Inducción Miofascial para el Equilibrio Estructural. James Earls

Inducción Miofascial para el Equilibrio Estructural - James Earls


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de tejido laxo (modelo y fotografía por cortesía de Tom Flemons, www.intensiondesigns.com). Esta estructura se comporta, como los seres humanos, de ciertas maneras muy interesantes.

      Pronto se empezó a hablar de las características de la tensegridad. Las imágenes ayudan, pero jugar, manipular o crear una estructura de tensegridad es el mejor modo de llegar a sentir cómo funcionan dichas estructuras (figura 1.8).

      Estas estructuras son más elásticas que las grúas o las máquinas con las que las solemos comparar y gozan de muchas propiedades únicas que las hacen adecuadas como modelos para el funcionamiento humano:

       1. Integridad interna

      Tu casa o una grúa no podrían funcionar tan bien si se colocaran bocabajo, pero el cuerpo de un animal, incluido el de un ser humano, mantiene su integridad estructural cuando está colgado de un árbol, haciendo el pino o dando un giro en el aire como los bailarines. Las estructuras de tensegridad, debido al equilibrio interno de la tensión y la compresión, mantienen del mismo modo su forma sin importar su orientación.

       2. Distribución de la tensión

      Puesto que las bandas elásticas de una estructura de tensegridad son continuas y los miembros de la compresión (los huesos) flotan aislados, cualquier deformación (causada por la presión sobre un hueso o el cambio de tensión en una cadena única) creará una tensión que se distribuye finalmente por toda la estructura. Esto causa pequeñas deformaciones en toda la estructura en lugar de grandes deformaciones locales.

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       Figura 1.8. La columna modelada como estructura de tensegridad. Obviamente, estos modelos sencillos están lejos de reflejar la complejidad de la columna, pero en acción imitan ciertos aspectos de nuestro propio movimiento y su comportamiento en función y en disfunción.

      Este fenómeno ha sido demostrado biológicamente (Huijing, 2009) y, según la opinión de este escritor, no recibe la valoración adecuada en los textos actuales sobre tratamiento. En resumen, cualquier lesión se convierte rápidamente en un fenómeno de distribución que crea patrones en todo el cuerpo y requiere que se examine y se trate todo el cuerpo. Un latigazo cervical es un problema del cuello de unos días, un problema de columna lo es de unas semanas, y a partir de entonces un problema de todo el cuerpo. Continuar tratando sólo el cuello transcurrido este período es una equivocación demasiado frecuente.

       3. Expansión o contracción en todos los ejes

      Aprieta un globo por el centro y se alargará. Tira de una cuerda y su circunferencia disminuirá a medida que aumente la tensión. Gracias a su cualidad de distribución, las estructuras de tensegridad actúan de formas diferentes (y con frecuencia, también los cuerpos). Si expandes una estructura de tensegridad en una dimensión, algunas veces se expandirá en todas direcciones (en función de su estructura interna). Si la comprimes, no sólo se comprimirá en la línea de fuerza, sino en todas sus dimensiones, lo que la irá haciendo más densa y más elástica.

      Los cuerpos también muestran este fenómeno. Un cuerpo con una lesión grave puede contraerse y replegarse a lo largo de todos sus ejes, no sólo en el primero que se vea afectado. Por otro lado, cuando abrimos el cuerpo en una dimensión, éste parece expandirse en todas las dimensiones –más altura, más anchura, más profundidad.

      Aunque el veredicto final no se base exactamente en cómo funciona la mecánica del cuerpo, observarlo según su tensegridad conduce a coherentes estrategias globales que mejorarán enormemente la eficacia y la longevidad del tratamiento local.

