Enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Andrea Slachevsky Chonchol

Enfermedad de Alzheimer y otras demencias - Andrea Slachevsky Chonchol


Скачать книгу
como la rivastigmina, el donepezilo y la galantamina, que aumentan la cantidad de acetilcolina en el cerebro. La acetilcolina es un mensajero químico del cerebro cuya concentración disminuye en la enfermedad de Alzheimer. Otros medicamentos son la memantina, que actúa a nivel del glutamato, otro mensajero químico del cerebro, y la cerebro­lisina, que es una sustancia neurotrófica, es decir, que ayuda a la regeneración de las neuronas. Se ha demostrado además que los anticolinesterásicos tienen también un efecto positivo en las demencias vasculares y la enfermedad por cuerpos de Lewy.

      El tratamiento de la enfermedad de base incorpora también el trata­miento de los factores de riesgo cardiovas­cular que impactan en la progresión de la enfermedad. Se debe tratar la diabetes, la hipertensión arterial, el colesterol alto y dar antiagregantes plaquetarios como la aspirina cuando corresponda.

      Asimismo, el tratamiento de la enfermedad de base debe tener en cuenta las enfermedades médicas concomitantes que pueden agravar el estado del paciente. Por ejemplo, las anemias, las infecciones urinarias, una insuficiencia respiratoria o cardíaca repercuten de manera importante en las capacidades cognitivas del paciente y pueden agravar su estado. Se debe también evitar administrar fármacos que mermen las capacidades cognitivas.

      El segundo aspecto del tratamiento de las demencias consiste en el tratamiento de los síntomas conductuales que se presentan en las distintas etapas de la enfermedad, como la depresión, las alucinaciones, la agitación y el insomnio. El tratamiento de esos síntomas puede ser tanto con fármacos como con readecuación del ambiente donde el paciente se desenvuelve y de la manera de interactuar con el paciente. Nos referiremos a estos temas en los siguientes capítulos.

      Finalmente, el tercer aspecto del tratamiento incorpora a los cuidadores del paciente. Como veremos en el capítulo 6, los cuidadores de pacientes con demencia pueden presentar trastornos psicológicos y emocionales derivados de la sobrecarga que implica el cuidado de estos enfermos. El no prestar una adecuada atención a estos síntomas no solo influye en el cuidador, sino también en el paciente, que estará peor cuidado.

      1.7. ¿Cómo se puede prevenir las demencias?

      Los factores que se han asociado a la aparición de las demencias son múltiples. Entre los más importantes están los factores de riesgo vascular, tales como la hipertensión arterial, la obesidad, el tabaco, el colesterol alto y la falta de actividad física. Por lo tanto, la estrategia preventiva más adecuada sería controlarse la presión arterial con el tratamiento adecuado, controlarse el peso, no fumar y realizar actividad física. En todo caso, debemos señalar que aún no podemos prevenir cada uno de los factores de riesgo asociados a las demencias, ya que no conocemos todas sus causas. Por otro lado, es necesario mejorar las redes sociales y realizar actividades intelectuales, ya que la socialización y el uso constante de las funciones cerebrales durante la edad avanzada reducen el riesgo de una vejez patológica. Además, diferentes estudios sugieren que un buen nivel educacional previo puede constituirse en un factor protector ante la eventualidad de desarrollar una demencia.

      2 B. Reisberg y colaboradores, The Global Deterioration Scale for assessment of primary degenerative dementia. American Journal of Psychiatry. 1982; 139(9): 1136-9

      3 B. Reisberg y colaboradores, The Global Deterioration Scale for assessment of primary degenerative dementia, op. cit.

      4 Galvin JE, Roe CM, Powlishta KK, Coats MA, Muich SJ, Grant E, Miller JP, Storandt M., Morris JC., The AD8: a brief informant interview to detect dementia. Neurology, 2005, 65: 559-64.

      5 Brodaty H, Pond D, Kemp NM, Luscombe G, Harding L, Berman K, Huppert FA. The GPCOG: a new screening test for dementia designed for general practice. J. Am. Geriatr. Soc. 2002; 50: 530-4.

