El Plan de la República para derrotar al Kirchnerismo. Ernesto Castellote

El Plan de la República para derrotar al Kirchnerismo - Ernesto Castellote


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podría ocurrir un punto de inflexión en la historia humana y de las civilizaciones democráticas hasta nuestros días.

      Por primera vez en una campaña electoral, el papel protagónico por excelencia, lo asumiría el ciudadano común.

      ¿Cómo es esto?

      Una parte, la más sustancial posible, se pondrá la responsabilidad de construir el triunfo electoral, por sobre -y en muchos casos, a pesar- de sus propios candidatos.

      Las legislativas suelen ser pobres en interés y contenido genuino y por desgracia pasan desapercibidas para gran parte de la sociedad, al menos hasta pocos días antes.

      Dando como resultado una baja participación, con el resultado de favorecer a los oficialismos que utilizan todo el aparato del Estado, y con la vía libre que otorga el desinterés e incluso la anomia.

      Pero esto también constituye una extraordinaria oportunidad.

      Lo que miles de argentinos intentamos durante apenas 73 días entre las PASO del 11 de agosto y las generales del 27 de octubre de 2019, ahora lo implementaremos con más conocimiento, orden, estrategia y fundamentalmente, tiempo.

      Para esto desarrollamos un plan de trabajo corto, conciso y fácil de difundir y explicar.

      Que pueda ser llevado a miles de ciudadanos republicanos a través de las redes sociales o de la simple charla de pocos minutos.

      Por ello, tomaremos algunas estadísticas, números fríos, que no admiten diferencia de opiniones por ser hechos incontrastables.

      Estadísticamente, la participación en elecciones legislativas ronda entre un 72 a 75%.

      La primera premisa, que bajo ningún punto de vista es imposible, será la de igualar la participación de las presidenciales de 2019.

      Esa participación fue del 81,2%.

      Lograr una participación incluso superior al 82% le asegurará a la argentina republicana haberse impuesto sobre la destrucción de la democracia.

      Este trabajo, más que un libro es una urgencia.

      Es el resultado de la búsqueda de una salida por parte de un padre de familia.

      No apto para los que esperan una deliciosa obra literaria ni el enfoque investigativo de fenómenos socio-culturales o políticos.

      Periodistas e intelectuales buscarán muy probablemente un compendio de teorías y estadísticas que cursaron subterráneamente hasta concebir mediante su conjunto, una hoja de ruta de acción política. No esperen encontrar eso.

      Podrán mediante este trabajo entender que el movimiento ciudadano que salió a la superficie desde las PASO del 11 de agosto de 2019 hasta los meses de octubre o noviembre del 2020 en forma de banderazos es una realidad mucho más consistente y organizada de lo que muchos creen, además de ser en esencia de naturaleza independiente, aunque muchos crean o mejor aún, les sirva, decir que es una creación del PRO.

      Un movimiento de una energía admirable, sorprendente, movido mayoritariamente sólo por el febril afán de hacer prevalecer una nación democrática de instituciones libres de occidente, por sobre la amenaza permanente y cotidiana del colapso institucional y el copamiento de un poder totalitario construido sobre una familia con aspiraciones dinásticas.

      Ese poder que entiende como única forma de ejercicio indefinido del poder, la imposición del chavismo en Argentina.

      Para decepción de dirigentes radicales, no degustarán dogmas o concepciones que enaltecen la diversidad de ideas en el marco de la democracia.

      Para decepción de varios dirigentes opositores que entienden que este movimiento ciudadano los interpela y amenaza, sólo decirles que abrevan en una equivocación flagrante ante sus hijos y la historia.

      Quizás no encontrarán en página alguna, justificaciones para haber entregado al kirchnerismo la presencia humana en el Congreso durante todo el 2020, por ejemplo, pero tampoco dedicaré más párrafos que estos a esa clase de yerros, a los que el muy amplio “no peronismo” nos ha acostumbrado por décadas.

      Señores, haremos campaña por sus listas al lado de ustedes.

      Este trabajo no debe constituir una pérdida de tiempo, justamente para esa parte de los argentinos que entienden que a nuestra patria no le sobra un minuto, ni podemos dilapidar todo lo hecho hasta aquí delegando nuevamente el destino político y democrático en personas que, como verdaderos seres humanos, se han equivocado una y otra vez.

      Sí trabajaré a destajo para que este trabajo se constituya en una amenaza para todo aquél pícaro que, contando con un partido distrital, se ponga a armar listas y hacer campañas rimbombantes, rockeras, antisistema, con un bolsillito abierto a la billetera K, para sacar 1 o 2 puntitos porcentuales en la elección general.

      Trabajaré con muchos que ahora recorren estas palabras, valorando como nunca lo hicimos los argentinos, a cada votante, para encausarlo en la unidad.

      Esa unidad, que extrañamente relativizamos en nuestro país durante un tiempo casi pasmoso.

      Esa unidad es el remedio que añora e implora nuestra República recibir.

       Los opositores al castro-chavismo criminal deben convertirse en uno.

      A los constructores del fraude electoral, les cambiaremos la cara. Sabrán que sus días de daño “rentado” ha terminado. Sabremos exactamente cómo y cuándo asestarles el golpe de gracia.

      Sé perfectamente que miles de argentinos piensan como yo, los conozco, hemos compartido luchas sin descanso durante casi dos años. A muchos los conozco desde que batallábamos para derrotar al kirchnerismo entre 2012 y 2015. Lo logramos aquella vez, lo volveremos a lograr esta vez.

      Y esta vez, debemos involucrar millones de republicanos que se conviertan en centinelas de la democracia, y desde sus vidas cotidianas, siempre tengan un ojo observando la salud de la Patria.

      Por todo eso, aquí dejo abiertas mis manos. Miren bien, verán en realidad las de ustedes.

      Ahora apretemos fuerte, para dejar de ser individuos, como fuimos por décadas. Así, amalgamados, vamos a ser un coloso arrollador de libertad y justicia.

       LOS BANDERAZOS

      Antes de entrar de lleno en el plan en sí, debemos comprender el terreno donde se librará la batalla.

      No hacerlo, sería como entrar con una valija llena de dólares a un campeonato de truco en el barrio El Sifón, en Tucumán.

      Empezaré contando sobre los banderazos, por que lo más sustancial de los mismos han sido las personas que lo promueven, y empujan a miles de otros a ser parte.

      ¿Conoces a algunas de esas personas?

      Por conocerlos, considero que son el reservorio de republicanos por excelencia que puede tener hoy este país para librar una batalla como la que aquí se propone.

      Hablaremos de varios temas, que insisto, son necesarios de abordar antes de entrar en nuestro plan, como el uso que hará el gobierno de nuestros argentinos-emblema, la utilización de la pobreza, hablaremos del aparato del PJ y de cómo nos “atenderá” este gobierno una vez que tome relevancia nuestra lucha, pero ahora nos abocaremos a la génesis misma de los banderazos.

      Las expresiones que comenzaron a dar origen a esas monumentales manifestaciones de argentinos en cientos de puntos del país nacieron, a mi entender, en una desesperada noche de insomnio, no sólo de quien escribe, sino de miles y miles de argentinos, incluso de muchos que despotricaron contra la gestión económica de Macri, muchos que recuerdan haber cerrado negocios y emprendimientos luego de abrirlos con la esperanza de la llegada de los “brotes verdes” a comienzos de 2016.

      Incluso miles de estos últimos, pasaron en vela la madrugada del lunes 12 de agosto, cuando supieron que era prácticamente un hecho que volvía el kirchnerismo.

      Complementaré aquí una parte de


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