El Plan de la República para derrotar al Kirchnerismo. Ernesto Castellote

El Plan de la República para derrotar al Kirchnerismo - Ernesto Castellote


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¿Y respecto de la expropiación de Vicentín? ¿Y la liberación masiva de presos?

      La catastrófica malversación de las vacunas habría sido un carnaval obsceno sino hubiera argentinos tan dispuestos a tomar las calles en todo el país.

      Sin ninguna duda habrá nuevos banderazos en 2021, la lógica indica que las fechas patrias por venir volverán a ser fechas de banderazos “per se”. Estoy seguro de que la gente que fue parte de los banderazos se comprometerá en este plan de acción nacional para derrotar por nuestros propios medios a la nefasta organización que nos gobierna.

      ¿Alguien duda de que el próximo 25 de mayo, el 9 de julio, el 20 de junio, el 17 de agosto y el 12 de octubre no volverá la “Argentina republicana” a las calles para hacer temblar la tierra?

      Extraordinario sería que banderazos de este año sumen muchos miles de adherentes a esta iniciativa.

      Lo prioritario, lo indispensable, lo crucial, será infligirles una derrota tan contundente, que caiga como espada de Damocles sobre su futuro y expectativas.

      Pocos saben sobre la cobertura internacional que llegaron a tener nuestros banderazos durante 2020.

      Gran parte del mundo los vio. Es importante que ahora le mostremos al mundo cual era el sentido medular de los banderazos, ya que sino derrotamos al narco-comunismo, de nada habrá servido todo lo hecho.

       QUÉ DEBEMOS ESPERAR

      Entendamos que este plan primero debe enfrentar la inmensa desazón que durante mucho tiempo se nos fue volviendo crónica.

      No va a ser fácil generar entusiasmo, no va a ser fácil activar a miles de argentinos, pero al menos yo estoy preparado. Y también sé que muchos lo van a estar.

      Los que estemos dispuestos y activados, empezaremos por enfrentar el NINGUNEO.

      El NINGUNEO es un lunfardo, bien nuestro para determinar la indiferencia como condena junto a pequeñas dosis de desprecio y sorna, con que la política suele destratar a iniciativas o personas que asumen “el irrespeto y el descaro” de generar nuevas alternativas o de al menos buscar una salida a esa caída sin atenuantes que lleva nuestro pueblo en todos los aspectos que se considere.

      El NINGUNEO no es ni será exclusivo del oficialismo, que sin ningún lugar a dudas nos recibirá con él.

      También lo utilizará una parte del establishment de actuales opositores, paradójicamente, en muchos casos, para los mismos que haremos campaña, que ven al movimiento republicano como una verdadera amenaza.

      No debemos preocuparnos demasiado por ellos, si algo tienen y han tenido es una falta flagrante de creatividad y solo apelarán por millonésima vez al ninguneo, ya que es una de las míseras piedras de salvación que, creen, supieron conseguir.

      El “síndrome del partido chico” caracterizó a una gestión de gobierno, donde no alcanzaron 4 años para entender que había espacio para miles de hombres y mujeres que habían sido parte genuina del triunfo de la República por sobre la tiranía kirchnerista.

      Creyeron, muy a lo básico, que esos hombres y mujeres sólo buscaban cargos.

      Con miopía cerraron un gobierno para unos pocos, los menos posibles, y así condujeron el país, con grave deficiencia para construir empatía con el núcleo movilizado que los llevó al poder, el mismo que vivió esos 4 años profundamente enraizado en la mitad argentina que los eligió.

      Así que el NINGUNEO va a ser la primera fase de la respuesta que debemos esperar.

      El poder político, y una parte del establishment opositor, empezarán por tratar de convencernos de que ni siquiera estamos parados en la baldosa que creemos estar parados, pero los veremos esquivarnos para pasar.

      Durante muchos años me ha tocado vivir el ninguneo de la política en mi provincia, y siempre, pero siempre ha sido el mejor terreno que me han brindado, ha sido siempre el lugar donde me han ofrendado la libertad para hacer y moverme según mis convicciones y criterios.

