Evaluación y manejo pediátrico. Jorge Luis Garcia
calcomanías u obsequios sencillos pero llamativos para los niños.
• Medicamentos esenciales para atender una urgencia (analgésicos antipiréticos, sales de rehidratación oral). Hoy en día los estándares de habilitación de consultorios impiden tener almacenados fármacos, a menos que se esté habilitado para tal fin.
• Si se manejan vacunas en la consulta, se debe tener una adecuada red de frío.
• Folletos explicativos referentes al área o especialidad y sobre puericultura en general.
• Música y cuentos infantiles.
• Computador.
• Agua para ofrecer a los pacientes.
• Artículos de aseo y desinfectantes de superficie o de los implementos usados para la atención de pacientes (alcohol al 70 %, hipoclorito o amonio cuaternario).
Cortesía dentro del consultorio
• Cuando el niño y sus acudientes ingresen al consultorio, se sugiere saludarlos de pie y al lado de la puerta. Al finalizar la consulta hay que despedirse de la misma manera.
• Es importante cuidar la presentación personal.
• Se debe ser puntual en las citas. Se recomienda excusarse cuando se presente un retraso en la atención. Es importante explicar a los padres que las demoras usualmente se deben a que algunos niños requieren más tiempo que otros para una adecuada atención. Se debe dedicar el tiempo necesario para cada consulta. Una cita de primera vez requiere mayor tiempo de dedicación.
• Es necesario crear un ambiente de confianza durante la consulta, pero también hay que establecer límites y ser estricto con las indicaciones.
• Mientras se examine al niño en la camilla, se debe procurar que los padres se ubiquen al otro lado de la camilla o en la cabecera de esta. Así se facilita la maniobrabilidad durante el examen, puesto que el médico pediatra podrá valerse de la ayuda de los padres para sujetar al niño y hacer comentarios sobre su estado de salud.
• Siempre se debe explicar a los padres y al niño lo que se está haciendo durante el examen físico. Además, hay que comentarles en términos sencillos el diagnóstico probable que se le haga al niño.
• Nunca se debe examinar a un niño sin la presencia de sus padres, a menos que se trate de un adolescente y este lo prefiera así. Sin embargo, en este último caso, y si es necesario hacer inspección genital, este procedimiento debe hacerse en compañía de un acudiente que le inspire confianza al examinado, o realizar el examen en presencia de una enfermera o auxiliar del consultorio.
• Se deben tener en cuenta los nombres de los padres y de los niños atendidos, así como sus ocupaciones, preguntando de manera amable por ellas.
• Evite tener objetos que puedan ser averiados por el niño. De lo contrario, hay que conservarlos fuera de su alcance.
Ítems básicos para una consulta pediátrica completa
Hoy en día existen historias clínicas sistematizadas muy completas, e incluso hay estrategias muy pertinentes que ofrecen recomendaciones para obtener una excelente historia clínica, como la estrategia de Atención Integrada de Enfermedades Prevalentes de la Infancia (AIEPI). Se hacen las siguientes recomendaciones generales al pediatra:
• Pregunte primero por el motivo de consulta o la preocupación principal con respecto al niño. Para iniciar permita que el acudiente o el niño le relate su queja; posteriormente dirija el interrogatorio para evitar historias confusas (esto es especialmente útil cuando hay informantes con “fugas de ideas”).
• Insista en los aspectos de nutrición general y haga las respectivas mediciones.
• Evalúe el desarrollo sicomotor.
• Valore el entorno sicosocial, haciendo un cuadro familiar y explorando la situación socioeconómica.
• Revise el programa de inmunizaciones; confróntelo con el carné de vacunación y recomiende vacunas adicionales que no se incluyen en el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI).
• Busque patologías específicas e indague sobre antecedentes importantes.
• Haga un examen clínico detallado, insistiendo en las áreas problema.
• Solicite racionalmente los exámenes paraclínicos pertinentes, pero nunca limite su criterio médico para satisfacer ahorros de las compañías que administran la salud. Sin embargo, analice los exámenes que ya trae el paciente, antes de ordenar los nuevos, pues podría repetir su solicitud innecesariamente.
• Eduque sobre la prevención de accidentes e intente modificar conductas tradicionales que sean peligrosas.
• Haga las recomendaciones pertinentes sobre cada uno de los anteriores ítems.
Estrategias generales durante el interrogatorio y el examen físico
• Emplee una bata con motivos infantiles. Si no tiene una, es preferible no usar bata; de esta manera puede disminuir los temores en el niño.
• Lávese las manos antes y después de atender a cada paciente, o utilice alcohol glicerinado para evitar infecciones cruzadas.
• Inicie el examen físico en un lugar del cuerpo donde no haya dolor.
• Deje para el final el examen otorrinolaringológico y de las zonas que generan pudor.
• Evite al máximo el uso de bajalenguas, o use aquellos que tienen sabores agradables.
• Si el paciente es un niño irritable, examínelo en brazos de su madre o acompañante.
• En algunos casos, es importante que le ofrezca al niño un juguete o un dulce para lograr su colaboración.
• Trate de que los niños inquietos estén ocupados o bajo la supervisión de sus padres. En algunos casos, usted debe controlarlos con autoridad, pues le harán más caso a usted que al acudiente.
• Explíquele al niño cómo y para qué lo va a examinar.
• En casos difíciles, por falta de colaboración del niño para el examen, haga un examen en espejo consigo mismo o con el acudiente.
• Si los niños tienen buena disposición, hábleles de sus juguetes, mascotas, artistas, o programas favoritos. Esto permite estar actualizado sobre el mundo infantil, e incluso reconocer que los adultos siguen siendo niños. Los pacientes se sentirán muy a gusto con su médico, pue este se interesa por sus actividades y aficiones.
• Adapte las diferentes técnicas del interrogatorio y del examen físico a las condiciones biosicosociales y a la etapa del desarrollo en que se encuentre su paciente.
• En la época de pandemia por SARS-CoV-2/covid-19, han surgido nuevos retos para el contacto directo del médico con el paciente y su familia, puesto que ha sido necesario incluir barreras que disminuyen esa interrelación tan necesaria: mantener distanciamiento físico, usar tapabocas, caretas, evitar saludos cercanos. Sin embargo, estas limitaciones impuestas por la pandemia no deben ser motivo de perder la calidez y el profesionalismo que debe conservarse en las consultas presenciales —se recomienda que las consultas de primera vez y los “casos especiales”, a criterio del médico y la familia, o por solicitud de los padres, se hagan de manera presencial—; esto sin olvidar que la virtualidad también ha ganado un espacio relevante como modalidad de atención, como se explicará más adelante.
Estrategias particulares durante el examen físico
• Para evaluar la garganta del niño, enséñele a “rugir como un león”, y evite al máximo el uso de bajalenguas.
• Evalúe la frecuencia respiratoria del niño cuando este se encuentre alzado en brazos de su madre, o examínelo en la camilla tan solo observándolo y no palpándolo.
• Para evaluar si el niño tiene problemas pulmonares, puede ser útil que este llore o que hable.
•