De pixeles a paisajes. Armando Trujillo Herrada
Beekman (2008a: 171) distingue, en los sitios de Llano Grande Y El Cerro De Las Navajas, la existencia de estos linajes o grupos corporativos,1 y lo demuestra con las diferencias en la construcción de plataformas, ubicadas en torno a los Guachimontones. Señala que existen equipos de construcción independientes con distintos niveles de destrezas, atribuyendo estas diferencias a que los linajes fueron las unidades básicas de construcción en la organización sociopolítica de la tradición Teuchitlán.
En cambio para Smith (2013: 35), la tradición Teuchitlán se puede explicar bajo un esquema de modelo de organización celular (Lockhart, 1999). Smith ofrece una interpretación del patrón de asentamiento utilizando la analogía etnohistórica como fuente para determinar el tipo de organización social y la manera en que los dirigentes ejercían el control de los pobladores.En el análisis del patrón de asentamiento propone una jerarquización de cinco niveles, cada uno con distintas funciones; este aparato administrativo permitía al sitio de guachimontones ejercer un poder hegemónico en la tradición Teuchitlán mediante la ideología.
Recientemente, los trabajos de Heredia Espinoza (2010, 2015) están proporcionando nuevos datos sobre la tradición y su forma de organización. Su investigación enfocada al norte del volcán de Tequila —zona poco explorada— aporta un registro de sitios arqueológicos que asciende a 151 en un área prospectada de 114 km2. Sus datos registrados apuntan a un patrón de asentamiento discontinuo, es decir, un patrón convexo (baja integración);2 estos resultados preliminares no definen el tipo de organización social de la tradición, pero ponen sobre la mesa las evidencias encontradas y los contrastan con los datos que se tienen de la parte sur del volcán de Tequila.
Para Heredia Espinoza (2015, 2017), los resultados obtenidos en su zona de estudio indican un paisaje mucho más descentralizado. Sin embargo, considera al sitio de Los Guachimontones como una capital ritual, aunque respecto a lo económico y político no existan bases seguras y los datos indiquen que, por lo menos, en el norte no existía tal integración.
Las diferentes interpretaciones nos permiten crear lazos en cuanto a las características de la tradición, destaquemos que estas interpretaciones han sido realizadas durante distintos periodos, por lo que el cúmulo de información arqueológica varía para cada una. En años recientes, el Valle de Tequila ha sido un foco de atención en cuanto a investigaciones arqueológicas, por lo que la secretaría de Cultura Del Estado de Jalisco junto con el aval del Instituto Nacional de Antropología e Historia (inah), han apoyado para la realización de más investigaciones arqueológicas. Actualmente, se desarrollan varios proyectos de investigación que contemplan la excavación, la prospección, el análisis cerámico, el análisis de obsidiana, entre otros. Estos pronto darán luz a nuevos datos e interpretaciones sobre la tradición en cuestión.
Para contribuir a la reflexión de la organización político-social, nos aproximaremos siguiendo estos enfoques:
Conocer la configuración espacial de la tradición Teuchitlán a escala regional, considerando el Valle de Tequila como área de investigación en el estudio del ordenamiento territorial y su relación con los bienes estratégicos.
Comprender la jerarquización del patrón de asentamiento diferenciando espacios favorables en relación con el acceso a recursos estratégicos y la ubicación privilegiada para realizar actividades de subsistencia agrícola, lacustre, de caza o recolección.
Examinar el patrón de asentamiento distinguiendo sus elementos característicos para analizarlos mediante modelos geográficos y modelos de formación social, que permitan la clasificación de sitios, niveles de interacción entre sitios y su función en el paisaje.
Conocer la tendencia de los sitios arqueológicos a determinadas actividades, lo cual nos permitirá buscar evidencias que nos hablen de una economía especializada.
sig en arqueología
La arqueología es una disciplina envuelta en relaciones multidisciplinarias que, constantemente, se abre espacios y se nutre con innovaciones de otros campos de la ciencia; sus relaciones y aperturas con distintas disciplinas han hecho de ella un albergue propicio para nuevas propuestas teórico-metodológicas favorables para entender las sociedades pretéritas a partir de las evidencias materiales.
Una de estas innovaciones, incorporada de manera paulatina por los arqueólogos en su quehacer científico, es la aplicación de los Sistemas De Información Geográfica (sig), plataformas digitales enfocadas, inicialmente, en la geografía y, después, en otras disciplinas, en las que el componente espacial y territorial es significativo (Howey y Brouwer-Berg , 2017).
En la actualidad, se usan para almacenar información con el propósito de utilizarla en análisis espaciales que permitan ver patrones culturales en sus áreas de estudio. La habilidad de los sig para combinar un amplio número de capas de información medioambiental y cultural ha permitido ampliar el panorama de la interpretación de los paisajes arqueológicos y, con ello, el conocimiento de la estructura social de culturas pretéritas.
Existe un creciente interés en círculos académicos por la aplicación de los sig en arqueología, debido a su potencial (Brughmans et al., 2017, 2018; Chapman et al., 2003; Conolly, J. y Lake, M., 2006; Gillings, 2012, 2015, 2017; Huggett, 2013; Johnson, J., 2006; Kohut, 2018; Landeschi, 2018; Llobera, 2003, 2012; Parcak, 2009; Wescott y Brandon, 2000; Wheatley, 2014; Wheatley y Gillings, 2002); la razón es que “es un poderoso conjunto de herramientas para la recolección, almacenamiento, recuperación, transformación y demostración de datos espaciales del mundo real, estos propuestos a objetivos particulares” (Burrough y McDonnell, 1998: 11).3
Aplicación de los sig en este estudio
Los sig son una herramienta que los arqueólogos acogieron rápidamente por sus beneficios: su capacidad de manejar grandes volúmenes de datos espaciales y su desarrollo en el análisis espacial, lo cual ha permitido a los investigadores plantearse problemáticas complejas, antes impensables.
En este sentido, esta investigación utiliza varias aplicaciones de sig para realizar determinados análisis que ayuden a comprender el espacio de la tradición Teuchitlán. el uso de estas aplicaciones es recurrente en la arqueología (Chrysanthi et al., 2012; Conolly, J. y Lake, M., 2006; Cooper y Green, 2015; Ćučković, 2015, 2016a, 2016b; Fovet y Zaksek, 2014; Newhard et al., 2008; Llobera y Sluckin, 2007; Llobera, 2011; Van Lanen et al., 2015; Verhagen et al., 2016). En este caso se retoman metodológicamente los análisis realizados por Grau Mira (2002, 2017) para el caso del territorio en el área central de la contestania Ibérica y se combina con la propuesta teórica de arqueología del paisaje (Criado, 1999; Parcero, 2002). Esta conjunción de enfoque teórico y metodología permiten abordar los objetivos planteados en esta investigación.
Las formas del espacio
Creación de cartografía digital especializada para realizar análisis básicos y presentación adecuada de los resúmenes obtenidos
Los sig son una herramienta potente que permite almacenar, gestionar, analizar y visualizar información georreferenciada. Esta información es indispensable para el tratamiento de datos. En este apartado se hacen labores de búsqueda, recolección, procesamiento y almacenamiento de información de tipo medioambiental y arqueológica. El objetivo es mostrar un panorama de los aspectos fisiográficos de la zona de estudio, recabando no solamente datos medioambientales actuales, sino, en lo posible, datos paleoambientales. En este mismo apartado se describen los sitios arqueológicos utilizados en la investigación.
La deconstrucción del espacio
Realización de análisis de explotación económica
En este apartado se realiza el análisis formal y deconstructivo del espacio arqueológico, por lo que se