Anatomía funcional del Yoga. David Keill

Anatomía funcional del Yoga - David Keill


Скачать книгу
a todos estos estudiantes; agradezco mucho sus comentarios e interacciones.

      Por último, pero no por ello menos importante, me gustaría dar las gracias por la ayuda recibida de Yoganatomy.com. Mi agradecimiento a Christine Wiese, Amy Dolan, Aaron Segall y Guy Andefors.

      Prefacio

      En 2001, David llegó a nuestro estudio de yoga de Penzance, Cornwall (Reino Unido), para trabajar con Lucy y conmigo, y así desarrollar su práctica de yoga ashtanga vinyasa. David llevaba ya algún tiempo practicando asanas (posturas de yoga), pero era obvio que no respiraba ni usaba los bandhas (control sutil del cuerpo) correctamente ni con eficacia; tenía que pulir su relación y el equilibrio entre sthira (una base firme, inmóvil y estable) y sukha (buen espacio). Para el yogui (aquel que practica el yoga), la comprensión de sthira y sukha permite profundizar en la compresión de la relación entre postura, gravedad y respiración; y para el anatomista que practica la asana, descubrir sthira y sukha ayuda a llevar la estructura, la función, la respiración y el movimiento del cuerpo humano a otro nivel.

      Cuando hace ya muchos años conocimos a David, eran más que evidentes sus grandes conocimientos de anatomía y la experiencia adquirida al enseñar y trabajar en el campo del masaje. Impartió un pequeño taller de anatomía del yoga en nuestro estudio para estudiantes locales y visitantes que practicaban con Lucy y conmigo. Su animada exposición enfatizaba lo increíble que es el cuerpo humano. Al final, una médica que asistió a su clase dijo que después de tantos años de formación médica y de clases de anatomía, con tan solo una sesión con David, por fin el cuerpo había tomado vida. Lucy, también terapeuta corporal y masajista, estaba tan impresionada que se fue directamente hacia él y le invitó a enseñar anatomía en nuestras clases para profesores de yoga.

      Aquella tarde fue el principio de un proceso de crecimiento mutuo, con Lucy, David y yo mismo explorando, descubriendo, investigando y adquiriendo de primera mano un nuevo aprecio por este maravilloso cuerpo en el que vivimos. Este viaje con David continuará en los años venideros, y estoy seguro de que este será el primero de los muchos libros que escribirá.

      La información aquí contenida no procede del estudio de otros libros, sino de la exploración profunda sobre la esterilla de yoga. David no reduce el cuerpo a meras partes. Por razones prácticas, el trabajo se divide en capítulos, pero en todo momento David mantiene una percepción más amplia, asumiendo que el cuerpo es un organismo unificado que vive, respira y se mueve. Lleva la anatomía a un nivel totalmente nuevo.

      Como en otros textos de anatomía, David hace referencia a las diferentes partes del cuerpo utilizando términos y descripciones anatómicos, pero va más allá. Como resultado de su propia experiencia con las asanas de yoga y tras haber sometido su propio cuerpo a las muchas estructuras que desafían la gravedad, consigue llevar estos conceptos a un lenguaje que todo el mundo puede entender. Este libro es un puente que salva la distancia entre el académico profesional y el estudiante de yoga que busca conocerse a sí mismo. Al llevar a la práctica sobre la esterilla las enseñanzas de David, también comprenderás mejor tu cuerpo y, a través de tu propia exploración personal, conectarás las diferentes partes de una unidad que funciona y respira, viva y estable, en una asana-sthira/sukha.

      Para mí es un honor y un placer escribir el prefacio de este viaje exploratorio al funcionamiento del cuerpo físico. Cuando leí el borrador de David, podía escuchar su voz, la complejidad a la par que simplicidad de la presentación. Me sentí como si estuviera asistiendo a uno de sus talleres, impaciente porque David me dirigiera a través del ejercicio anatómico práctico sobre la esterilla de yoga. Este libro es un viaje de exploración profunda que te ayudará a comprender mejor lo que realmente significa habitar un cuerpo que no solo se sostiene en una posición anatómica neutra, samasthitih, sino que también es capaz de moverse con la respiración para crear una asana. Un cuerpo que avanza hacia la comprensión postural de nuestro cuerpo, sin tensión, relajado, inmóvil y estable, que se mueve con elegancia en el espacio, controlando la relación entre postura, respiración y gravedad.

