Análisis y control del rendimiento deportivo. Atko Viru
las mejoras morfofuncionales de la célula. La suma de todas estas mejoras celulares garantiza el aumento de las capacidades del organismo en su totalidad.
El control metabólico aumenta su eficacia en los aspectos relacionados con la movilización de las capacidades metabólicas y funcionales y el uso más económico de los recursos metabólicos. La realización del control metabólico está relacionada con una mayor actividad enzimática, una elevada sensibilidad del músculo y demás tejidos ante el influjo de los agentes de control, y una capacidad de respuesta mayor y más estable de las glándulas endocrinas durante los ejercicios que requieren la movilización de las funciones máximas del organismo. Las principales consecuencias de la realización del control metabólico son una rápida y más estable movilización de los recursos del organismo, un uso más económico de sus reservas y una mayor labilidad del control metabólico.
Los cambios metabólicos inducidos por el entrenamiento constituyen la base principal para la mejora del rendimiento. En consecuencia, los métodos utilizados para la evaluación de la eficacia del entrenamiento también deben incluir los índices que proporcionan información sobre la adaptación celular.
Parte
Métodos para el control bioquímico del entrenamiento
La Parte II de este volumen considera los problemas metodológicos de los diversos métodos de valoración utilizados en el control bioquímico del entrenamiento.
El capítulo 3 empieza con un análisis sobre el uso de la biopsia muscular para el control del entrenamiento y trata en profundidad la información obtenida a partir de diversos metabolitos y sustratos contenidos en la sangre. El capítulo 4 expone las consideraciones metodológicas generales de los estudios hormonales que hay que tener en cuenta para evitar, en la medida de lo posible, los errores metodológicos y la interpretación incorrecta de los resultados. El capítulo 5 añade información específica sobre la función de las diferentes hormonas en el control metabólico, especialmente durante el ejercicio, así como un resumen del efecto del ejercicio sobre los niveles sanguíneos de las hormonas estudiadas. El capítulo 6 describe la utilidad de los parámetros hematológicos, los índices inmunológicos y las características del equilibrio hidroelectrolítico para el control del entrenamiento.
Capítulo
Metabolitos y sustratos
En el control del entrenamiento, la evaluación del estado metabólico del organismo suele llevarse a cabo mediante la valoración de diversos metabolitos y sustratos presentes en la sangre, la orina, la saliva o el sudor. Los resultados obtenidos definen lo que está pasando en los músculos activos. Para conseguir una información directa, es necesario la obtención de una muestra para biopsia. En la investigación del metabolismo muscular, el valor de la información obtenida sobre los metabolitos o sustratos a partir de cada uno de los métodos utilizados decrece según el orden siguiente:
Biopsia muscular
No obstante, la viabilidad de cada método aumenta en el mismo orden, siendo la biopsia muscular el menos viable y el sudor el más viable. Más adelante se expondrán diversas opciones respecto al uso de la biopsia. En condiciones de campo, la punción arterial y, en consecuencia, la valoración de la diferencia arteriovenosa, no es utilizable.
Así, el investigador debe escoger el «medio de oro», el método más viable en las circunstancias particulares de la actividad y que proporcione la información suficiente para la evaluación de la función objeto del control. Por otra parte, los metabolitos y sustratos escogidos para la medición deben estar relacionados con la tarea del control. No obstante, la interpretación de la información obtenida depende del conocimiento de la vía metabólica que genera la formación del metabolito, el destino metabólico de la sustancia y la producción/uso del sustrato.
Biopsia muscular
La información de más valor sobre las reservas energéticas y los procesos metabólicos se consigue mediante la biopsia muscular tras la determinación de los metabolitos/sustratos en el tejido muscular. Este método ha proporcionado valiosos resultados para el establecimiento de las principales características del metabolismo energético en los músculos de los seres humanos y es muy recomendable para los experimentos sobre entrenamiento en condiciones de laboratorio.
No obstante, el método tiene un uso limitado. Hultman señaló que había utilizado este método para la investigación en jugadores de fútbol. El método está basado en la extracción de una muestra de tejido muscular utilizando una aguja para biopsia percutánea. La aguja fue introducida por Bergström (1962). En un principio, el método fue utilizado en condiciones clínicas para la determinación de los electrólitos musculares en seres humanos (Bergström, 1962). Actualmente es un método ampliamente empleado en la fisiología humana del ejercicio y la medicina deportiva. Los estudios de Hultman (1967, 1971) contribuyeron ampliamente a la promoción y la expansión de este método para su uso en los estudios bioquímicos en seres humanos durante el ejercicio.
Primeros estudios
A partir de 1966 empezaron a aparecer publicaciones que describían los resultados obtenidos mediante biopsias sobre las modificaciones del glucógeno muscular (Bergström y Hultman, 1966a; Ahlborg et al., 1967; Hultman, 1967), los electrólitos (Bergström y Hultman, 1966a; Ahlborg et al., 1967) y los fosfatos ricos en energía (Hultman, 1967; Karlsson, 1971) en los seres humanos durante el ejercicio. Los resultados demostraron que una caída del contenido en glucógeno muscular inducida por el ejercicio estimulaba la actividad de la síntesis del glucógeno (Bergström y Hultman, 1966b). Quedó claro que (1) el contenido en glucógeno muscular es un factor limitante para la capacidad de rendimiento en ejercicios intensos prolongados y (2) la supercompensación del glucógeno postejercicio puede incrementarse mediante una combinación de ejercicio exhaustivo y una dieta modificada de hidratos de carbono (Bergström et al., 1967; Hultman, 1967, 1971). El efecto del entrenamiento sobre el contenido en glucógeno del músculo del ser humano fue confirmado en diversos estudios (véase Saltin y Gollnick, 1983), incluido el efecto del entrenamiento en condiciones isquémicas (Viru y Sundberg, 1994).
Los métodos para la valoración de la actividad de enzimas oxidativas (Björntorp et al., 1970; Moesch y Howald, 1975) y otras enzimas –por ejemplo, la fosforilasa (Taylor et al., 1972), la glucógeno sintetasa (Piehl et al., 1974) y el adenosín trifosfato miofibrilar (ATPasa) (Ingjer, 1979), y para la determinación del lactato y otros metabolitos (Hultman, 1971; Karlsson, 1971; Karlsson y col., 1971; Harris et al., 1974) o los lípidos musculares (Carlson et al., 1971)– fueron adaptados para la biopsia y utilizados en estudios dedicados a los efectos del ejercicio, y además se llevó a cabo un extenso estudio sobre los cambios del pH muscular intra y extracelular (Sahlin, 1978). También mediante el uso de la biopsia del músculo esquelético humano se demostró un incremento de la producción mitocondrial de ATP como respuesta al entrenamiento de resistencia (Wibom y Hultman, 1990).
Aplicación de estudios morfológicos
La biopsia muscular fue utilizada para la determinación de la distribución individual de las fibras musculares de varios tipos en deportistas de diferentes eventos deportivos (Gollnick et al., 1973a; Costill et al., 1976a; Thornstensson