      La fascia es muy importante en todos los aspectos que hemos mencionado –su plasticidad, su elasticidad, su comunicación y su naturaleza holística–, pero evidentemente ahí no acaba la película. Podemos seguir completando el “cuerpo fibroso” añadiendo los otros dos sistemas que ocupan todo el cuerpo: el sistema circulatorio y el sistema nervioso. Estos dos sistemas se entienden mejor que el sistema miofascial, y nuestros músculos están claramente unidos a las señales nerviosas y al torrente sanguíneo nutricional para funcionar. Por tanto, la mayoría de las terapias locomotrices se han centrado en el libre flujo de líquidos hacia y desde las células o en la coordinación del movimiento a través de los nervios libres de obstáculos (figura 1.9).

      Está claro que estos efectos bien documentados sobre lo que es en realidad una red neuromiofascial de una pieza son muy importantes y en la práctica es imposible separarlos por completo. Sin embargo, nuestra tesis se basa en las propiedades de la parte miofascial de esta red que media entre estabilidad y movilidad.

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       Figura 1.9. Las tres redes que ocupan el cuerpo fueran perfiladas por Vesalius, quien las publicó ligeramente antes que este libro, en 1548. En sus maravillosos grabados, observamos que cualquiera de estas redes nos mostraría la forma del cuerpo entero. La red miofascial es la menos desarrollada de estas tres imágenes y sigue así 450 años después.

      En comparación con estas otras redes, la red miofascial es más rápida a la hora de comunicarse –322 m/seg en información mecánica frente a 67 m/seg en el sistema nervioso–, pero es más lenta al responder que la neural o la vascular. La respuesta de remodelación de la fascia se mide en días y semanas, no en segundos o minutos. Es lenta para aceptar cambios iniciados desde el exterior y conserva los cambios que sufre. Esto convierte al sistema miofascial en un depósito de muchos de los patrones para problemas crónicos, como opuestos a los agudos. Evidentemente, los tejidos conjuntivos pueden sufrir traumatismos agudos, como ocurre en una fractura ósea, en la rotura de un tendón o en la distensión de un ligamento, pero el efecto de este traumatismo se distribuye por la red tisular y tiende a persistir mucho después de la curación inicial de los otros tejidos.

      La respuesta inflamatoria que hincha y aporta proteínas curativas a los tejidos lesionados también provoca al final un aumento de la fibrosis, la pérdida del movimiento entre las capas y una “pegajosidad” en los elementos intersticiales que obstruye el flujo vascular y linfático. La tensión crónica causada por la inapropiada longitud o relajación de la fascia puede provocar puntos gatillo neuromusculares. Y ocurre lo mismo a la inversa: la tensión crónica causada por la ansiedad o el mal uso o el desuso, el abuso o el sobreuso ocupacionales puede conducir al espesamiento de la fascia.

      Como conclusión, aunque existen muchos enfoques válidos para tratar la red neuromiofascial, hay razones para considerar el componente miofascial de la terapia a corto y largo plazo para el equilibrio estructural (figura 1.10).

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       Figura 1.10. Una interpretación moderna de la red miofascial realizada por ordenador por Jeff Linn utilizando el Visible Human Data Project. Aquí se observa el muslo, una pequeña sección de lo que podría ser representado en su totalidad: la red miofascial del cuerpo, que lo incluiría desde las meninges hasta las bolsas de los órganos y sus soportes, el epimisio, el endomisio y el perimisio musculares, y los tabiques intermusculares, rodeados por una profunda fascia de revestimiento y las capas superficial areolar y dérmica.

      1. Proteínas STAT: transductores de señal y activadores de transcripción (por sus siglas en inglés, Signal Transducer and Activator of Transcription). (N. de la T.).

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      Inducción miofascial y desarrollo del tacto

      El tacto es esencial, un “alimento” vital para el cuerpo y la mente. Es necesario para refrescarnos, estabilizarnos, reconfortarnos y nutrirnos. Necesitamos el tacto para gran parte de nuestro trabajo y nos sirve para comunicarnos en este mundo en el que vivimos. Se ha escrito mucho sobre los tipos de tactos y se han investigado mucho sus efectos, pero poco se ha escrito sobre cómo desarrollar una manipulación terapéutica segura, efectiva y profunda de los tejidos miofasciales.

      Este libro


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