Volviendo al Caribe. Mukien Adriana Sang Ben

Volviendo al Caribe - Mukien Adriana Sang Ben


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está todavía pendiente de demostrarse.

      No quise quedarme con las dudas y preferí seguir buscando. Lo cierto es que los esclavos de las plantaciones azucareras antes de la abolición de la esclavitud, trabajaban en condiciones más que infrahumanas y tenían la característica de que habían sido desarraigados de su tierra. El comercio triangular, un negocio aberrante, en el que hombres y mujeres eran humillados y vendidos como simples mercancías para trabajar en las plantaciones de América y el Caribe, marcó nuestra identidad. Como dice Zakari Dramani Issifou en un libro desgarrador publicado por el Archivo General de la Nación, titulado África y el Caribe: Destinos cruzados. Siglos XV-XIX.

      Esta maravillosa obra, completa, bien escrita y novedosa, llega al alma de los que tienen sensibilidad humana. En sus páginas, el intelectual africano explica el impacto en el imaginario colectivo de la sociedad africana que tuvo la trata humana. La obra está dividida en cuatro partes. En la primera se refiere a las teorías existentes sobre el tema de la esclavitud y la trata de esclavos, aborda la violencia como fuente de racismo y fabricación de identidad. Sostiene que, con el inicio de la trata de negros, el mundo asiste a una renovación del conocimiento sobre el mundo fuera de Europa. En sus palabras,

      Este libro es una joya. Mucho se ha hablado sobre la trata de esclavos, muchas estadísticas han ofrecido los occidentales estudiosos del tema de la esclavitud, pero pocas veces se ha hecho una reflexión profunda que ponga de manifiesto otras realidades, más allá de las convencionales explicaciones del desarrollo del capitalismo emergente y la necesidad de mano de obra esclava para la acumulación originaria. Este libro aborda el impacto en el imaginario colectivo de esos siglos de sometimiento, exclusión y trato inhumano. Los gritos desesperados de los defensores de la negritud fueron solo clarinadas atormentadas de un problema más profundo que la humanidad tiene y debe enfrentar. África no es responsable de su desgracia. Pero sí lo fueron sus opresores y conquistadores, los mercaderes inhumanos que se enriquecieron con la trata de negros. A ellos hay que analizarlos como los verdugos destructores de razas y pueblos completos. Los imperios emergentes europeos y el imperio norteamericano tienen que asumir, con todas sus consecuencias, la responsabilidad histórica que les corresponde. Solo así África dejará de llorar y sangrar. Solo así África se sentirá parte de esta humanidad circunscrita a solo cuatro continentes. Ahora bien, no debemos recrearnos en nuestras miserias, África y todas las naciones del mundo que fueron conquistadas y colonizadas deben sacudirse, mirar el pasado solo como un referente que no debe repetirse jamás, y seguir adelante, sacar fuerzas de sus entrañas para superar sus propios males, sus propias injusticias, sus propias desigualdades.

      ¿Qué significa esta conclusión? Que las plantaciones no son comparables pues se desarrollaron en épocas históricas muy distintas, especialmente a la experiencia del Caribe insular inglés y francés. En el Caribe insular hispánico la historia es diferente. En el caso dominicano, por ejemplo, la plantación del siglo XVI fue corta, y revivió de nuevo en el último cuarto del siglo XIX y se mantuvo prácticamente durante todo el siglo XX.

      Las plantaciones y el azúcar vistos desde la península ibérica. El análisis de Consuelo Naranjo

      No quisimos dejar de incluir el tema de las plantaciones en el Caribe tratado en el capítulo IV de la obra de Naranjo. Inicia el capítulo indicando cómo la llegada de los españoles a América transformó las fronteras del mundo. Así, América, Asia y África comenzaron a formar parte del universo del Viejo Mundo. Con la presencia de las otras potencias imperiales competencias de España, el Caribe se convirtió, como ya se sabe, en el pequeño espacio de las grandes luchas imperiales. Francia e Inglaterra


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