Supervisión de coaching. Damián Goldvarg

Supervisión de coaching - Damián Goldvarg


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del coachee, así como los sentimientos contratransferenciales del coach”.

      El supervisor de Coaching necesita, además de herramientas específicas para trabajar con sus supervisados, haber trabajado en sí mismo, para alcanzar el nivel de madurez y autoconocimiento que requiere el cumplimiento eficaz de su tarea. Esto hace que el supervisor, si desea ser consistente en su práctica, trabaje con su propio supervisor para poder lidiar con los desafíos que le salgan al encuentro durante su labor.

      Rasgos personales y competencias del supervisor de Coaching

      Considero que el supervisor de Coaching debe:

      • Desarrollar junto al coach la confianza necesaria para que este pueda ser vulnerable.

      • Alentar al coach para que desafíe los límites profesionales autoimpuestos.

      • Mostrarse abierto y vulnerable, para que el coach sienta que la relación se da entre pares y no la perciba como un vínculo en el que existen jerarquías.

      • No imponerle al coach su propio estilo de trabajo sino, por el contrario, fomentar que cada coach desarrolle un estilo propio, dentro del marco definido por los límites que establece la ética profesional.

      • Tener flexibilidad frente a los distintos enfoques teóricos, métodos y tipos de intervención que emplea el coach.

      • Desarrollar la capacidad para observar las relaciones entre las diferentes partes del sistema y los diferentes ángulos y perspectivas.

      • Demostrar habilidad para trabajar en entornos multiculturales.

      • Manejar y contener las ansiedades propias y las del coach.

      • Demostrar apertura al aprendizaje.

      • Tener capacidad para apreciar cómo el entorno impacta en el coach, en su cliente y en el supervisor.

      • Tener formación profesional específica como supervisor.

      • Apreciar el estilo de práctica que evita el autoritarismo.

      • Demostrar humildad, respeto y paciencia.

      Para mayor información, revisar el Apéndice 3, que contiene el modelo de competencias del supervisor de Coaching del EMCC.

      Diferencias entre Mentor Coaching y Supervisión de Coaching

      Tanto el Mentor Coaching como la Supervisión son actividades importantes para el desarrollo profesional. El Mentor Coaching está considerado como un proceso clave en la formación original del coach, y constituye un requisito obligatorio para quienes desean recibir una certificación de Coaching avalada por la ICF y para renovar las credenciales, en el caso de los coaches principiantes.

      La Supervisión de Coaching, en cambio, no se enfoca solamente en desarrollar habilidades técnicas, sino que también se ocupa de explorar el quién del coach y lo que le sucede como resultado de sus interacciones con el cliente. En el marco de esta práctica se exploran las creencias del coach, así como sus emociones y las reacciones corporales que pueda tener durante el trabajo con sus clientes.

      La Supervisión puede explorar las habilidades del coach, pero su objetivo principal no es ese, sino trabajar sobre las inquietudes, los desafíos y las creencias que el coach tiene en el contexto de su labor. Para llevar adelante su tarea, el supervisor puede escuchar grabaciones de sesiones, pero esta actividad no constituye un requisito como en Mentor Coaching.

      A partir de un enfoque sistémico, la Supervisión se encarga de reflexionar sobre el trabajo del coach y sobre su cliente, y cuando el supervisor logra crear un espacio de confianza, el coach puede expresarse abiertamente, mostrarse vulnerable, auténtico, y explorar sus dificultades sin sentirse juzgado. Este es un punto que merece especial cuidado, ya que el coach debe sentirse apoyado durante el aprendizaje, para lidiar con sus fortalezas y sus debilidades y para permitirse ser vulnerable.

      Se puede concluir, entonces, que las dos actividades, el Mentor Coaching y la Supervisión, se complementan para brindar apoyo al desarrollo del coach; pero el foco de una y de otra está puesto sobre lugares diferentes: en Mentor Coaching, sobre las habilidades específicas profesionales, y en Supervisión, sobre el quién del coach y las reacciones personales que tiene frente al contenido que trae el cliente a las sesiones.

      Cómo elegir un supervisor de Coaching

      La elección del supervisor no es un asunto que pueda tomarse a la ligera. Dado lo personal del proceso, el coach debe prepararse para entrevistar a su posible supervisor, y para entrevistar a más de uno, si es posible.

      Estas son algunas preguntas que pueden ser valiosas al momento de elegir un supervisor de Coaching de acuerdo con los lineamientos del EMCC:

      • ¿Qué entrenamiento y qué experiencia tiene como supervisor y como coach?

      • ¿Qué experiencia tiene como supervisado?

      • ¿Está actualmente bajo Supervisión?

      • ¿Cuál es su filosofía de Supervisión?

      • ¿Qué modelos y qué teorías utiliza para supervisar?

      • ¿Cómo demuestra su compromiso con el desarrollo continuo de sí mismo y de sus supervisados?

      • ¿Respeta el código de ética de alguna asociación profesional?

      Durante mi experiencia como líder de la ICF, que duró seis años y me llevó a conocer coaches de más de cuarenta países, encontré que muchos colegas tienen dificultades para vender sus servicios, y que una parte de esos problemas está vinculada a no poder definir con claridad qué es el Coaching y cómo funciona. Espero que este capítulo signifique un aporte para que los supervisores de Coaching logren salvar ese obstáculo con éxito al lograr explicar lo que es el proceso de Supervisión a futuros supervisados.

      Proceso de Supervisión de Coaching

      El supervisor de Coaching, para ser efectivo y ofrecer servicios profesionales de calidad, debe seguir ciertos lineamientos que permitan asegurar que la experiencia de aprendizaje sea positiva para el coach. De acuerdo con el EMCC, el coach debería recibir una sesión de Supervisión cada 35 horas de trabajo con clientes o por lo menos cuatro veces por año.

      A continuación, desarrollaré brevemente los tres elementos clave del proceso de Supervisión de Coaching: el acuerdo, la evaluación y el cierre.

      El acuerdo

      El proceso de Supervisión requiere un acuerdo de trabajo claro, que permita definir las expectativas, las responsabilidades mutuas, cómo se evaluará el éxito del proceso y cómo se llevará a cabo su cierre. Cuanto más claro sea el acuerdo, menor posibilidad habrá de malentendidos y mayor posibilidad de crear confianza en el supervisor y en el proceso. Sugiero utilizar un acuerdo escrito para estipular pautas, en especial en lo relativo a la confidencialidad, cómo se manejará el pago en caso de ausencias o inasistencias, cómo serán


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