¿Hubo socialismo en la URSS?. Jaime Canales Garrido

¿Hubo socialismo en la URSS? - Jaime Canales Garrido


Скачать книгу
enfocadas- fueron tratados en orden cronológico.

      Este libro es parte de un trabajo de investigación sobre el marxismo, el socialismo y la dictadura del proletariado -que el autor inició el año 2007- cuya finalidad medular era y es entregar antecedentes fidedignos sobre la edificación de la sociedad socialista en la URSS y dar a conocer algunas de las causas -tanto internas como externas- de la destrucción de la Unión Soviética.

      Originalmente, lo medular del contenido de este volumen debería haber constituido la primera parte de una trilogía, que comprendía el análisis de tres cuestiones fundamentales sobre la teoría y la práctica marxista, teniendo como objeto principal de estudio a la Unión Soviética, a saber:

      1. La doctrina de Marx, Engels y Lenin sobre el Estado, la dictadura del proletariado y el socialismo, como primera fase de la sociedad comunista;

      2. El marxismo y la edificación de la sociedad socialista en la URSS;

      3. La destrucción de la Unión Soviética.

      Sin embargo, los avatares de la vida -siempre más rica que la teoría y las buenas intenciones- obligaron al autor a interrumpir el trabajo en su versión inicialmente planificada, debido a que, en abril del año 2017, le fue solicitado que escribiera un artículo acerca de la Unión Soviética con motivo del centenario de la Gran Revolución Socialista de Octubre, que se celebró en la Conferencia Internacional de Profesionales Egresados de los Países Socialistas, en la ciudad de Viña del Mar.

      El autor -inmerso en la angustiante tarea de revivir intensamente los “descubrimientos” que había hecho a finales de los años 80 sobre la destrucción de la URSS- se vio, en un principio, involuntariamente impelido a sobrepasar el marco del mencionado artículo y, en su lugar, elaborar un ensayo que debería, al menos pálidamente, relatar parte de lo que los archivos del Kremlin habían develado entre los años 1989 y 1996, altura en que fueron cerrados nuevamente.

      No podía el autor dejar de abordar en su trabajo cuestiones de tamaña trascendencia para los destinos de la Unión Soviética, como la campaña del terror contra la URSS y Stalin, iniciada en 1933 -fecha demasiado temprana como para escribir sobre las supuestas represiones masivas del “malvado” Stalin- promovida, peregrinamente, por la Alemania nazi y el magnate norteamericano Hearst, propietario de una de las cadenas más grandes de medios de desinformación masiva del mundo; el escamoteo, las falacias y calumnias emanadas del espurio “Informe Secreto” al XX Congreso del PC (b); la verdad de las represiones; el papel jugado por la burocracia partidaria tras la muerte de Stalin en el proceso de desmontaje de la URSS, iniciado por Jruschov, continuado en los años 60 y 70, y consumado por Gorbachov y su equipo de colaboradores entre los años 1985 y 1991.

      Ahora bien, aquel ensayo que había tocado las cien páginas -luego del correspondiente trabajo de revisión y del categórico convencimiento del autor de que había surgido la posibilidad de dar a conocer lo desconocido para la mayoría de los lectores latinoamericanos- se hizo harto más voluminoso, alcanzando las doscientos cincuenta páginas, en las que el lector era convidado por el autor a realizar un periplo -a veces, no con la extensión y profundidad deseables- por todas las supra mencionadas cuestiones. Esta circunstancia acabó por invalidar la trilogía originalmente ideada.

      Lo referido condicionó, por supuesto, el contenido y la forma del presente trabajo, que, acaso, pueda haber sufrido cierta pérdida de información específica que podría haber suscitado un mayor interés del lector por los tópicos aquí abordados, y que parecieran ser de más yerma lectura que los expuestos en el referido ensayo.

      Con todo, si, por un lado, hay que concordar que la temática de este estudio no es de fácil lectura -porque se analizan en él, en medida significativa, cuestiones de índole teórica-, por otro, no se podría refutar el hecho de que gran parte de la información que no pudo ser expuesta en el referido ensayo, enriquecida, encontró sede en este.

      Por cierto, al objeto de poder situar el lugar de la Unión Soviética en el proceso histórico del desarrollo de la humanidad, no se podría haber prescindido de las obras de los fundadores del marxismo.

