Formación integral universitaria. Jorge Eliécer Martínez Posada
a propósito de las experiencias de acción política encontradas en relatos autobiográficos. Además, deliberaron en grupo sobre las hegemonías de los discursos imperantes y las visiones centradas en un solo sentido de la realidad política; también acerca de la forma en que este efecto dominante se vela o potencia otras posibilidades de creación y resistencia.
Discusión teórica
La categoría de sujeto político es inherente a la configuración de las subjetividades políticas, puesto que se relaciona con las experiencias y acciones de los sujetos en un momento histórico y un contexto dado. Sin embargo, el “sujeto” y lo “político” son construcciones históricas consolidadas en la modernidad, así como productos de la cultura occidental. En consecuencia, la política emerge del fortalecimiento del poder del Estado en la modernidad; este rige su poder soberano para controlar a los sujetos y a la población en general, mediante mecanismos normativos que pretenden mantener el orden jurídico y social. Las personas obedecen y legitiman el poder estatal que, a la vez, controla y garantiza los derechos individuales en un marco jurídico, lo que se puede ver como la retribución que recibe la población por parte del Estado.
El sujeto político moderno es una construcción restringida a los principios jurídicos y normativos de la organización de la sociedad moderna. Para Cubides y Martínez (2012b), la ley opera como un medio que le atribuye roles y funciones al sujeto, al tiempo que lo sanciona si no cumple con las normas. Las relaciones de poder están mediadas por la resistencia y las libertades, que son fruto de las tensiones, renuncias e intersticios que no están demarcados por el poder. Por esto, en el trabajo se usa a modo de categoría analítica la idea de sujeto propuesta por Foucault (1988), con la que descubre la potencialidad de “sí mismo” o el “cuidado de sí”, entendido este como “las prácticas de libertad mediante las cuales el individuo busca constituirse y transformarse a sí mismo, como el problema ético y político más importante” (Cubides, 2006, p. 11). El cuidado de sí también se refiere a otras posibilidades que encaminan a los sujetos a transformarse y ejercer nuevas ciudadanías2.
Foucault (1988) plantea las dimensiones epistemológica, política y ética, en las cuales se da lugar a la constitución del sujeto. La primera señala las relaciones de poder/saber y sujeto/verdad que se dieron a lo largo de la historia y configuraron un tipo de sujeto. La segunda se basa en la manera en que los sujetos se relacionan y actúan frente al poder, y ejercen un tipo de resistencia o legitimación de este. Por último, en la tercera, “el cuidado de sí mismo implica una actividad, una atención, la elección de conocimientos importantes para vivir de cierto modo y unas técnicas adquiridas mediante el ejercicio de uno mismo sobre uno mismo (askésis)” (Cubides, 2006, p. 71). En este sentido, la ética se basa en la manera en que cada sujeto se relaciona consigo mismo y con los otros, lo que implica su concepción sobre la moral, la participación y su comportamiento en la sociedad como una toma de decisión.
Por su parte, Zemelman (1992) expresa que los sujetos y los movimientos sociales ponen de manifiesto la historia construida en relación con los referentes de poder de dominación y tienen la posibilidad de convertirse en agentes de transformación en sus contextos. Asimismo, Touraine (1997) expresa: “el sujeto no es otra cosa que la resistencia, la voluntad y la felicidad del individuo que defiende y afirma su individualidad en contra de las leyes del mercado y las de la comunidad” (p. 86).
La individuación no involucra que el sujeto no sea consciente de su comunidad o su contexto, por el contrario, las acciones que se concentran en los movimientos u organizaciones sociales le permiten al individuo identificarse con la colectividad y generar acciones que la benefician; de tal manera que la postura del sujeto político es reflexiva de “sí mismo” como parte del colectivo. Las construcciones teóricas de estos autores sobre el sujeto fueron herramientas para comprender las apuestas políticas de los estudiantes universitarios y cómo se constituyen su reflexividad, sus convicciones y su criticidad.