      Soy un eterno agradecido del ninguneo, me ha permitido aprender de la política sin la imposición de nadie y entender que se puede barajar y dar de nuevo tantas veces como días con el corazón funcionando nos va regalando la vida.

      Siempre, pero siempre, se vuelve a construir.

      Siempre, pero siempre, queda una huella de nuestro caminar.

      Es fundamental valorar el ninguneo como un obsequio del establishment que nos abre un camino de libertad y tiempo para desplegar nuestro plan. Debemos aprovecharlo al máximo, porque el poder decidirá terminar con el ninguneo mucho antes de lo que nosotros imaginamos, porque cuenta con datos que nosotros, desde el llano, jamás podremos tener. Cuando nuestro plan empiece a ser un problema para el poder, nos desayunaremos una mañana con que el gobierno inició lo que yo llamo la fase 2.

      Pero antes de ir a esta parte, quiero ejemplificarlo con hechos que sucedieron.

      El ninguneo es lo que implementó Alberto y Cristina con los banderazos durante el 2020. Primero hicieron silencio para que creamos que no les movía un pelo, paralelamente operaron en los medios de prensa para que la difusión fuera nula.

      Cuando vieron que los banderazos seguían y aumentaban en número y relevancia, el problema de operar ante los medios empezó a ser mayor, porque para la prensa cada vez era más difícil invisibilizar movimientos tan grandes y extrapolados a casi todo el país, en un mismo día y hora. Allí pasaron a la fase 2, utilizando todos los recursos de desprecio y denigración posible para los asistentes a los mismos.

      Los pusimos a pelear con nosotros los espacios en los titulares de los diarios.

      Deberían importar en ese sentido las palabras del delegado presidencial Alberto Fernández, que era el encargado de responderles a los “anticuarentena”. La presidente que gobierna desde el Senado, jamás iba a bajar desde los cielos para opinar sobre la pequeñez de la desfachatez humana.

      Amigos, entendamos que cuanto más certera y efectiva sea nuestra tarea, más silencio inicial y desprecio final vamos a sentir desde nuestros gobernantes y amplios sectores de la política.

      También debemos esperar el ninguneo y luego variopintas críticas desde el periodismo.

      En ese punto, siempre será importante identificar de qué medio proviene esa crítica, para no gastar pólvora en chimangos. Por eso ni siquiera consumiré tiempo en mencionar a los medios oficialistas. Sí a los medios tradicionales, o periodistas de probada independencia, que son afortunadamente numerosos aún.

      Primero esperemos críticas a ese trabajo, una vez superado el ninguneo.

      Volveré a tocar el tema del ninguneo, porque si alguien termina de leer este trabajo sin haber hecho una verdadera radiografía del mismo en su cabeza, las balas seguirán entrando como hasta hoy, en el cuerpo de nuestra argentina republicana.

      Debemos saber que el periodismo no siempre nos criticará, habrá periodistas que estarán de acuerdo con la mecánica que intentaremos llevar a cabo.

      También habrá periodistas que pondrán en duda los datos sobre los que basamos la promoción de incrementar el número de votantes. Es importante no caer en la confusión ante esto.

      Nosotros enfocaremos esta batalla en los que figuran habilitados para votar en el padrón, que en general están en condiciones de salir de sus casas e ir a votar ese día.

      Abundar en estudios y datos estadísticos no es el objetivo de este trabajo. Sabemos perfectamente que a nuestra gente no le sobra tiempo ni muchas veces ánimo, para entregarse a la lectura como muchos esperarían.

      Este trabajo está concebido a ser un rifle de caza, con el cuál es crucial e indispensable afinar al máximo la puntería y optimizar el tiempo disponible para disparar.

      Pondremos a miles de argentinos que jamás dispararon un arma a ser certeros como un cazador, a no dilapidar la atención en sinsentidos, a no caer en la rápida frustración cuando ante los primeros intentos no hayamos


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