      Como es sabido, desde el primer momento de su surgimiento, el marxismo ha sido objeto de múltiples e inicuos ataques y tergiversaciones, sobre todo, en estos conturbados tiempos de una sensible carencia de ideas y, por tanto, de acelerada deshumanización del hombre, en que peregrinos especialistas, aventuradamente, declaran muerto el legado de Marx.

      Fue en ese exacto contexto que el autor juzgó que no podía ni debía hurtarse a la imperiosa necesidad de citar extensamente las primigenias ideas de los fundadores del socialismo científico -a veces, con una extensión no siempre deseada y bienvenida-, lo que, amén de hacer poco ligera y menos dinámica la lectura de este texto, no siempre facilitó la tarea de exponer, de modo sucinto, la doctrina marxista-leninista sobre las aludidas cuestiones. Pero, ¡¿quién podría expresar mejor sus ideas que el propio Marx?! ¡Y qué decir de Engels y Lenin!

      Y, precisamente, con base en esas ideas es que el autor intenta, en las páginas que siguen, determinar en qué medida la doctrina marxista-leninista encontró su plasmación en la vida de las sociedades del siglo XX, particularmente a la luz de la experiencia de la Unión Soviética en sus casi setenta años de vida.

      Si bien es sabido que una de las obras teóricas marxistas más importantes sobre el Estado, la dictadura del proletariado y el comunismo es El Estado y la revolución, de Lenin -en la que se podría afirmar que está dicho prácticamente todo acerca de estas tres trascendentales categorías-, el autor, pertinaz, se aventuró a presentar sintéticamente -allí donde fue posible hacerlo- el pensamiento original de los fundadores del marxismo. Porque, para los efectos del objetivo que persigue el presente trabajo ello devino definitivamente imperioso.

      En esta investigación, el lector, además de encontrar un profundo y detallado análisis de cómo la teoría marxista se transformó -con las inevitables adaptaciones que la realidad impuso- en práctica, podrá, por vez primera, tener acceso a abundante y variada información de fuentes fidedignas sobre hechos que tuvieron una importancia decisiva para el destino de la URSS.

      Igualmente, el lector interesado en conocer más en pormenor el proceso histórico habido en el país de los Soviets, comprendido entre los años 1917 y 1991, podrá encontrar en el presente estudio respuestas a algunas de las sempiternas preguntas que suscitó la edificación del socialismo en la URSS, que difieren de las conjeturadas verdades propaladas por los medios de comunicación de masas y los, supuestamente imparciales “especialistas” en el socialismo y la Unión Soviética.

      Es importante señalar que en los círculos académicos tanto de América Latina, como también de Europa y de los Estados Unidos -exceptuando los trabajos científicos de algunos preclaros y honestos investigadores de estos últimos países- prevalece una visión distorsionada de la verdadera historia de la Unión Soviética.

      En Occidente, numerosos son los autores renombrados que, echando mano a una antojadiza interpretación de la realidad de la URSS, inducen al lector a tener una visión extremadamente errada y negativa del fenecido Estado Soviético.

      Sucede, con indeseable frecuencia, que el mero hecho de relatar los acontecimientos habidos en la Unión Soviética con arreglo a nuevas fuentes de información -en primer lugar, a documentos de los archivos desclasificados- se transforma en motivo suficiente para que ciertos “académicos”, entre ellos historiadores y analistas políticos, califiquen a los autores de los susodichos relatos con el rótulo de “estalinistas”, como si se tratara de un epíteto peyorativo, tal como, durante el siglo pasado y el corriente, en muchos países del mundo, se usó y usa, con esta misma connotación, el término “comunistas”. Lo que -dicho sea de paso-, paradójicamente, se corresponde con la realidad, pues el socialismo real fue construido y consiguió desarrollarse mientras el comunista Stalin se mantuvo al frente del Partido Comunista de la URSS -auténticamente leninista- y del Estado Soviético.

      Tal abordaje por parte de los académicos muestra, por un lado, pura y simplemente, la carencia de conocimientos específicos de que adolecen y, por otro, sus prejuicios, estos -como se sabe- enteramente reñidos con cualquier tipo de actividad científica.

      Es


Скачать книгу