Profecías dramáticas de Elena de White. Herbert Edgar Douglass

Profecías dramáticas de Elena de White - Herbert Edgar Douglass


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      Kenneth H. Wood

      Director del Centro White

      Silver Spring, Maryland

       UNA PREDICCIÓN MUY SORPRENDENTE: LA GUERRA CIVIL ESTADOUNIDENSE

      Las visiones de Elena de White sobre la Guerra Civil Estadounidense constituyeron, tal vez, las más chocantes de sus muchas predicciones. Estas visiones ciertamente fueron las más dramáticas e impresionantes vislumbres del futuro que Dios le diera, dadas las horribles calamidades que tan rápidamente validaron sus predicciones, hechas muchos meses antes de que alguien más pudiera predecir lo que ella vio en visión.

      Su primera visión de la Guerra Civil, que duró 20 minutos, ocurrió durante un culto vespertino en la iglesia de Parkville, Michigan, a unos 50 kilómetros al sur de Battle Creek, el 12 de enero de 1861. Elena tenía 33 años de edad. El verano anterior, J. N. Loughborough y J. N. Andrews habían realizado una reunión de evangelización en Parkville y habían construido una iglesia.

      Esa mañana, después del sermón de J. H. Waggoner, Elena dio lo que fue considerado como una “muy poderosa exhortación”. Al regresar a su asiento, tuvo una visión que duró al menos veinte minutos. Cuando volvió a respirar, habló brevemente acerca de los terrores de la guerra que sobrevendría. En esa época eran muy pocos los que anticipaban un conflicto largo o sangriento en los Estados Unidos. Parte de lo que relató cuando salió de la visión estaba directamente relacionado con varios individuos y familias de la audiencia.

       Primera visión tres meses antes de que comenzara la guerra

      Recuerden, esta visión fue dada el 12 de enero de 1861, tres meses antes de que se iniciara la guerra el 12 de abril de 1861. A mediados de febrero, Thomas Cobb, de Georgia, mientras preparaba la Constitución Confederada, expresó:

      Abraham Lincoln, dos días antes de su discurso inaugural del 4 de marzo de 1861, declaró en Filadelfia:

      “He sentido que es justificado concluir que la crisis, el pánico y la ansiedad del país en estos momentos es artificial”.

      Alexander H. Stephens, vicepresidente de la Confederación, dijo a la audiencia en Savannah, Georgia, el 21 de marzo de 1861 que la revolución sureña, por lo tanto, había sido lograda por completo, “sin derramar ni una gota de sangre” y que el temor de una colisión mortal con la Unión estaba “casi descartado”.

      Regresemos ahora a la descripción de Elena sobre su visión:

      Luego, observando a la congregación, Elena de White agregó:

      “En esta casa hay algunos que perderán a sus hijos en esa guerra”.

      Hay un aspecto interesante en esta visión: ese día, en la congregación, se encontraba un médico, quien también era médium espiritista. Había oído de la Sra. de White y de sus visiones, y se jactaba de que si alguna vez estaba presente cuando ella fuera tomada en visión él podría sacarla de ella en un minuto. Ese día, mientras ella estaba en visión, Jaime White explicó su condición y dio la oportunidad, a quienes desearan examinarla, para que lo hicieran.

      Se oyó que alguien, cerca del fondo de la sala, decía:

      –Doctor, vaya y haga lo que dijo que haría.

      Jaime White, sin saber de lo que el médico se jactaba, lo invitó a pasar al frente y examinar a la Sra. de White.

      El doctor se adelantó osadamente, y luego se detuvo repentinamente. Jaime White bajó, se dirigió hacia el hombre, colocó su mano sobre su hombro, instándolo a acercarse a Elena. El médico revisó cuidadosamente su pulso, sus latidos y lo que debería haber sido su respiración. En tono sorprendido declaró:

      –Pastor, su corazón y su pulso están bien, pero no hay aliento en su cuerpo.

      Alejándose más bien rápidamente, caminó en línea recta hacia la puerta. Quienes estaban cerca de la entrada le bloquearon la salida y dijeron:

      –Regrese y sáquela de su visión, como dijo que haría.

      Jaime White, comprendiendo todo, llamó al médico para que informara a toda la audiencia el resultado de su examen. Los que estaban cerca del médico preguntaron:

      –Doctor, ¿de qué se trata?

      El juez Osborne, magistrado local, también se encontraba en la reunión. Su esposa guardaba el sábado. El juez dijo a Loughborough:

      –Nos resultó claro que el espíritu que controló al doctor como un médium y el Espíritu que controló a la Sra. de White no se tenían simpatía.

      Al lado del juez estaba sentado el Sr. Shelhouse, dueño de una gran hilandería de lana. Su padre era pastor de la iglesia adventista en Colon, a unos diez kilómetros de allí. Ambos hombres sacudieron sus cabezas al mirar a Loughborough cuando la Sra. de White les relató lo que sobrevendría. No percibieron lo que ella quiso decir cuando mencionó que algunos “en esta casa perderán a sus hijos en esa guerra”.

       Segunda visión de la Guerra Civil

      La siguiente visión relacionada con la Guerra Civil ocurrió en Roosevelt, Nueva York, el fin de semana del 3 y 4 de agosto. Después de que Jaime White diera un breve discurso, Elena también habló brevemente, y entonces fue arrebatada en una visión que duró entre diez y quince minutos. Elena escribió sobre esta visión:

      “En la Confederación de Roosevelt, Nueva York, el 3 de agosto de 1861, fui arrebatada en visión y se me mostró el pecado de la esclavitud, que ha sido por tanto tiempo una maldición para esta nación [...]. El azote de Dios está ahora sobre el norte, porque se han sometido por tanto tiempo a los avances del poder de la esclavitud. El pecado de los hombres que están a favor de la esclavitud en el norte es tremendo. Han fortalecido al sur en su pecado, al sancionar la extensión de la esclavitud; han actuado de manera prominente para llevar a la nación hasta la actual condición angustiante.

      “Se me mostró que muchos no se dan cuenta de la extensión de la maldad que les ha sobrevenido. Se han halagado a sí mismos de que las dificultades nacionales pronto se resolverían y que la confusión y la guerra acabarían; pero todos se convencerán de que el asunto es más grave de lo que habían pensado. Muchos han mirado hacia el norte, esperando que diera el golpe y terminara la controversia [...].

      “Toda la crueldad y el abuso infligido hacia los esclavos es justamente atribuido a quienes son defensores del sistema de esclavitud, ya sean hombres del norte o del sur.

      “Se me presentó el norte y el sur. El norte


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