Supervisión de coaching. Damián Goldvarg

Supervisión de coaching - Damián Goldvarg


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      Strokes (caricias)

      Son patrones de comportamiento en los que, durante la interacción, uno le hace saber al otro que aprecia su existencia mediante un comentario positivo. No es necesariamente una demostración física. En Coaching se observan strokes cuando el coach le hace un comentario positivo a su cliente, para reconocer sus logros. Se admite que los strokes tienen una función de apoyo al cliente.

      Triángulo de Karpman

      Karpman (1986) sostiene que las personas tienden a comportarse como si se movieran dentro de un triángulo cuyos vértices son:

      • El perseguidor (ataca o agrede).

      • El rescatador (interviene con el deseo de ayudar al más débil o de mejorar la situación).

      • La víctima (interpreta que recibe un trato injusto).

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      Tanto en Coaching como en Supervisión, el objetivo es echar luz sobre estas posturas, que por lo general son inconscientes. Cuando hay claridad acerca del rol que se está adoptando, existen mayores posibilidades de tomar decisiones diferentes. Las dinámicas descriptas pueden darse, por ejemplo, cuando el coach, sin darse cuenta, opera rescatando al cliente de su situación en vez de alentarlo para que encuentre sus propias soluciones. En esta situación, el rescatador puede convertirse en el perseguidor del perseguidor original. Es decir, que el coach pasa a perseguir a quien persigue a su cliente. Existe, además, la posibilidad de que el cliente que era la víctima se alíe con el perseguidor original y el rescatador se convierta en víctima de los otros dos. Esto se da, por ejemplo, cuando un coach trata de rescatar a un cliente que tiene una relación difícil con su jefe, y para hacerlo se alía con él, de manera inconsciente, en el lugar de víctima, en vez de desafiarlo, para ayudarlo de esta manera a que salga de ese lugar, si es lo que está buscando.

      Resumen del capítulo

      • Familiarizarse con los modelos y las distinciones elaboradas por la Psicología permite contar con un mayor repertorio de acción a la hora de indagar en el quién del coach y explorar los desafíos surgidos en las relaciones con sus clientes.

      • La sensibilidad psicológica es la capacidad para reconocer comportamientos, pensamientos y sentimientos (de uno mismo y de los otros), indagar sobre ellos y detectar las relaciones que los unen, para encontrar el sentido más profundo de las experiencias propias y las de los demás.

      • Sigmund Freud y sus discípulos ofrecen distinciones que resultan de gran utilidad para entender las dinámicas inter e intrapersonales.

      • La transferencia consiste en trasladar a relaciones del presente aspectos vividos durante relaciones del pasado. Puede ser positiva, cuando aparecen sentimientos amistosos o afectuosos hacia el analista o el coach, o negativa, cuando se expresa por medio de sentimientos hostiles; y puede aparecer en tres modalidades: como proyección, como idealización o como competición.

      • La proyección es un mecanismo en el que las características propias que el sujeto atribuye a otro son, por lo general, negativas; aunque existe también la proyección positiva, que se da cuando se atribuyen cualidades dignas de ser admiradas, como sucede, por ejemplo, en el enamoramiento.

      • La idealización se presenta cuando el coach atribuye cualidades heroicas o extraordinarias a su supervisor, y por este camino llega a desvalorizar sus propias capacidades.

      • La competición, en el ámbito de la Supervisión, se da cuando el coach compite inconscientemente con su supervisor, impulsado por la inseguridad que experimenta.

      • La contratransferencia se da cuando el supervisor, de manera inconsciente, tiene, a causa de su relación con el supervisado, determinadas reacciones, actitudes, pensamientos e ideas.

      • El proceso paralelo es una repetición de patrones que se da cuando durante el trabajo de Supervisión aparecen dinámicas que estuvieron presentes en la relación de Coaching.

      • La identificación es el proceso psicológico en el que un sujeto incorpora aspectos, propiedades o atributos de otro y se transforma, total o parcialmente, para asemejarse a su modelo. La personalidad se construye a partir de una serie de identificaciones.

      • La Gestalt pone el énfasis en el aquí y ahora. Su objetivo principal es buscar el cómo en vez del porqué; trabaja sobre la toma de conciencia, sobre el darse cuenta, y se centra en la responsabilidad y en la importancia de la corporalidad.

      • Cuando se aplican distinciones gestálticas en la Supervisión se crea un espacio donde el coach y el supervisor reflexionan sobre la práctica profesional o sobre casos presentados con lentes holísticas. Este enfoque basado en la completitud, en el todo, pone especial atención a la relación entre lo que pasó en la sesión de Coaching y lo que está pasando aquí y ahora, en la sesión de Supervisión.

      • En el ámbito de la Supervisión, la resistencia es un tipo de comportamiento que se detecta cuando el supervisado toma distancia y se niega a explorar en profundidad lo que sucedió durante la sesión de Coaching. Según la teoría de la Gestalt, la resistencia no tiene que ser catalogada como un comportamiento negativo, sino como una oportunidad de aprendizaje.

      • La confluencia es una distinción gestáltica que se aplica a una situación en la que el coach se alía con su cliente o el supervisor con su supervisado para acordar cuál es el significado de ciertos hechos sin explorarlos debidamente, asegurándose, de esta manera, que no haya conflicto. En estos casos, lo que suele suceder es que el supervisor o el coach acuerden en vez de confrontar comportamientos que pueden ser poco apropiados o inefectivos.

      • El método fenomenológico es una aproximación que se enfoca en el aquí y ahora, y que implica la utilización de estrategias entre las que se encuentran: el bracketing, que es poner juicios propios “entre paréntesis”, o dejarlos en suspenso; describir lo que se observa en vez de buscarle una explicación; y ecualizar, que es dar igual valor a todas las observaciones, aunque algunas parezcan insignificantes.

      • El uso del self en Supervisión alude a la importancia de que el supervisor reconozca sus propias reacciones emocionales, porque esto brinda información beneficiosa para el supervisado.

      • El Análisis Transaccional se enfoca en entender por qué los seres humanos se comportan de determinada manera para alcanzar mayor grado de autonomía. El AT reconoce tres patrones o estados de desarrollo del yo: el de adulto, el de niño y el de padre. El patrón de adulto (ideal a alcanzar) implica la capacidad para observar comportamientos maduros, y tomar decisiones centradas y enfocadas; el de padre implica comportamientos observados desde un lugar de autoridad y el de niño supone conductas que llevan a acomodarse a las expectativas de los otros o a la rebeldía.

      • El AT estudia relaciones a las que reconoce como simbióticas. En ellas, las partes están relacionadas para beneficio mutuo y una depende de la otra para su supervivencia. La simbiosis puede ser positiva (caso del recién nacido y sus padres), o negativa (dependencia entre adultos).

      • El AT utiliza el término descontar para designar la situación en que se minimiza o se ignora lo que le sucede a uno mismo y/o a los otros, o en una situación determinada.

      • Los strokes (caricias) se dan cuando, durante la interacción, un individuo le hace saber a otro que aprecia su existencia, por ejemplo, mediante un comentario positivo.

      • Karpman (1986) sostiene que las personas tienden a comportarse como si se movieran dentro de un triángulo cuyos vértices son: el perseguidor (ataca o agrede), el rescatador (interviene con el deseo de ayudar al más débil o de mejorar la situación), y la víctima (interpreta que recibe un trato injusto). Estas posturas son, por lo general, inconscientes, y cuando hay claridad acerca del rol que se está adoptando existen mayores posibilidades de tomar decisiones diferentes y superadoras.


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