Álvaro d'Ors. Gabriel Pérez Gómez
ya no soportaba un régimen tan continuado por lo que decidió nombrar a Pepito como secretario-acompañante para que le llevara los papeles y le hiciera pequeños encargos. También le regalaba sus trajes cuando dejaba de usarlos —que era al muy poco tiempo de estrenarlos—. A base de tanto trato con el hombre de negocios y acudir tantas veces a su domicilio, el nuevo «secretario» terminó por tomarse algunas «confianzas». El tío Fernando tenía a gala cambiar a diario de bastón (poseía un surtido considerable) y una mañana, después del afeitado de rigor al que le había sometido su «ex»-colega, Pepito salió de la casa al mismo tiempo que el dueño. Observó que tomaba un bastón y se decidió a hacer él lo mismo, para encontrarse con el siguiente correctivo: «Pepito, con bastón solo el señor».
[31] Autoscopia, cit. Por lo que se refiere a la «Semana Trágica» (última semana de agosto de 1909), sus causas no fueron estrictamente laborales, sino también políticas y hasta religiosas. El desencadenante fue el decreto de movilización de reservistas para acudir a la Guerra del Rif. El balance de esos siete días de agitación fue el de 3 muertos y 27 heridos por parte del ejército —que salió a la calle para contrarrestar las algaradas derivadas de la huelga general—; 1 muerto y 46 heridos de la Guardia Civil; 82 muertos y 126 heridos de la población civil, y 4 muertos y 18 heridos de la Cruz Roja. Fueron asaltados e incendiados 80 templos y establecimientos religiosos, profanándose los cementerios particulares de algunos conventos. En los días siguientes, alrededor de un millar de personas fueron detenidas, acusadas de participar en estos desmanes o de instigarlos. Como consecuencia de estos acontecimientos, poco después cayó el gobierno de Maura. Para este asunto, vid. Eduardo COMÍN COLOMER, La Semana trágica de Barcelona, Publicaciones Españolas, Madrid, 1959.
[32] La anécdota está recogida en C.P., p. 5.334.
[33] Le divertía la ocurrencia de su amigo Rafael Gibert que, también incapaz de arreglar lo que se estropeaba en su casa, lo solucionaba poniendo un cartelito con una palabra mágica: “avería”.
[34] C. P., p. 5.534ss.
[35] Tampoco tenía ningún reparo en participar estas incapacidades a sus amigos: Tampoco soy capaz de manejar el fichero electrónico de la Biblioteca, a la que cada día voy menos tiempo; ni sé manejar un tocadiscos estereofónico que tienen mis hijas, y sigo con el viejo de mi despacho. Todo lo que sea cosa de manos me va mal, y, afortunadamente, todavía ando a gusto con la pluma (o bolígrafo) en la mano. Epistolario R. G., Pamplona, 15-X-1985. Según Rafael Gibert, Álvaro d’Ors prefería la pluma al bolígrafo porque decía que este último era demasiado rápido.
[36] Josep Puig i Cadafalch (1869-1956) ejerció la presidencia de la Mancomunidad de Cataluña entre 1917 y 1924, en que Primo de Rivera acaba con la institución.
[37] Epistolario R. G., Pamplona, 21-III-1995.
[38] El original está en catalán.
