Contribuciones a la criminología. Viviana Berger
de los efectos positivos de este trabajo transmitidos por parte del Centro, se nos ha solicitado armar un dispositivo análogo en el Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial (CE.VA.RE.PSI.), adecuándolo a sus particularidades y a las diferentes temáticas e impases del trabajo con población varonil. Mientras tanto, aquellos que participamos de esta experiencia, buscamos responder con elaboraciones epistémicas, publicadas en el presente libro, que esperamos contribuyan a la investigación sobre las intervenciones posibles del psicoanálisis en instituciones carcelarias, aportando cada una la hebra del real que ha podido pescar de la experiencia.
Al ser éste un dispositivo que parte del trabajo de Escuela, nos pareció importante poner a consideración de los colegas de la sede y de la NEL estos productos, y así se inauguró el “Ciclo de Noches de Psicoanálisis y Criminología”, en el que estos trabajos se conversaron con colegas de otras sedes, contando con la interlocución privilegiada del Observatorio de Las violencias y las mujeres en Latinoamérica. Esto a su vez ha generado vínculos de trabajo por la vía del cartel con colegas de otras ciudades de América concernidos por el trabajo en este tipo de instituciones.
Finalmente, este programa ha estado acompañado por las investigaciones de distintos miembros de la Asociación Mundial de Psicoanálisis quienes, en un segundo “Ciclo de Noches de Psicoanálisis y Criminología”, generosamente compartieron sus investigaciones con nosotros y con distintas sedes y delegaciones de la NEL a través de videoconferencias interesantísimas, brindando importantes precisiones epistémicas que aportan novedades y herramientas para esclarecer esta forma de tratamiento del malestar contemporáneo, y sin duda alguna, contribuyendo al avance del psicoanálisis, tal y como Lacan deseaba que hiciera su Escuela.
Bibliografía
Lacan, J., “Conferencia en Baltimore”, Simposio Internacional sobre el estructuralismo, del Centro de Humanidades,1966.
Laurent, E., “Ciudades psicoanalíticas”, Revista Virtualia 8. Fuente: http://www.revistavirtualia.com/ediciones/8/indice
Miller, J.-A., Un esfuerzo de poesía. Paidós, Buenos Aires, 2016.
Santiago, J., “Pulsión de muerte, moterialité del lazo social”, Revista Lacan XXI, Mayo 2019. Fuente: http://www.lacan21.com/sitio/
Baudini, S., “Entrevista a Graciela Brodsky, Acción lacaniana”, Revista Virtualia 8, Junio/Julio 2003. Fuente: http://www.revistavirtualia.com/ediciones/8/indice
1- Baudini, S., “Entrevista a Graciela Brodsky, Acción lacaniana”, Revista Virtualia 8, Junio/Julio 2003. Fuente: http://www.revistavirtualia.com/ediciones/8/indice
EN ACCIÓN LACANIANA PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN EN PSICOANÁLISIS Y CRIMINOLOGÍA DE LA NEL-CIUDAD DE MÉXICO
Coordinadora:
Viviana Berger
Integrantes:
Cinthya Estrada-Plançon
Isis Nicacio
Edgar Vázquez
José Juan Ruiz Reyes
Silvana Di Rienzo
TEXTOS
Las voces detrás de las paredes
Viviana Berger
Introducción
¿Qué será hoy? Es la pregunta que sistemáticamente se nos ha repetido cada vez mientras vamos pasando los controles de registro para el ingreso al penal –la incertidumbre de la antesala del encuentro que nos sumerge en un universo donde el sujeto aun resiste, donde lo real sin ley retorna con una crudeza inusitada.
Lacan decía que hablaba a las paredes, “Siempre les hablé a los muros”. (1) Sin embargo, sabemos que la voz que se dirige a los muros tiene la propiedad de repercutir –en ese sentido, se deja de estar completamente solo. En Tepepan se trata de las voces que provienen de entre los muros del reclusorio, no se habla a los muros, se habla desde su interior. Evidentemente, no se trata de las paredes de la capilla de Sainte-Anne; en este caso, son las de una estructura que aloja a los sujetos que por actos delictivos se vieron llevados a habitar detrás de murallas que los aíslan de la sociedad. La voz, esas voces son perfectamente reales, y no solo para el sujeto –ya en 1933 Lacan escribía “Hay allí algo que hace a la estructura misma de lo social”. (2) Será nuestro el desafío de saber leer el real de la civilización que cobra voz a través de estas historias.
Esas voces que encarnan eso que habita el lenguaje, fuera de sentido, de la estructura. “Ella asedia y basta decir para que emerja, para que surja la amenaza en lo que se puede decir. Si hablamos tanto, si hacemos nuestros coloquios, nuestras charlatanerías, si cantamos y si escuchamos a los cantantes, si hacemos música y si la escuchamos, la tesis de Lacan, según mi punto de vista, comporta que todo eso se hace para hacer callar a aquello que merece llamarse la voz como objeto a”. (3) Evidentemente, el sujeto portador de esa voz estará destinado al silenciamiento del encierro y la segregación, salvo que ese malestar pueda ser escuchado; es allí donde está convidado el psicoanálisis, partenaire del Otro social.
¿De qué manera el discurso del psicoanálisis puede servir en este contexto? Aún lejos del dispositivo analítico, el deseo del analista siempre se dirige al sujeto; entonces, más allá de la lógica víctima / victimario, el psicoanálisis lo extraerá de la masa del conjunto anónimo de “¡los criminales!”, para acercarse al sujeto en singular. Se indagará en relación a la pregunta por la causa del delito –seguramente opaca, fuera de todo sentido común, pero no a los fines de esclarecer una investigación judicial, sino más bien, para situar las circunstancias y la lógica del desencadenamiento que permitirán echar luz sobre el caso clínico. El interés versará respecto de la posición subjetiva frente al acto, la comprensión de la significación del crimen en el uno por uno, lo real en juego en cada caso.
Se trata de una clínica muy particular: en intersección con el derecho, lo jurídico, la psiquiatría, e incluso, lo policial. La seguridad pública está implicada: hay expedientes, jueces, testigos, forenses, peritos, y en muchos casos, ¡hasta la prensa!, además de los trabajadores sociales, psicólogos, criminólogos y el personal técnico penitenciario.
El presente texto aspira a formalizar el recorrido de la experiencia durante el primer año de trabajo en el Centro Femenil de Reinserción Social de Tepepan, al que llegamos a través de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, con el afán de transmitir, más allá del saber acumulado y la acción lacaniana llevada adelante, los efectos de formación y transferencia de trabajo que se generaron a partir de la misma, en un retorno hacia la Escuela, para que repercutan, también, entre otros, psicoanalistas y no psicoanalistas.
No tenemos, entonces, construcciones acabadas, sino más bien el esfuerzo de elucidar el acto del analista y escribir sobre el movimiento de una investigación novedosa, donde el psicoanálisis se encuentra con la criminología, y a la vez se imbrican múltiples aristas: la acción lacaniana, la clínica carcelaria, las presentaciones de enfermos de Lacan, el pasaje al acto en la psicosis, y los alcances de la presencia de los analistas en las instituciones.
Nada es más humano que el crimen
Nada es más humano que el crimen, resulta, pues, una provocadora paradoja que propuso oportunamente Jacques-Alain Miller, a través de la cual desenmascara la cara oscura del ser humano que subyace detrás del velo admirable de los buenos sentimientos y las normas sociales, aludiendo a la