Miradas territoriales a los estudios urbano-regionales. Ana María Miralles

Miradas territoriales a los estudios urbano-regionales - Ana María Miralles


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favorecen la relocalización de aquellas actividades no necesitadas de un alto nivel de centralidad, provocando movimientos de carácter centrífugo frente a las anteriores tendencias centrípetas, con la reducción de algunos contrastes” (p. 288).

       La dinámica del sistema de localización: una mirada teórica a la desconcentración de actividades económicas

      Según lo establecido en la sección anterior, algunos investigadores han reconocido que la desconcentración de actividades económicas asociadas a las ciudades primadas (principales) se realiza en zonas cercanas a estas aglomeraciones; en esta medida, los efectos o las economías de aglomeración siguen siendo un punto importante para la localización de actividades económicas, situación que coincide con el campo de externalidad metropolitana. García y Muñiz (2005) identifican tres factores que estimulan o ayudan a comprender esta desconcentración de la actividad industrial del centro de las ciudades:

      • La planeación, pues muchas de estas propuestas políticas terminan por expulsar o desplazar las actividades industriales ante el rigor de las normativas por las externalidades que dichas actividades generan, además de darles prioridad a otros usos con más intensidad (sector servicios) de acuerdo con las nuevas demandas espaciales del mercado.

      • Deseconomías de la aglomeración de la ciudad central: la congestión vial es uno de los factores que lleva a muchas industrias de ocupación extensiva a buscar otros espacios que les permitan realizar sus labores manufactureras de manera más eficiente.

      • Abaratamiento de los costes de transporte o evolución en los medios de transporte y sistemas viales, que les permite desplazarse de la ciudad central sin dejar de estar relativamente cerca de las ventajas que traen las economías de aglomeración (García y Muñiz, 2005).

      En esta perspectiva, se destaca el modelo de crecimiento regional de Jerome H. Friedman (1966), que reconoce varias etapas del crecimiento espacial de la industria, coincidente con algunos de los planteamientos de Philippe Aydalot, pues ambos parten y terminan con la dispersión industrial, cuya última etapa se caracteriza por los procesos de desconcentración (Precedo y Villarino, 1992).

      La primera fase es conocida como sociedad preindustrial, que tiene como característica la localización de la industria en centros locales independientes con muy poca interconexión. En la segunda, se empiezan aprovechar las economías de escala, por lo que recibe el nombre de industrialización inicial, que da lugar al surgimiento de algunos polos de desarrollo bajo la estructura de centro-periferia, mientras las regiones donde no se localizan las actividades industriales son succionadas de sus recursos, efecto conocido como backwash (Precedo y Villarino, 1992).

      La tercera etapa es denominada madurez industrial, en la que el centro o polo de desarrollo sigue teniendo la importancia de la fase anterior gracias a las economías de aglomeración, pero al mismo tiempo surge un proceso de descentralización industrial (efecto spread) hacia ciertas regiones de la periferia, donde llegan a localizarse filiales de las empresas que permanecen en el centro, todo justificado en la reducción de los costos de transporte. Es importante señalar que los corredores de transporte son los principales ejes de esta descentralización productiva (Precedo y Villarino, 1992).

      En la cuarta y última etapa, se logra la integración del sistema regional, pues se consolida el proceso de descentralización industrial, aunque los centros de decisión permanecen en el centro (Precedo y Villarino, 1992).

      Otros autores como Méndez (1997) reconocen también que no solo existe un proceso de expulsión (push) por las deseconomías que se presentan en las grandes ciudades, sino que también en las regiones cercanas y bien comunicadas a estas aglomeraciones se presentan factores de atracción (pull), como la abundante oferta de suelo, las políticas de apoyo local, los costes menores de mano de obra, entre otros.

      Además, Méndez (1997) distingue varios tipos de difusión territoriales de las actividades económicas en el actual modelo de desconcentración (figura 1.5).

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      Fuente: Elaboración propia según Méndez (1997).

      En este punto es importante recordar a Lotero (2009), quien manifestaba que uno de los objetivos de la aplicación de las políticas aperturistas para Colombia era desconcentrar las actividades económicas para alcanzar el desarrollo de las regiones más atrasadas, pero este propósito no se alcanzó. Al contrario, desde la escala nacional, la actividades industriales se polarizaron aún más en las áreas metropolitanas de las ciudades primadas del país, tras lo cual se consolidó el proceso de desconcentración concentrada en el campo aglomerativo metropolitano que ocurre desde la década de 1970; en otras palabras, desde la escala nacional, no se desencadenaron fuerzas centrífugas con la apertura, pero, desde una escala regional metropolitana, estas se vienen manifestando desde la década de 1980 (Lotero, 2009).

      En este mismo campo de análisis, Polese (1998) resalta que los cambios de usos del suelo, tanto en la parte central como en los suburbios, hacen parte de un proceso de expulsión-sucesión, puesto que lo que realmente ocurre en el centro de la ciudad es un cambio en las actividades económicas que se venían desarrollando. En cuanto a las localidades que reciben las actividades desconcentradas, las denomina espacios en mutación, que albergan en gran medida el éxodo de las actividades manufactureras que buscan emplazarse en los límites del perímetro de expansión suburbano.

      Asimismo, el geógrafo español Ricardo Méndez ha realizado varios estudios sobre las transformaciones económicas y territoriales de los procesos de localización y desconcentración de la industria en las áreas metropolitanas de algunas ciudades españolas. Entre sus principales conclusiones o síntesis de este proceso, se encuentran:

      • Comportamiento muy dinámico, localizándose parques industriales y empresariales a los que se trasladan actividades y funciones necesitadas de accesibilidad y estatus, lo que explica su ubicación en sectores muy valorados, con buena accesibilidad y próximos a áreas residenciales de calidad (Caravaca y Méndez, 2003, p. 46).

      • En coherencia con lo anterior, Caravaca y Méndez (2003) postulan como ejemplo la ciudad de Madrid, cuyo proceso de relocalización industrial se caracteriza por presentar una ocupación de carácter axial, es decir, las actividades económicas de ocupación extensiva se han desconcentrado a lo largo de las vías que salen de esta ciudad y han conformado un mapa industrial en forma tentacular, dado por las ventajas que encuentran al estar cerca de la metrópoli nacional (Méndez, 2001).

      • Otros de los principales aportes de Méndez para entender la desconcentración industrial es enmarcar este proceso dentro del cambio de la ciudad nuclear metropolitana a la de la región metropolitana, esta última se caracteriza por presentar una reducción de la participación de las actividades industriales en la ciudad central, mientras que los núcleos próximos en la corona metropolitana o espacio dependiente ganan participación en este rubro. La corona metropolitana no solo recibe las industrias que se trasladan de la ciudad central, sino que también llegan a este espacio industrias provenientes de otras regiones,


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