Guardianes de Titán. Éride. Jordi Sánchez Sitjes
Se especuló con la involucración de miembros del Consejo Federal en el asesinato, pero este hecho nunca fue probado y se quedó como simple teoría de conspiración.
José Dell’Aqua: prominente político de Tanneris que fue nombrado Primer Cónsul. Anteriormente se había destacado como primer ministro, consiguiendo que su planeta alcanzara desarrollo y potencial similar a Tellus. Durante su mandato en el Consejo Federal se acrecentaron las rivalidades entre ambos sectores coloniales, confirmándose las diferencias entre Tanneris y los Cinco Estados de Tellus. Ocupó el cargo entre los años 2907 y 2916 ET.
Norman Janusz: fue el primer político de Tellus, siendo representante de Darras, en ser nombrado Primer Cónsul. Elegido con honores en 2916 ET. Durante su mandato fueron constantes sus desavenencias y enfrentamientos con el resto de Cinco Estados, en permanente disputa por el dominio de la galaxia. Aun así, consiguió mantenerse en el cargo bastantes años en parte gracias a su labor en materia económica ya que la galaxia vivía su época de máximo esplendor. En 2928 ET abandonaba el cargo, por enfermedad repentina. Moriría cuatro años más tarde.
James Sybill: fue un Primer Cónsul nacido y criado en Hyderbad, siendo el primero del sector Astra en llegar al más alto cargo de poder en la galaxia. Considerado como un gran político y mediador, consiguió cohesionar los Cinco Estados de Tellus en un momento de máxima tensión tras el mandato de Norman Janusz como Primer Cónsul. El planeta Tellus superó una prueba muy dura y estuvo al borde de la guerra total. Sybill ejerció en el cargo entre los años 2928 y 2944 ET.
Marcus Aldwin: Primer Cónsul durante los años 2944 al 2970 ET. Su mandato es conocido por ser el Primer Cónsul durante la guerra de Secesión, factor por el cual estuvo mucho tiempo al frente del Consejo Federal en régimen de jurisdicción especial otorgada por el acta de guerra firmada en 2952 ET. Fue además el primero obligado a abdicar de su cargo, hecho fundamental para que la guerra que asolaba la galaxia llegara a su fin.
Edward Bright: Primer Cónsul tras el gran conflicto. Era apodado el “conciliador”. Propulsó medidas y leyes para cumplir las reivindicaciones de las colonias exteriores y una justicia igualitaria en toda la galaxia. Su legislatura duró treinta años para garantizar el cumplimiento de los tratados durante la post guerra, siendo efectivo del 2970 al 3000 ET (año en que se derogó la ley de jurisdicción especial volviendo a la normalidad), y convirtiéndose así en la persona que ha ostentado el mandato más largo en la historia de la UC.
Robert Koman: fue un miembro importante de “la orden de los treinta”, la oligarquía que gobierna de manera autoritaria el planeta Olimpia. Lo nombraron Primer Cónsul en 3001 ET. Favoreció los intereses del sector Gaya, cosa que disgustó bastante a su propio sector de origen, con el cual tuvo más de un desencuentro. Por ese motivo también se granjeó un corriente de antipatía dentro del Magisterio. Intentó promulgar leyes para militarizar aun más la Unión Colonial ante la burguesía descontenta que ostentaba el poder legislativo, pero fue perdiendo todos sus apoyos. Su mandato fue corto y en 3005 ET abandonaba el cargo tras numerosas presiones.
Hadid Majanik: llegó al poder en 3005 ET. Destacó por su beligerancia contra la orden Augur, lo que le albergó muchos calificativos de segregacionista. Desde lo sucedido en Corintian durante la guerra de Secesión, era habitual tener cierto recelo y miedo hacía aquellos que eran diferentes, y las personas con habilidades especiales se convertían en peligrosas a ojos humanos. Los augur sufrieron varios ataques, y siempre se especuló con la involucración del Primer Cónsul en todos ellos. A pesar de su intolerancia e intransigencia mostrada en algunas medidas que resultaron impopulares, tuvo muchos seguidores entre la opinión pública. Se retiró en 3011 ET por motivos personales. Desapareció de la vida pública.