      Capítulo 2

       Aprendiendo a comunicarse:

       ¿Cómo puedo mejorar la comunicación con mi familiar enfermo?

      Si bien la yeya se nos fue alejando poco a poco, aprendimos también a conocer y ejercitar otra manera de comunicarnos. Aprendimos a perder la vergüenza y a hilvanar en la incongruencia retazos de pasado y presente para dar continuidad a la conversación que siempre fue el motor de sociabilidad en la vida de Sofía. Nos reímos en estas conversaciones con ella, y muchas veces ella nos sorprendió, haciéndonos entender que seguíamos conectados en el lenguaje del amor. Nos hizo de esta manera conocer el mundo de los ancianos con Alzheimer

      Paulo, sobre su abuela Sofía

      En este capítulo, aprenderemos a:

       Mejorar y mantener la comunicación con el paciente con demencia.

       Conocer distintas formas de comunicación efectivas.

      2.1. Trastornos de la comunicación en las demencias

      La comunicación es el proceso mediante el cual la gente intercambia información. Puede ser verbal o no verbal, y lo más frecuente es que sea una combinación de ambas modalidades. En el envejecimiento se producen diferentes cambios que pueden dificultar la comunicación, tales como la disminución de la audición o de la agudeza visual o el fenómeno de la “punta de la lengua”, es decir la dificultad para recordar y decir una palabra conocida. Independientemente de estos fenómenos, en las demencias se produce un deterioro progresivo del lenguaje y de la capacidad de comunicación. Las características de este deterioro dependen del tipo de demencia y de su severidad. Por su elevada frecuencia, describiremos los principales cambios que se producen en el lenguaje de un paciente con Alzheimer.

      En las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer existe una relativa preservación del lenguaje, exceptuando un empobrecimiento del vocabulario y una dificultad para encontrar las palabras adecuadas al contexto. Por ejemplo, si tiene que nombrar un teléfono celular, tendrá dificultades en encontrar esa palabra específica. Posteriormente, se produce una pérdida progresiva del significado de las palabras junto con una agravación de la pérdida del vocabu­lario. Pueden existir fluctuaciones que no significan una mejoría, es decir, un día un paciente puede ser incapaz de evocar una palabra relativamente frecuente y al día siguiente puede pronunciar palabras bastantes complejas. Pero los pacientes siguen construyendo frases bien hechas, con una correcta gramática, y pronunciando bien las palabras. El lenguaje es fluente pero con pocos nombres específicos, un gran uso de palabras generales y pronombres (“cosa”, “eso”, “algo”); en vez de nombrar los objetos, los descri­ben con frases cortas. Cambian durante la conversación de un tema a otro sin ninguna transición. La comprensión también se deteriora primero para frases largas y difíciles y posteriormente para frases más simples. Todos estos trastornos son progresivos, de modo que los pacientes con enfermedad de Alzheimer severa suelen tener un lenguaje muy empobrecido, repitiendo una y otra vez la misma frase o palabras o diciendo fragmentos de frases sin significado.

      Además de los problemas del lenguaje ya mencionados, también la comunicación no verbal se va alterando. Los pacientes se expresan con menos gestos y tienen dificultades en identificar las emociones expresadas por otros. Producto de estas dificultades se impacientan e interrumpen, no esperando su turno para hablar.

      2.2. ¿Cómo nos seguimos comunicando con un paciente con demencia?

      Dado que una de las características de la enfermedad es el deterioro progresivo del lenguaje, las personas que se relacionan con el enfermo deben aprender a mantener nuevas formas de comunicación con él o ella.

      Antes de describir algunas técnicas que pueden ayudar, es importante saber que no necesariamente todos los problemas de lenguaje que presenta un paciente de edad con demencia son causados por la propia demencia. Corregir un trastorno de la audición a través de audífonos, mejorar su visión con lentes ópticos o poner una prótesis dental en un paciente edentado pueden causar una mejoría significativa de su capacidad de comunicación. Por lo tanto, ante un paciente con demencia con problemas de lenguaje siempre es importante hacerse las siguientes preguntas:

      1 ¿Escucha


Скачать книгу