Los jóvenes como actores
En el contexto de la investigación se definió la categoría de jóvenes conectada con la participación política, desde la condición de la juventud como una etapa de la vida y una categoría que deviene de una construcción social, histórica y cultural. Así, lo “joven” también se refiere a las pasiones, al carácter, a la personalidad, a la manera en que se resiste al orden y a lo que establece el sistema como condicionante, a la configuración de subjetividades que dependen de la cultura, los rituales y los comportamientos propios de los jóvenes. En suma, para esta investigación la juventud se comprendió, de acuerdo con Negri, a modo de “un actor social, una multiplicidad que actúa. La multitud no es como el pueblo, una unidad, sino, opuesto a las masas y a la plebe, podemos verla como algo organizado” (Martínez, 2013, p. 108).
Algunas perspectivas teóricas usadas para comprender las acciones de los jóvenes-estudiantes universitarios en el contexto actual que caracteriza la globalización, y como crítica a la modernidad, las definen Alvarado et al. (2012), quienes aportan dos reflexiones:
1. La desobediencia a lo instituido y normalizado: se basa en el cuestionamiento y resistencia hacia el orden establecido, lo cual propicia que los jóvenes planteen otras formas de acción y de transformación social.
2. La constitución de significados desde las colectividades: la colectividad es el escenario de las construcciones reivindicativas con los otros, que reflejan propósitos e ideales elaborados en conjunto.
La constitución ético-política de los jóvenes posibilita entender la reflexividad que hacen como sujetos partícipes de la colectividad, las maneras en que actúan en el movimiento y cómo generan relatos sobre sus experiencias. Para ellos, la subjetividad política es una alternativa que le pone resistencia al adultocentrismo, el cual dispone de las formas de disciplinarlos para que obedezcan a un orden productivo, al engranaje del sistema político, económico y cultural.
No obstante, en el contexto de la constitución de subjetividades, la socialización política también se basa en las realidades creadas a lo largo de la historia en la sociedad y que los sujetos interiorizan en cada etapa de la vida, en su relación con los otros; así, adquieren una serie de roles, de valores, de verdades que justifican la realidad construida y que se validan en lo social (Berger, 1999). Con base en esto, se comprende que el sujeto político emerge de un contexto temporal y espacial que configura un determinado grupo social en las relaciones de poder/saber que sustentan unos supuestos de verdad. Mirar al sujeto en todas sus dimensiones conlleva que este se posicione de manera crítica sobre “sí mismo” y la sociedad, que se reconozca como parte de un colectivo y de su historicidad en un contexto dado. Por esto, la investigación buscó identificar si los sujetos, los jóvenes estudiantes, tienen posibilidades de crear sus propias acciones, asumir roles, alcanzar capacidad de resistencia y transformar o configurar su propia subjetividad.
Discusión metodológica
En línea con lo planteado, el objetivo general de esta investigación fue comprender cómo los jóvenes se vinculan y participan en experiencias de acción política que logran instituir dinámicas alternativas de construcción de país-ciudadanía, a partir de los acontecimientos sociohistóricos y políticos significativos en la actualidad.
Los objetivos específicos que permitieron alcanzar ese objetivo general contemplaron explorar, desde el campo de los lenguajes, las formas de enunciación del mundo que asumen los jóvenes universitarios lasallistas involucrados en experiencias de acción política alternativas3; indagar sobre cuáles acontecimientos históricos, sociales y políticos recuerdan como detonantes de acciones políticas alternativas y, por ende, saber por qué los conciben a modo de una parte fundante de la configuración de país-ciudadanía; comprender en qué condiciones se realizaron las experiencias alternativas de los jóvenes. Sobre esto, los investigadores se hicieron diversas preguntas, por ejemplo: ¿de qué manera acontecieron las experiencias?, ¿cómo se vincularon los jóvenes universitarios lasallistas a estas?, ¿qué saberes