Navegando en patín a vela. Ricard Pedreira Font

Navegando en patín a vela - Ricard Pedreira Font


Скачать книгу

      – Sí. Un nudo de ocho.

      – Vamos con la vela.

      – Nueva.

      – Para un patín nuevo…

      – Proa al viento…

      – Primero hay que envergar el puño de pena.

      – Empezamos con nombres técnicos…

      – Perdona.

      – Envergar, pasar la vela por el carril del palo, esta ranura…

      – Ya… y el puño de…

      – Mira la parte más puntiaguda de la vela, con…

      – Sí.

image

      Figura 2.3. Puño de pena con la driza atada (nudo ballestrinque).

      – … se llama puño de pena. Recibirá la driza para subir la vela por el palo.

      – ¿Y la driza es…?

      – … esta «cuerda» fina que sube hasta la punta del palo y mediante una polea permite subir la vela.

      – Ya…

      – Primero pasamos la vela por el carril del palo y atamos la driza…

      – Hecho. Veo que has hecho otro nudo especial…

      – Veo que te fijas. Uno de los que va mejor es el ballestrinque. Dos vueltas y… así.

      – Luego practicamos…

      – Es otro de los nudos que se utilizan en el patín… Luego veremos los demás.

      – Tiramos de la driza, acompañando la vela y ésta va subiendo por el palo.

      – Antes de subir más, es mejor sujetar ya la escota a su puño correspondiente, puño de escota. Es el de atrás, para entendernos. Lo sujetamos con su grillete. Así, cuando el viento haga flamear la vela, ésta ya estará sujeta a la escota.

      – Y el grillete es…

      – Lo hemos dicho ya… Este pequeño aro de metal que tiene un pasador en la punta.

      – ¿Y aquella mordaza pequeña que está en la punta del palo? – dice mirando hacia arriba, tapándose los ojos con la mano por el sol.

      – Procura que la driza quede bien sujeta… Si no bajará la vela y…

      ¿Comprendido?

      – Caza la escota y mira la vela.

      – Está arrugada…

      – ¡Tira del flexor!

      – ¿Flexor?

      – Sí, el cabo que tira, flexiona, «flexa» el palo hacia delante, por el centro.

      – Las arrugas se van, un poco…

      – Tira de la relinga.

      – ¿Está a su lado?

image

      Figura 2.4. Flexor del palo.

image

       Figura 2.5. El «piano» del patín.

      – Para las arrugas cerca del palo… Desaparecen bastantes arrugas.

      – Y ahora la cola de pato…Manuel rompe a reír: ¡Vaya nombre!

      – Mira la base de la vela… Tira.

      – Desaparecen todas las arrugas.

      – Bien. Lo haces bastante bien.

      – Habrás visto que hemos aparejado, montado, el patín proa al viento…

      – Cara al viento.

      – Exactamente. Para que la vela pueda subir y flamear, sin volcar el patín.

image

      Figura 2.6. Patín escorado.

      – ¿Y si lo hacemos al revés?

      – Pruébalo… Manuel arrastra el patín hacia uno de los lados. El viento hincha la vela y está a punto de volcarlo. Manuel suelta la vela asustado.

      – ¿Qué ha pasado?

      – ¿Entiendes por qué hay que aparejar proa al viento?

      – Comprendido.

      – Ahora tira de la escota, suavemente… El flotador de barlovento, de donde viene el viento, se eleva un poco. ¿Te das cuen…? Los dos se ríen… – ¿Y el otro se llamará?

      – ¡De sotavento!

      – ¡Exacto!

      – Domínalo. Más arriba, baja un poco… Así. Arriba, abajo… Ahora con el peso. Más afuera, más adentro. Lo dominas con el peso. Lo ¿ves?

      – Sí… – dice Manuel un poco cohibido.

      – Baja y descansa un poco. Manuel respira hondo.

      – Ahora vamos a hacer las principales maniobras aquí, en tierra, para que las aprendas sin sobresaltos.

      – Preparado.

      – Contra el viento no puedes navegar.

      – ¡Claro!

      – Por tanto situamos el patín a unos 45º del viento. Justo que la vela se hinche… Es la máxima dirección en que podremos navegar. La llamamos ceñida. Para recordarlo, nos «ceñimos» al viento… ¿Bien?

      – Bien.

      – Siéntate en la cuarta bancada, como si navegases. ¿Sensaciones?

      – Navegando.

      – ¿Y si ahora te sientas más atrás, qué pasa?

      – Que el patín se hundirá…

      – Por popa.

      – Por atrás…

      – Justo.

      – ¿Y?

      – La vela sube. El patín sube por delante con la vela y…

      – El viento hace cambiar el patín de dirección.

      – Se va del viento… Ricardo «ayuda al viento» para cambiar la dirección del patín.

      – ¿Y si me siento más adelante? – dice Manuel.

      – Se levanta la popa…

      – ¿Y?

      – Cambia de dirección… ahora hacia el viento.

      – ¡Milagro!

      – Bien, éste es el «milagro» del patín. Que navega sin timón. Sólo por desplazamiento del peso. Manuel se queda un rato pensativo.

image

      Figura


Скачать книгу