El diálogo entre las disciplinas en el Centro Universitario de Tonalá. Rodolfo Humberto Aceves Arce
se aprobó el dictamen HCCUT/04/02/2016 en que se creó el Comité Editorial del CUT descrito de la siguiente manera:
El objetivo general del Centro Universitario de Tonalá será fungir como coordinador de los trabajos de publicación que requieran la validez y reconocimiento del Centro, con el fin de cumplir con los estándares editoriales existentes a nivel nacional e internacional, asegurando que la calidad y pertinencia de lo que este Centro Universitario publique esté alineado a las exigencias académicas.
Por último, el Consejo de Centro aprobó el acuerdo HCCUT/I, II y V/01/2016 en que se creó el programa de becarios, cuyo objetivo
(…) es formar cuadros altamente competitivos para la actividad académica y administrativa en la Universidad de Guadalajara, a partir de una oferta de apoyos para los estudiantes del CUT que deseen contribuir al desarrollo y fortalecimiento institucional de su Centro Universitario.19
Los dictámenes que por norma debían ser avalados, fueron analizados por las comisiones respectivas del Consejo General Universitario y aprobados en sesión del 25 de julio con las siguientes modificaciones:
A la propuesta de la División de Ciencias Económicas, Empresa y Gobierno se eliminaron los departamentos de Estudios Fiscales, Finanzas Públicas y Contabilidad Gubernamental y Estudios Internacionales y Procesos Globales, quedando el ordenamiento del CUT con cuatro divisiones y doce departamentos.
La estructura del CUT cambió con el fin de fortalecer los programas educativos, de fomentar la multidisciplinariedad y enriquecer el proceso, realizar investigación y divulgación de la cultura con un enfoque amplio, apoyado con el punto de vista de otras disciplinas, de todas juntas, más allá de ellas. Sin embargo, para lograrlo se requiere de una dinámica que rompa con las inercias, que motive a la innovación en materia educativa.
Hacia un nuevo modelo de interacción académica
Hasta antes no se había mencionado el tema de los programas académicos en el modelo de red y mucho menos en la reestructuración del Centro Universitario de Tonalá, enfocándonos en las divisiones y departamentos. El artículo 126 del Estatuto General de la Universidad de Guadalajara, en su fracción primera establece claramente que los coordinadores de los programas académicos estarán adscritos a la Secretaría Académica de cada Centro Universitario. Sin embargo, la inercia que de manera natural se ha dado es de carácter vertical, donde el director de División es el “jefe” del Jefe de Departamento y éste, a su vez, es el jefe del coordinador de carrera, que finalmente es la instancia que significa el primer contacto con el estudiantado, los profesores, tutores y, en algunos casos, padres de familia; además de que su función de corte administrativo le confiere vínculos con otras coordinaciones y unidades como Control Escolar, Becas e intercambio, etcétera. Esta inercia, tomando como ejemplo al Centro Universitario de Tonalá, se representa en la gráfica 1.
La inercia generaba “bloques” de manera natural, en que las divisiones fungían como partes separadas del modelo educativo, jerarquizando los departamentos y programas educativos bajo su dirección. Aún y cuando el ordenamiento establece que, en efecto, los departamentos dependen de la Dirección de División, los programas académicos no pertenecen a esta lógica, sino a la planeación y lineamientos que se generan desde la Secretaría Académica.
Gráfica 1. Interacción académica del CUT.
Esta inercia podría generar que las divisiones fueran exactamente eso, una parte aislada del modelo en lugar de considerarse un módulo de aprendizaje que se vinculara y retroalimentara de las otras, también una dinámica aislada, en que las actividades que se realizan no tuvieran relación con otras divisiones y la colaboración académica no se complementara con la participación de otros.
Luego de la reestructuración administrativa y académica del CUT, se planteó un nuevo modelo de interacción académica –Gráfica 2–, que atendiera a los siguientes principios:
•Las divisiones son parte del Centro Universitario, no unidades de conocimiento aisladas una de la otra, la División es una parte de un todo que debe comunicarse con sus pares.
•Los departamentos deben tener la flexibilidad para vincularse con otros e incluso, con otras divisiones, para emprender acciones que contribuyan a la mejora académica y organizativa del Centro Universitario, mientras se siga pensando a un departamento sólo como una unidad dependiente exclusivamente de la División a la que “pertenece”, la multidisciplinariedad no será posible. Si las divisiones son partes de un todo que deben comunicarse con sus pares, los departamentos deben expresar una coordinación y colaboración permanente y cercana, en que todos se beneficien con lo que deben aportar a todos los programas educativos del Centro.
•Los programas educativos deben tener todas las condiciones necesarias para el funcionamiento correcto del sistema de créditos. Un modelo multidisciplinario sólo puede implementarse en un ambiente que permita que los estudiantes y alumnos puedan compartir sus conocimientos en diversas áreas del conocimiento.
Además de esta nueva dinámica, se han revisado los planes de estudio del pregrado, para detectar las unidades de aprendizaje que se imparten en varias carreras y propiciar, en el futuro, que sus contenidos se diseñen de manera colaborativa por academias de diversos departamentos, lo que contribuirá a la construcción de experiencias amplias al propiciarse que los alumnos cursen unidades de aprendizaje comunes con compañeros de otras programas educativos.
Gráfica 2. Modelo de interacción académica del CUT.
La utopía
Somos seres con dudas, curiosos, inquietos. Ávidos de construir explicaciones y nos desenvolvemos en un mundo lleno de incertidumbres, de desencantos, de tótems que se derriban y nos dejan desprotegidos. “Ningún hombre es una isla completa para sí mismo. Cada uno de nosotros forma parte de un continente, somos una parte de una misma tierra firme” se planteó John Donne el día que se preguntó por quién doblaban las campanas. Necesitamos explicaciones y no pueden darse desde una sola postura, bajo un solo enfoque; no podemos seguir negando otras opciones de lo que hemos construido para entendernos a nosotros mismos y aquello que nos rodea.
Nunca acabaremos por conocerlo todo. Las ciencias naturales y las ciencias sociales, irreconciliables como se habían planteado, hoy ven un encuentro, no hay ciencias duras ni blandas si todas se conciben para esclarecer las grandes preguntas del ser humano, para acercarnos a algo que pudiera ser la verdad, para llevarnos fuera de la barrera de los sentidos y los pensamientos, para ayudarnos a ver el mundo, a comprenderlo, a reconciliarnos con él. Tal vez nunca logremos comprenderlo todo, tal vez la fatalidad nos lleva a eso. Shakespeare puso en boca de un loco la condena hace cuatrocientos años: “Hay más cosas en el cielo y en la tierra, noble Horacio, que todas las que pueda soñar tu filosofía.”
Estamos en un momento crítico en que la humanidad debe tomar conciencia de la gravedad de su entorno, de cómo hemos llegado a un punto en que un modelo económico, una dinámica laboral y una depredación sin freno nos ha llenado de enfermedades, insatisfacciones y decepciones. Retomar el camino no es una aspiración, sino una exigencia inmediata, donde todos debemos tomar cartas en el asunto. Ese mismo conocimiento que apagó las luces es el que puede volver a iluminar el sendero.
Nuestros problemas requieren una visión más amplia de las cosas, donde abordemos las posibilidades y alternativas desde diferentes formas de pensar. Una sociedad complicada requiere acciones integrales y complejas, y cada una de ellas debe ser planteada por los efectos que puedan producir.
Contamos con el conocimiento y el anhelo de hacerlo útil, pero tenemos algo mucho más