Escritura académica. Pablo Ballesteros Pérez
entonces he publicado muchos más artículos cada año dedicando la mitad de esfuerzo. He ganado muchos más proyectos y los he preparado en menos de dos semanas. Estoy convencido de que mis textos se entienden mucho mejor, aun cuando el lector esté distraído o los lea diagonalmente. ¿Qué ha cambiado? Fue sencillo. Tuve que aprender a desaprender.
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Este libro pretende enseñarte a «desaprender». Desaprender lo que crees saber sobre cómo se investiga en el contexto académico y sobre cómo se escribe. Si estás leyendo este libro es porque probablemente perteneces a una de estas tres categorías: eres un investigador novel (doctorando o postdoc); eres un profesor universitario que lleva varios años sin conseguir (tal vez hasta sin intentar) publicar; o eres un director de investigación que quiere enseñar a otros investigadores cómo escribir. También podrías ser un académico que consigue publicar, pero al que le cuesta un gran trabajo hacerlo. En cualquier caso, este libro te va a ser de utilidad. Si me acompañas, prometo hacer el viaje interesante.
En este prólogo te he contado cómo empecé. Por el momento aún no te he contado nada acerca de mis otros méritos. Los ha habido, por supuesto. Tan solo te he contado aquellos momentos que me definieron como investigador, como «auténtico» investigador. Existen otras vías pero todas pasan por lo mismo: por obrar profundos cambios en ti. Vas a tener que dejar de hacer algunas cosas que haces. Vas a tener que empezar a hacer cosas que antes no hacías. No existe otra manera. Si no estás dispuesto, puedes dejar este libro donde lo cogiste.
En el momento de escribir este libro era investigador Ramón y Cajal en la Universidad de Cádiz. Llegué allí por un tortuoso camino. Conseguí esa posición gracias a ganar una de las tres plazas que se ofertaron en España bajo los programas de promoción de talento. Tuve suerte. En mi país siempre ha habido poco dinero para investigar. Esto pasa en muchos otros países también. Cuando competí por este contrato en 2017, solo hubo tres plazas para todo el país en la categoría de Ingeniería y Arquitectura. Ya te he dicho que fui afortunado. Otros años solo hubo dos plazas. Otros años solo una. Quedé en segunda posición y pude elegir en qué universidad española quería trabajar. Elegí Cádiz por motivos que gustosamente te contaré si algún día coincidimos tomando un café en una conferencia.
Ese contrato me permitió dedicarme a investigar a tiempo completo durante cinco años. El Estado español me pagaba cada día por ir a trabajar y a investigar lo que consideraba oportuno. Se supone que demostré por medio de un proceso altamente competitivo que era un investigador autónomo y fiable. Yo decidía, por tanto, lo que aprendía y lo que escribía. La mera perspectiva de haber tenido esa responsabilidad habría sido inconcebible (casi aterradora) algunos años antes. Entonces (y hasta hoy) me parece el desenlace natural de muchas decisiones que tomé en mis primeros años como investigador.
¿Por qué escribir este libro entonces? Para mí habría sido más fácil seguir publicando artículos y ganando proyectos. Escribir un libro supone mucho tiempo y esfuerzo. La primera razón es porque creía que debía hacerlo. Quería hacer la vida más fácil a otros que inician el mismo camino que yo inicié con el doctorado. Por aquel entonces había publicado más de cuarenta artículos y un número similar de comunicaciones en congresos internacionales. La gran mayoría de estos artículos los había publicado en revistas del primer cuartil y del primer decil. Había sido también el primer autor y autor de correspondencia en la mayoría de esos artículos. Por tanto, cuando hablo en este libro de cómo escribir, te hablaré de cómo lo he hecho yo, de mi experiencia personal y de lo que aprendí de muchos otros.
En la actualidad soy editor de una revista científica bastante reconocida en mi área. También soy revisor de propuestas de investigación en varios organismos de investigación. Competí por muchos de estos puestos en su día y es un honor seguir ocupándolos. Reviso y edito más artículos en un año de los que la mayoría de investigadores leerán en toda su vida. He ganado bastantes proyectos de investigación y trabajado para cinco universidades. He trabajado en cuatro países y experimentado en diferentes contextos el mismo proceso de publicar. He trabajado también con muchos colegas extranjeros y toreado innumerables revisores. Me queda mucho por aprender, por supuesto, porque este camino nun-ca termina. No obstante, a medida que progresa la carrera profesional, el tiempo también escasea. Con todas mis carencias e imperfecciones, era entonces cuando creí haber alcanzado un equilibrio entre ser lo bastante competente para escribir este libro y tener el tiempo suficiente para hacerlo. Más adelante, como hoy en día, probablemente habría sido más competente, pero no habría dispuesto del tiempo necesario.
