Mañana será brillante. Jared Mellinger

Mañana será brillante - Jared Mellinger


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que sean nuestras circunstancias, Dios ha prometido que tenemos una ayuda siempre presente en tiempo de necesidad (Hebreos 4:16). Si dependiera de nosotros mismos, nuestros corazones estarían gobernados por el miedo. Pero Dios no nos ha dado un espíritu de temor. Nos da fuerza, como dice el himno “Grande es tu fidelidad”, “eres mi fuerza, mi fe, mi reposo y por los siglos mi Padre serás”.

      Jesucristo nos empodera para afrontar el futuro con confianza.

      En Salmos 27:3, el salmista declara: “Aunque acampe un ejército contra mí, mi corazón no temerá. Aunque contra mí se levante guerra, aun así estaré confiado” (cursiva mía).

      Cuando miramos al futuro, vemos ejércitos que acampan contra nosotros. Vemos nuestro propio pecado, vemos un mundo opuesto a Dios, vemos la creación que gime bajo los efectos de la caída, y vemos al Diablo mismo acechándonos. Escuchamos el rumor de guerra. Y nos sentimos débiles. Sabemos que la enfermedad, las dificultades y la muerte nos esperan. Cuestionamos nuestra fortaleza espiritual y dudamos de nuestra seguridad. El futuro parece fuera de control.

      En estos momentos, Cristo viene a nosotros y nos ayuda a levantar nuestras cabezas cansadas. “Aun así estaré confiado”. Este es el grito de guerra del cristiano: ¡Aun así estaré confiado! “Fortalezcan las manos débiles; afirmen las rodillas vacilantes. Digan a los de corazón apocado: ‘¡Fortalézcanse; no teman!’” (Isaías 35:3–4, RVC).

      La razón de nuestra confianza se da en Salmos 27:1: “El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién me he de atemorizar?”

      No estás sin luz en la oscuridad.

      No estás exento de esperanza.

      Cristo es la fortaleza de tu vida.

      Como nuestra fortaleza, Cristo no viene a hacer nuestra vida fácil, sino a defendernos del miedo. Nuestra inquietante anticipación de los problemas es a menudo más preocupante que el problema en sí. Por lo tanto, nuestra necesidad no es tanto ser librados de las pruebas presentes como de ser librados de nuestros temores del futuro.

      Optimismo divino

      Aquellos que están en Cristo tienen toda la razón para ser optimistas sobre el futuro. La esperanza domina nuestra perspectiva. Nos reímos de los días venideros. Miramos todo lo que podría venir a nuestro camino en la vida y nos consideramos más que vencedores.

      La Biblia promueve el optimismo, pero es un cierto tipo de optimismo. El nuestro no es el optimismo secular del pensamiento positivo, sino el optimismo divino de la esperanza cristiana. Este optimismo está marcado por el realismo y mezclado con el dolor. Estamos como entristecidos pero siempre gozosos (2 Corintios 6:10, RVC). Sabemos que en este mundo tendremos aflicción, pero necesitamos ¡tener valor! ¡Cristo ha vencido al mundo! (Juan 16:33, RVC). Por la noche dura el llanto, pero al amanecer vendrá la alegría (Salmos 30:5, RVC).

      El optimismo natural es simplemente una cuestión de temperamento, y no es una virtud ni un requisito para el cristiano. El optimista temperamental no tiene una ventaja sobre el pesimista temperamental en la vida cristiana o en el ejercicio de la esperanza cristiana. La verdadera esperanza prospera en la oscuridad. Es a través de las lágrimas de lamento que vemos la belleza de nuestra esperanza con mayor claridad.

      Este libro presenta el mensaje del optimismo cristiano, con la voz de la confianza en Cristo, basado en su obra terminada y en la promesa de la gracia futura.

      En la iglesia, recientemente hemos estado cantando un himno de Mary Bowley Peters llamado “Oh todo estará bien”. Ha sido un gran aliento, ya que procuro mirar hacia adelante con confianza.

      Hacia el sol, do Dios lo preparó,

      Cantemos, sí, en alta voz; dad glorias al Señor y Dios,

      y sobre todo, el refrán:

      “¡Oh, está todo bien!”

      Aunque morir nos toque sin llegar, ¡oh, qué gozo y paz!

      Podremos ya, sin penas ni dolor, con los justos morar.

      Mas si la vida Dios nos da, para vivir en paz allá,

      Sí, a la luz del carácter y las promesas de Dios en Cristo, ¡oh, está todo bien! ¡El futuro brillante viene! Nuestro futuro es mejor de lo que podemos comprender. El futuro está lleno de gozo.

      El futuro está lleno de gozo

      Cornelis Venema, en su excelente libro, La promesa del futuro, afirma a los cristianos:

      Del mismo modo, Charles Spurgeon dice:

      El futuro está lleno de gozo. No sabes todo sobre tu futuro, pero conoces las partes más importantes.

      • Dios estará contigo.

      • Cristo orará por ti.

      • El Espíritu Santo te dará poder.

      • Dios suplirá todas tus necesidades.

      • El Señor te protegerá.

      • El amor de Dios te sostendrá.

      • Todas las cosas obrarán para tu bien.

      • La derrota del pecado y la muerte es segura.

      • Verás a Cristo cara a cara.

      • Adorarás al Cordero que fue crucificado.

      • Tu cuerpo resucitará.

      • Ya no sufrirás penas.

      • Estarás con tus seres queridos en Cristo.

      • Serás bien recompensado.

      • Cristo hará nuevas todas las cosas.

      No podemos dejar que esta visión bíblica del futuro se borre.

      Tengo este problema en la vida donde a veces mis anteojos se ensucian bastante y ni siquiera lo noto. Luego, después de unas semanas, recuerdo que debo limpiar mis anteojos, o los limpio porque alguien me dice que apenas pueden ver mis ojos. De repente, el mundo entero es nuevo. Todo está claro.

      Así es la esperanza. La esperanza elimina la sombra de nuestros miedos y nos da una perspectiva clara sobre las circunstancias cambiantes, las penas presentes, los desafíos de crianza, el envejecimiento, el declive cultural, la política, la incertidumbre económica, la muerte y el futuro de todas las cosas.

      Al aceptar nuestro futuro en Cristo, da forma a nuestra vida y a nuestro carácter en el presente.

      Necesito este libro tanto como cualquiera otra persona. Quiero crecer para poder mirar al futuro con un denuedo inquebrantable. Y quiero también ayudar a otros cristianos a experimentar esta esperanza llena de gozo.

      ¿Cómo afrontamos el futuro


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