Guardianes de Titán. Éride. Jordi Sánchez Sitjes
templo para los augur, y su sede residía en el planeta Juno. Allí aprendían a desarrollar las habilidades pertenecientes a las tres ramas evolutivas (física, psíquica y quinética) además de disponer de una formación académica para las generaciones más jóvenes, formadas por los cadetes. Se potenciaban técnicas de autocontrol, empatía, calma o resolución de conflictos. Todo con la finalidad de control sobre su poder y uno mismo, para que el último recurso de un augur fuera la confrontación abierta. Su sola presencia ya de por sí era un elemento suficientemente amenazante y disuasorio. Con el tiempo los augur conseguirían una áurea mucho más mística que engrandecería su leyenda. Su uniforme gris, casco
blanco con símbolo de media estrella que les cubría gran parte del rostro y el bastón Lituo que portaban, eran sus señas de identidad. En diversas partes de la galaxia se les conocía como los “casacas grises”. A partir de 2971 ET, la orden Augur pasó oficialmente a pertenecer dentro de la estructura militar de la Unión Colonial, conservando el Primer Cónsul el mando bajo el título de Almirante Supremo. Cuenta con aproximadamente noventa y siete mil integrantes, repartidos en toda la galaxia. La autoridad de la orden, el triunvirato, reside en la fortaleza Titán situada en el planeta Juno, donde los oficiales de alto rango y de instrucción adiestran y tutelan las jóvenes generaciones de cadetes antes de graduarse y ser asignados a una unidad o grupo especial.
Las doce reglas por las que se regían los augur antes de formalizarse su pase dentro de la estructura militar de la Unión en 2971 ET eran:
1 La vida de un augur empieza y acaba con el respeto hacia los demás.
2 No utilices los dones augur sin motivos.
3 Tu don siempre debe utilizarse con un sentimiento de justicia.
4 La técnica fluye de tu intuición.
5 El espíritu de un augur nunca debe divagar.
6 La negligencia atrae al fracaso.
7 No hay poder sin raciocinio.
8 La consagración de un augur a la justicia es de por vida.
9 En el arte de dirigir reside el secreto de combatir.
10 No fomentéis la idea de vencer, pero tampoco la de ser vencido.
11 Adapta la actitud en función del contrincante.
12 El pensamiento y la razón son la mejor arma de un augur.
A pesar de estar ya inactivas, las doce reglas siguen siendo una fuente de inspiración para los augur, y siguen colgadas en el salón principal de la fortaleza Titán como un mantra para las jóvenes generaciones de cadetes que allí se entrenan.
GUERRA DE SECESIÓN GALÁCTICA
Con el tiempo, se produjo distanciamiento y cierta desconexión entre las colonias más desarrolladas económicamente, encabezadas por Tellus y sus Cinco Estados, con las colonias más alejadas y pobres en la galaxia, que estaban integradas por los sectores espaciales Deywós, Horos, Forctis y Vires. Las colonias de estos sectores mostraron su malestar por las elevadas tasas e impuestos sobre algunas materias primas básicas, que se aplicaban desde magistratura y el Consejo Federal para sufragar gastos que permitieron el crecimiento en las colonias más desarrolladas mientras que los sectores exteriores apenas podían afrontarlas.
Esa separación acabó en confrontación de clases, que tuvo su origen en 2951 ET cuando una oleada de protestas desde las colonias exteriores acabó conduciendo a la primera guerra civil galáctica. Los planetas de Cival o Kaupang, del sector Vires, y Trondheim, del sector Forctis, encabezaron la secesión de los sectores más desfavorecidos que, incumpliendo las leyes y los tratados establecidos sobre los impuestos, se declararon independientes de la Unión Colonial para fundar la nueva CPL (Confederación de planetas libres) y unificar sus milicias sectoriales en una sola flota militar.
