el describir la relación existente entre las casas comerciales en Alemania, con Valparaíso y Valdivia-Llanquihue con un variado intercambio comercial que fue en un evidente crecimiento, lo cual por espacio no podemos abarcar con más líneas a describir, ante aquello y más, el lector puede obtener mayor información de los primeros años transcurridos que describen la inmigración colonizadora alemana a Valdivia, algunos que la han relatado, son: Isabel Montt Pinto, Francisco Encina, Vicente Pérez Rosales, y el Revdo. P. José Harter, y la zona de Llanquihue por la Liga Chileno Alemana, libro que aparte de contener importante información sobre colonos y órdenes de religión católica, en sus primeras páginas, en las breves reseñas biográficas de los tres primeros pioneros, en ellas se indica una relación directa de estos personajes con la Iglesia evangélica alemana, luteranos, y el cuarto siendo el Dr. Francisco A. Fonck, nacido en territorios de religión reformada en la Prusia oriental, y del cual se nos afirma que “sus restos descansan en el cementerio de Disidentes de Valparaíso”51.
II. INCONVENIENTES DE UNA PARTICULAR INMIGRACIÓN
A nuestro parecer, la mejor manera de poder aclarar detalles generales que rodean este capítulo, es sintetizar conocimientos previos para empezar. Por otra parte, utilizar la información publicada que hace de contraste discursivo a las opiniones que afirmaban que la inmigración traería ventajas, en este caso citar una muy breve parte del pensamiento escrito contrario a ello, el cual se oponía a una particular inmigración-colonia, no solo a sus pensamientos, y sus consecuencias, sino también a que se siguiera ampliando con más inmigrantes.
2.1) Los componentes mayoritarios de la inmigración
En la primera mitad del siglo XIX, para la generalidad de los historiadores, inmigración extranjera llevaba, si bien no necesariamente, asociado el concepto de religión reformada. Era evidente que un porcentaje no menor de los componentes de estas nuevas colonias habían nacido en zonas europeas que por medio del bautismo de infantes quedaban ligados por el “apellido” de protestantes desde sus nacimientos a dicha religión, o lo que en algunos casos se le indica de “diferente acta de Bautismo”. Ricardo Krebs, en uno de sus muy ilustrados libros donde aborda la relación de la Iglesia con los nuevos cambios sociales y culturales, en el desarrollo del tópico que lleva por subtitulo “la penetración y la propagación del protestantismo”52,