El grabado. Jordi Catafal
de si ha sido estampado con escasez de tinta por una “limpieza” excesiva, o de si ha sido estampado correctamente.
• acidez y poca calidad del papel sobre el que se estampó;
• manchas de acidez de otros materiales añadidos (papeles, cartones, passepartouts, cintas adhesivas, etc.);
• malas restauraciones.
La certificación
Al vender un grabado es aconsejable, y casi necesario, que lleve consigo el Certificado de Autenticidad. En él se debe especificar: el artista, el título de la obra, la técnica, las dimensiones de las matrices, el tipo de papel sobre el que se estampó y sus dimensiones, el tiraje que se obtuvo del grabado y la fecha de realización. Este certificado debe ir autentificado por la firma de un notario y por la del artista o la del editor en caso de ausencia del autor.
La conservación y el enmarcado de la obra gráfica
Conservación significa mantener inalterable, cuidar de la permanencia de las obras. El objetivo es prolongar la durabilidad de la obra y reducir al máximo las variaciones y transformaciones de la materia. Las vías para conseguir la conservación se basan, en primer lugar, en la preservación y la prevención y, posteriormente, si se precisara, en la restauración.
La prevención
Las causas de deterioro de obra gráfica se encuentran, principalmente en factores naturales (cambios climáticos, desastres naturales y agresión directa por organismos vivos), en factores de origen humano (como el modo de exposición de las obras, la manipulación, limpieza y traslado de éstas o la contaminación ambiental) y en la propia inestabilidad química de los materiales que conforman la obra (acidez de los materiales, por ejemplo) o de la obra por sí misma.
Consideraciones sobre la prevención
El papel es higroscópico, es decir, absorbe el agua del ambiente. Por consiguiente, es importante que se controle la humedad relativa del lugar en el que se guarden o se expongan estampas.
Para la buena conservación del papel de la obra gráfica la temperatura ideal estaría en unos 18 °C ( ±3), con una humedad relativa del 50 % (± 5).
Con temperaturas extremas el papel se ve sometido a un rápido envejecimiento.
Con una humedad relativa superior al 10 % ya se está favoreciendo la aparición de hongos en el papel. Con una humedad relativa superior al 80 % y con oscuridad hay un alto riesgo de aparición de microorganismos y de insectos. Estos riesgos disminuyen considerablemente si hay suficiente ventilación del papel. Para evitar la destrucción de las fibras del papel y de las tintas por estos organismos vivos es, pues, importante ventilar el local y/o los muebles donde se tenga la obra gráfica.
Carpeta con solapas para guardar grabados protegidos por papel traslúcido.
El polvo contribuye también al cultivo de microorganismos y, por ello, se debe evitar.
La iluminación máxima ideal para obra gráfica es solamente de 50 lux de intensidad. Por lo tanto, en caso de exposiciones temporales, es aconsejable que el foco que ilumine una estampa no lo haga directamente, que esté a una distancia mínima de un metro y medio y que no supere los 150 vatios de intensidad.
Tanto si la obra gráfica se expone o se almacena, es fundamental que se mantenga lejos de fuentes de calor (calefacciones, chimeneas, sol directo, lámparas y focos de luz intensos) puesto que alterarían los pigmentos de las tintas y el papel.
Igualmente, no se deben poner los grabados encima o cerca de electrodomésticos o maquinaria, debido al calor que desprenden y a las vibraciones que sufren.
Cajonera de madera exterior, pero con los interiores de los cajones metálicos para evitar manchas de lignina. Al fondo se vislumbra otra cajonera de aglomerado melaminado.
El almacenaje y el transporte de la obra gráfica
Las estampas siempre se deben guardar en plano y protegidas de la luz, del polvo y de los organismos vivos, dentro de cajoneras previstas para el almacenaje de papel. Se deben evitar los muebles de madera porque contienen lignina. Lo ideal son cajoneras metálicas con tratamientos antioxidantes o bien muebles melaminados.
Nunca se debe guardar un grabado con pegotes o materiales añadidos (cintas adhesivas, restos de otros papeles, huellas de colas o pegamentos, ingletes o cantoneras) en ninguna parte de la estampa, porque provocan tensiones en el papel favoreciendo el alabeado. Asimismo, si estos materiales añadidos no están neutralizados, provocan la aparición de manchas amarillentas.
Un sistema recomendable y sencillo de protección de las estampas es que cada una se guarde dentro de fundas o bolsas a medida, confeccionadas con un papel tisú traslúcido y neutro. Posteriormente, se pueden agrupar las que tienen el mismo tamaño de papel y guardar en carpetas, hechas también a medida, con papel resistente y neutro, que se doble y se cierre con solapas.
Cuando las estampas no estén dentro de fundas y se deban manipular, será necesario utilizar guantes de algodón finos para proteger el papel de grasa y sudor.
Es importante airear periódicamente la obra gráfica guardada, ya que la oscuridad sin ventilación es fuente de microorganismos e insectos.
Nunca se debe enrollar el papel que se quiera transportar. En caso de suma necesidad, es mejor que se enrosque con la parte estampada hacia fuera para que las fibras del papel y los pigmentos sufran menos. Cuando se desenrolle será necesario humedecer superficialmente el papel con un vaporizador o con un secante húmedo para que vuelva a su estado natural.
Carpeta-estuche para el transporte de estampas: resto de cartón del passepartout para encajarlo en la ventana y proteger mejor la estampa (1), passepartout con ventana de medidas superiores a las de la estampa (2), acetato de pH neutro (3), estampa (4), cartón de base de pH neutro (5), tiras de papel para pegar el cartón de base con el passepartout a modo de bolsa (6).
El enmarcado de estampas
En el momento de exponer o mostrar una obra gráfica de manera permanente o temporal, es recomendable que se enmarque para que quede convenientemente aislada del polvo y la contaminación.
El grabado enmarcado se debe ver en toda su extensión, es decir, que hasta las barbas del papel deben ser ostensibles.
Los grabados, y cualquier obra sobre papel, es conveniente que, al enmarcarlos, nunca toquen al cristal puesto que éste es conductor de temperatura y humedad. La separación entre el cristal y la estampa tiene que ser como mínimo de 4 mm. Este motivo limita los métodos para enmarcar.
Sistemas de enmarcado
Existen dos sistemas para la correcta conservación de las estampas: bien con un fondo y passepartout o bien en vitrina.
En el enmarcado con fondo y passepartout nunca se deben poner los grabados directamente en contacto con cartones o maderas debido a que, con el tiempo, estos materiales dejarían manchas amarillentas de lignina. Se debe utilizar un cartón pluma o un papel barrera de pH neutro que lo separe del soporte.
Grabado enmarcado en aluminio con un passepartout de cuatro milímetros que evita que el papel toque el cristal. Es aconsejable que el fondo sea del mismo color y tipo de papel que el del passepartout.