Catorce conferencias en la Universidad Sverdlov de Leningrado (1921). Alexandra Kollontay

Catorce conferencias en la Universidad Sverdlov de Leningrado (1921) - Alexandra Kollontay


Скачать книгу
Europa entró en contacto con los partidos socialdemócratas de Alemania, Francia y Gran Bretaña. Hablaba con fluidez alemán, francés, inglés, español, italiano y sueco.

      En febrero de 1917 estalló la revolución en Rusia, Alexandra pudo regresar el 18 de marzo luego de 8 años de exilio político y fue electa para el Comité Ejecutivo del Soviet de Petrogrado, donde se organizó el Gobierno provisional, luego de la abdicación del zar, encabezado por el príncipe Alejo Teodoro Lvov, Pablo Nicolás Miliukóv y Alexandr Feodorovich Kerenski.

      El 25 de marzo, José Zhugashvili, quien había adoptado el nombre de Stalin (“acero”) llegó a Moscú y sostuvo que había que consolidar las conquistas democrático-burguesas, proponiendo el apoyo del partido bolchevique al Gobierno provisional de Kerenski, convertido en presidente. Una minoría de obreros metalúrgicos, apoyados por Alexandra, resistió esta propuesta de Stalin, consecuente con la determinación de los bolcheviques que sostenían que los soviets son organismos para el ejercicio del poder y que “es necesario superar la revolución burguesa con la revolución proletaria”.

      En el mes de julio fue nuevamente encarcelada junto a centenares de bolcheviques por Kerenski, luego de la movilización de miles de obreros y soldados tras la consigna de “todo el poder a los soviets”. Estando Alexandra aún prisionera, Lenin encabezó el 7 de noviembre (25 de octubre) el inicio de la Revolución. Se depuso al Gobierno burgués, siendo reemplazado por Lenin, León Borissovich (Rosenfeld, su verdadero nombre) Kaménev y Trotsky.

      Como Comisaria en Asistencia Pública, Kollontay consiguió que gran parte de las reivindicaciones exigidas por las mujeres se transformaran en legislación aprobada por el nuevo gobierno revolucionario. Kollontay fue una de las organizadoras del Primer Congreso de las Trabajadoras y Campesinas de toda Rusia entre el 16 y el 21 de noviembre de 1918. De este congreso nació el Zhenotdel, Departamento de la Mujer, organismo partidario que específicamente promovía la participación de las mujeres en la vida política. Ella nos cuenta que en este Primer Congreso le correspondió

      El Zhenotdel tenía su órgano de difusión, la revista llamada Kommunistka (Mujer Comunista) y Kollontay integraba su consejo editorial. Los primeros años de la revolución fueron muy convulsionados, guerra civil y arduos debates, pero también muy fructíferos en organización y desarrollos teóricos, particularmente respecto de la relación entre la liberación de las mujeres y la revolución social, contexto en el que Alexandra Kollontay dictó en 1921 las catorce lecciones que hoy se reeditan.

      No tenemos registro historiográfico sobre la retirada de Kollontay de la tendencia de “Oposición Obrera”. Todo hace suponer que en acuerdo con Lenin, fue enviada a su primer puesto en el extranjero en el otoño de 1922, como consejera de la delegación de la misión comercial que se establecería en Oslo; que en 1923 en una entrevista personal con Stalin, fue designada embajadora soviética en Noruega, siendo así la primera mujer en el mundo en desempeñar un cargo de embajador. Función que asumió el 1 de febrero de 1924 cuando el gobierno noruego reconoció a la Unión Soviética.

      Luego de la muerte de Lenin, Alexandra abandonó su empeñosa crítica a las tendencias burocratistas.

      Desde entonces cesaron sus artículos antiburocráticos y es sabido que su primera autobiografía, escrita a sus 48 años, sufrió autocensura para su edición en 1926, pues habiendo sido parte de la “Oposición Obrera”, ese hecho no es mencionado en el texto, ni tampoco sus ideas más radicales sobre sexualidad. No obstante, no dejó nunca de ser una referencia para el movimiento internacional de mujeres comunistas.

      De regreso en Noruega, la embajada se convirtió en un centro cultural: escritores, actores, músicos, intelectuales y políticos se daban cita allí. Tuvo un prestigio similar su embajada en Suecia, donde se mantuvo en funciones desde 1930 a 1945.

      Es muy probable que Alexandra salvara su vida por su ingreso al servicio diplomático mucho antes de la agudización de la lucha de líneas dentro del partido,


Скачать книгу