[39] La nota hecha pública por la Mancomunidad dice así: «No es exacto que la dimisión del señor d’Ors tenga su fundamento en una divergencia de ideas. La ocasiona una cuestión de prácticas administrativas: la divergencia de ideas no se ha presentado durante los dos años en que dicho señor ha formado parte del Consejo de Pedagogía, ni en los dos años y medio en que ha ejercido el cargo de director de Instrucción Pública de la Mancomunidad. La divergencia en las cosas de administración ocasionó el apercibimiento y voto de censura del Consejo por resistencia a justificar a través de un presupuesto un gasto a hacer para la instalación de la Biblioteca de Canet, inaugurada el pasado 8 de diciembre, y el acuerdo de una inspección administrativa en su departamento, votados por unanimidad, los días 3 y 4 del mismo mes respectivamente» [El original está en catalán]. Según el diario El Diluvio (11-I-1920), «la acusación es ésta: ‘Resistencia a hacer un presupuesto para la Biblioteca de Canet’. Es decir, resistencia a hacer un gasto... El Noticiero de ayer noche dice sobre esta cuestión: ‘Creyendo que, en la nota oficiosa facilitada a la prensa respecto a su dimisión de la Dirección de Instrucción Pública no había la necesaria diafanidad, el señor Eugenio d’Ors ha enviado al presidente de la Mancomunidad dos amigos en demanda de una aclaración terminante. Parece que en la nota decía el señor Puig i Cadafalch que el señor d’Ors dimitía por cuestiones administrativas, fórmula equívoca que este último no acepta’. Esta cuestión ha removido apasionamientos que seguramente darán motivo a fuertes polémicas entre nuestra gente literaria y política. Esperemos la respuesta que ha de dar el señor Puig i Cadafalch». Para este tema, vid. Guillermo DÍAZ-PPLAJA, La defenestració de Xènius, Ed. Andorrá, Andorra la Vella, 1967 y Enric JARDÍ, Eugeni d’Ors. Vida i obra, cit., p. 175ss.
[40] Vid. E. JARDÍ, Eugeni d’Ors. Vida i obra, cit. La misma idea sigue vigente 50 años después de la muerte de Xènius. Por ejemplo: «tomó la decisión de marcharse a Madrid. Y por despecho fustigó el catalanismo, cosa que transformó en odio la mucha envidia que se le tuvo, incluso por parte de quienes más le habían seguido. Y si bien su defenestración fue algo arbitraria, a d’Ors no se le perdonó su traición. Y la cosa todavía dura. Visto a distancia es posible que se equivocara al emigrar a la capital del reino. Mucho mejor le hubiera ido de haberse exiliado a París…». Oriol PI DE CABANYES, «D’Ors, medio siglo después», La Vanguardia, 22-IX-2004.
[41] C. P., p. 5.537s. «Querido Babo: ya sé lo mucho que te diviertes con el Abito y que juegas con Guillermo. Supongo debes ser cada día más bueno y que te preparas muy bien para tu 1ª Comunión...». Postal de María Pérez Peix, Madrid, 17-V-1923.
[42] C.P., p. 5.538. El autor de la imagen a que se refiere Álvaro d’Ors es Joan Borrell i Nicolau.
[43] Por ejemplo: «Acompañado de su familia, ha salido para Salzburgo (Austria) nuestro ilustre colaborador D. Eugenio d’Ors». ABC, 7-VIII-1923, p. 8. «Desde Barcelona han salido para Lausanne nuestro ilustre colaborador D. Eugenio d’Ors y su familia». ABC, 17-VIII-1924, p. 19 «Desde Barcelona se han trasladado a Cortina d’Ampezzo (Venecia Tridentina) nuestro ilustre colaborador D. Eugenio d’Ors y su familia». ABC, 15-VIII-1925, p. 16.
[44] Autoscopia, cit.
[45] C. P., p. 5.541ss.
[46] La violencia y el orden, Dyrsa, Madrid, 1987, p. 13-14. En el mismo sentido: [Sobre] la actitud política de mi padre ante los dos jefes militares que gobernaron en España. Ya lo he escrito en algún sitio: la noticia del golpe de Estado de Primo de Rivera nos sorprendió en Suiza (después de terminado el «Guillermo Tell» en Schafberg-alp, cerca de Saint Gilgen, en Austria), y recuerdo su comentario espontáneo: «A ver si se arregla España». Epistolario R. G., Carballedo, 4-VIII-1995. Refiriéndose al Nuevo Prometeo encadenado y al Guillermo Tell, Álvaro d’Ors dice que ambas obras corresponden al mismo momento biográfico, el exilio de Cataluña. Tell es un alegato anti-cantonalista, como el Prometeo es anti-burgués. El «enemigo» es el mismo: el cantonalismo-burgués. Epistolario R. G., Pamplona, 29-XI-1969. Vid. para este asunto el estudio preliminar de Rafael GIBERT al Nuevo Prometeo encadenado. Guillermo Tell, Magisterio Español, Madrid, 1970, así como su contribución al homenaje a Gonzalo Fernández