Los representantes de los Cinco Estados de Tellus tanto en magistratura como más tarde en el consejo presionaron para que se adoptaran medidas represivas contra los sectores planetarios secesionistas y la recién creada CPL, y en una sesión extraordinaria se aprobó el envío de una flota de la Unión Colonial a los sectores exteriores para persuadir de cualquier acción subversiva por su parte. Así mismo, los representantes de la CPL anunciaron que la presencia de cualquier navío de guerra en sus órbitas espaciales sería interpretada como un acto de guerra y actuarían en consecuencia.
La batalla del planeta Dorkhal, en el sector Deywós, dio comienzo al conflicto. Los acorazados estelares de la Unión Colonial no dieron opciones a la pequeña flota colonial que defendían las estrellas azules. Esta superioridad manifiesta desde casi el principio, también tuvo su daño colateral, al granjear cierta simpatía para las colonias exteriores entre algunos representantes en magistratura, que defendieron el diálogo y el acuerdo antes que la represión armada. La voz más significativa de este movimiento fue la de los parlamentarios de Damassos que exigieron durante la sesión de control del Magisterio el fin de las hostilidades y la creación de una comisión negociadora para la paz.
Las colonias exteriores contraatacaron, y destruyeron las bases de la Unión cercanas a la órbita de Beled, frenando el avance de las fuerzas de la Unión por el sector Pax.
DIVISIÓN Y NEUTRALIDAD
DE LOS AUGUR
Al alargarse más de lo previsto las confrontaciones armadas, la magistratura deliberó acerca de la conveniencia de que la orden Augur interviniera activamente en el conflicto. La flota, muy superior a la rebelión colonial, no era capaz de sacar ventaja y conseguir la rendición incondicional del adversario, por lo que la confrontación se estaba alargando más de lo que era esperado. Por primera vez se debatía en magistratura y en el Consejo Federal el envío de los augur para fines puramente bélicos. A su vez, dentro de los propios augur existía cierta división sobre el papel que debían desempeñar en esta disputa a causa de sus leyes fundacionales. Entendían que, debido a ellas, no debían interponerse entre los intereses de las agraviadas colonias exteriores y el afán del Consejo Federal por mantener el poder de la Unión Colonial dentro de la galaxia.
A pesar de todos los debates que suscitó esta dicotomía, desde la magistratura finalmente se aprobó la ley 3.24 para la intervención de los augur en el conflicto. El consejo ratificó la nueva ordenanza por mayoría absoluta, y el Primer Cónsul se prestó raudo en dar el mandato para que se movilizaran en apoyo de la Unión y combatiendo al secesionista rebelde.
Los augur, sin embargo, al conocer la resolución final dictada por el consejo, se declararon neutrales en el conflicto desobedeciendo así por primera vez las indicaciones de un Primer Cónsul de la Unión Colonial. Esto acarrearía consecuencias inesperadas y relevantes para el futuro de la orden. Los augur fueron intervenidos militarmente, y sus líderes hechos prisioneros y juzgados por desacato. El almirante James Thrownill, se tomó las riendas de la orden, erigiéndose como el primer líder militar no evolucionado de la misma. La elección de Thrownill para dirigir a los augur no estuvo exenta de polémica, ya que tenía fama de persona muy ambiciosa y poseedora de pocos escrúpulos. Por algo era el almirante más joven de la flota. Consiguió llegar al cargo antes de cumplir los cuarenta años, en una fulgurante carrera dentro de la academia militar.
Con Thrownill al frente, los augur finalmente se movilizaron a la zona del conflicto. La flota de la Unión aprovechó la ocasión para atacar Trondheim, y tras veintidós días de combate, cayó la capital Lordhain. Dos meses después, el planeta entero se rendía. Sin duda alguna, la intervención de los augur había tenido mucho que ver en esa rápida victoria.
La caída de Trondheim fue un duro golpe para las colonias exteriores, pues perdían a uno de sus grandes bastiones e impulsores de la secesión. Aun así, durante los meses siguientes protagonizaron diversos golpes contra intereses de la Unión en la galaxia, siendo el más importante el atentado realizado en la propia magistratura, que causó un gran número de bajas entre militares, políticos y personal civil. Tras este suceso, la venganza de Thrownill no se hizo esperar. Su división especial, llamada los guerreros Blazar [2]