Kiir Déby: actual Primer Cónsul. Ocupó el cargo en 3011 ET sucediendo a Majanik. Su carrera se desarrolló en el mundo empresarial, estando en el consejo directivo de varias empresas multiespaciales dentro del sector recursos minerales, siendo Klinbenger & Admon, Génesis AX o Next-GM las más importantes en las que había desarrollado su vida laboral.
EL ENCUENTRO
Año 3014 ET.
Se detuvo delante de la puerta y cogió aire antes de entrar. Estaba nervioso, no solo por obtener el trabajo, sino también intimidado por la fama que precedía a su entrevistador. Desde que se doctoró en la universidad, se había labrado un buen currículum como investigador en ciencias políticas de la prestigiosa Universidad Ómnium del planeta Essyn, trabajando en la campaña del delegado Martin Lembcke para representar a Valkuum en el Magisterio y la edición del libro El triunfo social frente a los sistemas totalitarios: asalto resurgimiento y hegemonía de las clases obreras. Pero por primera vez estaba experimentando un cúmulo de sensaciones extrañas para alguien que hacía de la seguridad y el temple su tarjeta de presentación. Se le entrelazaban sentimientos de miedo y responsabilidad con otros de ilusión y motivación.
Llevaba más de una hora en la sala de recepción, viendo pasar candidatos dispuestos a enfrentarse a una dura entrevista. Se fijó en la salida de su predecesor, y pensó que, por su cara pálida y gesto torcido, no debía haber sido un encuentro muy exitoso. El silencio presidía la sala y se agrandaba sobremanera al no quedar nadie más. Su soledad solo era rota por un guardia que custodiaba la entrada al despacho de reuniones y que permanecía impertérrito a escasos metros de él. Así que mientras transcurrían los minutos con la sensación de que el tiempo no avanzaba, se iba acomodando como podía en el último asiento de la fila, repasando documentos de
trabajo desde su dispositivo portátil, y controlando de reojo el panel de turnos. Fue entonces cuando el panel se iluminó y su nombre apareció allí: “Sr. Daniel Bilson”. Se levantó lentamente, ajustándose la corbata, y colocándose bien la camisa para dar sensación de seriedad y profesionalidad. Al llegar a la puerta, y ante la atenta mirada del vigilante, accionó el pulsador de llamada hasta tres veces, previsiblemente por los nervios, y entró al ver la luz verde activada.
El despacho donde se realizaban las entrevistas era inmenso. De entrada, impactaba el servidor de última generación DX876 con una extensa librería virtual, a la que solo se podía acceder
pasando escáner de pupila. Él había utilizado otros modelos más antiguos, habituales en bibliotecas, universidades y otros lugares de información pública o cultural, con abundante material accesible a cualquier usuario. La información que debía estar almacenada en este servidor, le pareció inacabable y de contenido confidencial y sensible, protegido ante miradas indiscretas, curiosas o maliciosas. Pero además de todo el soporte informático y virtual, libros y otros compendios rellenaban los pocos rincones disponibles en armarios y estanterías. En una galaxia global e interconectada, donde todo está en la red de transmisión interestelar, encontrar tomos, volúmenes, obras o textos en papel resultaba raro y solo al alcance de ciertas personas con un nivel social muy alto. En el centro de la sala se encontraba una mesa redonda con varios ordenadores personales (contó hasta cuatro, de lo más nuevo en el mercado que recién había sacado la marca WINSUS), y varias sillas elevadoras de color azul. De espaldas a él, emergía una figura imponente, solo siendo visible su cabeza que sobresalía del respaldo de la silla. Pelo castaño y largo, recogido en una coleta. Estaba orientado hacia unas vidrieras que mostraban un holograma del fondo marino, que pretendía dotar al despacho de un efecto muy relajante. No existían muchos océanos como aquel en la galaxia. Solo en los planetas Tellus, Beled o Juno se podía contemplar algo tan espectacular.
—Bienvenido, Señor Bilson. Puede tomar asiento —le dijo una voz grave, potente, que sería uno de los rasgos característicos de su interlocutor.
Daniel “Dan” Bilson contaba con veintinueve años. Natural de Tanneris. Era alto y espigado. A pesar de estar a punto de cumplir los treinta, era un imberbe con cara de niño, factor que le otorgaba un aspecto más juvenil del que su edad decía. Había estudiado ciencias políticas, doctorándose en la universidad. Obtuvo su primer trabajo como investigador contratado por la propia facultad, pero pronto logró un puesto en el grupo de asesores que trabajaban para el principal