      Disfruta

       John Scott

      Introducción

      La idea que dio lugar a este libro surgió mientras viajaba por el mundo impartiendo cursos de anatomía a futuros profesores de yoga. Por lo general, trabajo como profesor adjunto en un programa de formación para profesores y ofrezco los conocimientos mínimos necesarios de anatomía para certificarse como profesor. Doce horas a duras penas dan para una pequeña introducción a algo tan complicado como nuestro cuerpo. Espero que este libro ofrezca una exploración más completa del cuerpo humano en un contexto que sea a la vez accesible y emocionante.

      Cuando imparto clase, a veces me pregunto si aquellos que siguen la senda sincera del yoga realmente necesitan saber anatomía. Con esto lo que pretendo decir es que si practicas yoga con la intención final de conocerte a ti mismo y no tan solo para dar saltitos sobre una esterilla, ¿cuánta anatomía necesitas en realidad? Lo cierto es que si nos ceñimos a la definición de yoga que se recoge en los sutras de Patanjali, el yoga es el cese de las fluctuaciones de la mente. Es alejarse de todas las voces (y de sus historias) de nuestra cabeza el tiempo suficiente como para llegar a nuestro ser verdadero.

      ¿Y qué tiene esto que ver con la anatomía? Bueno, la verdad es que, honestamente, no demasiado. La mayoría de nosotros no contamos con los recursos necesarios para sentarnos, calmar la mente y entrar en un estado de yoga. Así que, ¿qué tenemos que hacer? ¿Cuál es nuestro vehículo para acceder a este estado? ¿Cómo encontramos la forma? La respuesta es simple: a través de nuestro propio laboratorio de investigación, el cuerpo.

      El hatha yoga nació para ayudar a todos aquellos que somos incapaces de sentarnos y simplemente calmar la mente. La asana (es decir, dar saltitos sobre la esterilla) es el vehículo mediante el cual empezamos a purificar el cuerpo (annamayakosha). Las asanas nos llegan a todos los niveles. Al nivel más básico, aumentan nuestra flexibilidad y nos fortalecen. De una forma más sutil, purifican los tejidos y, con todavía mayor sutilidad, influyen en el sistema energético que soporta y sostiene los tejidos. Por último, tras todo ese movimiento y esos saltos, las asanas nos llevan a un estado en el que podemos sentarnos con comodidad y en calma sin que el cuerpo distraiga nuestra mente. Estos saltitos sobre la esterilla también son el vehículo para profundizar en el conocimiento de nuestro propio cuerpo de forma cinestésica. Aquí es donde la anatomía se cruza con la asana.

      Si llevas 10 años o más practicando asanas con regularidad durante al menos una hora al día, seguramente sabrás bastante bien cómo funciona tu cuerpo. Es posible que desconozcas los nombres anatómicos técnicos, pero tus conocimientos cinestésicos son una forma muy real y poderosa de conocer el cuerpo. Son ese tipo de conocimientos que no pueden adquirirse a través de un libro.

      Por desgracia, hoy son muchos los que enseñan yoga incluso antes de haber pasado un año practicándolo. En general, si no has explorado tu propio cuerpo, te costará guiar a otros a través de la exploración del suyo propio. Pero tanto profesores como alumnos deben empezar por algún punto. Si no has dedicado el tiempo necesario para explorar tu cuerpo en profundidad y a diario, es importante que tengas algunos conocimientos de anatomía y que sepas que la anatomía de cada uno puede ser muy diferente. No obstante, ten en cuenta que en algún momento tendrás que hacer esa autoexploración.

      Si estás leyendo este libro para aprender lo que deberían o no deberían hacer tus alumnos en caso de padecer tal o cual enfermedad o dolencia, la respuesta es que no hay respuesta. ¡Oh, sí, hablo muy en serio! Si crees que estas enfermedades pueden resumirse, clasificarse, sistematizarse y finalmente escupirlas como si tal, jamás llegarás a ser un buen profesor. Parto de la idea de que todo profesor aspira a ser el mejor posible y, por lo tanto, tienes que practicar y estudiar durante años. Tienes que pensar, investigar y estar abierto a otras posibilidades.

      Tal vez ya hayas deducido


Скачать книгу