Hay otro motivo por el que quise escribir este libro. En inglés hay numerosos textos (algunos muy buenos) sobre cómo escribir artículos científicos. En español ocurre justo lo contrario: hay pocos y la mayoría son deficientes. Dado que somos tantísimos investigadores de habla hispana, parecía necesario atender esta necesidad. Aun cuando aprender inglés sea necesario si quieres dedicarte a esto, muchos de nosotros no lo aprendimos en serio hasta después de doctorarnos. Este libro te ayudará a desarrollar tus habilidades de investigación en paralelo, no secuencialmente, a la adquisición de otras (el idioma, por ejemplo). Esto puede ahorrarte un tiempo considerable.
Existe una última razón. Por aquel entonces y hasta hoy he impartido múltiples seminarios y cursos sobre cómo escribir artículos científicos. Los asistentes de estos cursos han compartido conmigo lo reveladores que han sido algunos de mis consejos para conseguir publicar. Con ello ha surgido una oportunidad de ofertar cursos de mayor duración. En ellos abordo el proceso de escritura académica con mayor profundidad, pero también requieren de un material de consulta mucho más estructurado. Hasta el momento había generado una gran cantidad de material en forma de notas, ejercicios y presentaciones. Ponerlos en orden lógico se estaba haciendo necesario. Creí que ello beneficiaría a mis futuros alumnos y también me ahorraría mucho tiempo.
Y con tu permiso, tendré un último acto de autoindulgencia. He de confesar que disfruto escribiendo artículos. También disfruté con el proceso de escritura de este libro. Con gran esfuerzo despejé tres meses de mi más que apretado calendario para completarlo. Escribí un poco cada día, un capítulo por semana aproximadamente, y en tres meses conseguí terminar y editar el libro completo. Fue una experiencia gratificante, aunque, si soy sincero, espero no tener que volver a pasar por lo mismo hasta dentro de otros cinco años. Escribir un texto tan largo prácticamente desde cero fue una experiencia extenuante.
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Para finalizar este prólogo responderé a dos preguntas que son esenciales: ¿Cómo está estructurado este libro? Y, sobre todo, ¿qué ofrece este libro que otros no ofrecen? Aquí pretendo convencerte de que no solo sé lo que estoy haciendo, sino también de que leer este libro es una buena forma de invertir tu tiempo. Empezaré con la segunda pregunta.
¿Qué contiene realmente este libro? Simplemente contiene de for-ma concisa las lecciones que un mentor altamente involucrado debería transmitir durante tus años de formación como investigador. Desafortunadamente, los mentores altamente involucrados no existen. No es físicamente posible. Incluso aquellos que fuimos afortunados y contamos con acceso permanente a nuestros directores de tesis, no podemos decir que ellos pudieran enseñarnos todo lo que necesitábamos. Es obvio. Cada uno tiene su vida y muchísimas otras obligaciones. El aprendiz debe buscarse la vida. Somatizar esta lección cuanto antes en tu carrera investigadora es absolutamente necesario. La responsabilidad de aprender es tuya y de nadie más. Eres tú el que debes ir corrigiendo tu propio rumbo y aprender lo que crees que necesitas en cada momento. Nadie puede contarte cómo investigar algo nuevo e inexplorado porque, por definición, dejaría de serlo. Además, también dejaría de ser interesante y desafiante. Precisamente por esto último es por lo que gran parte de nosotros seguimos en la Academia.
Pero aún no te he dicho qué vas a encontrar en este libro. Aquí te voy a contar qué tienes que hacer para dominar la escritura académica. Con ella podrás hacer muchas cosas útiles en tu día a día. Es probable que lo primero que te venga a la cabeza es que finalmente podrás escribir buenos artículos científicos y propuestas de investigación. Pero también te servirá para muchas otras cosas como expresarte con mayor claridad y brevedad en cualquier otro contexto. Un ejemplo común será cuando prepares apuntes para tus