Frida en París, 1939. Jaime Moreno Villareal

Frida en París, 1939 - Jaime Moreno Villareal


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en términos marxistas, más interesado en exaltar la lucha proletaria y campesina que en vivificar la perennidad de los dioses antiguos. Artaud firmó con trazo nervioso:

      A Diego Rivera, para los Hombres, sí, pero a través de los Dioses, y los de México son más verdaderos que los otros. Esto es lo que pienso.

      Antonin Artaud, México, 10 de febrero de 1936

      Jacqueline hablaba con Frida de él siempre conmovida y con un respeto casi sobrehumano, atesorando en lo más recóndito y con desa­sosiego la carta que Artaud le dirigió en noviembre de 1937, ya desde el encierro:

      Tú serás vengada, querida Jacqueline, y también el ser superior de quien eres la esposa predestinada.

      Eres un corazón noble, un espíritu valiente y un alma generosa. Te crees malvada, y te equivocas, es tu imaginación que crea en ti una falsa maldad puramente exterior, mas no es tu naturaleza.

      Yo revelaré Misterios a tu Esposo, y le revelaré cuál es el Sublime Rango que ocupa en el orden de los Espíritus creadores de Mundo.

      La fraternidad entre Jacqueline y Artaud era tan empática como riesgosa. Ella se mantuvo solidaria


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