Boicot. Ariela Katz Gugenheim

Boicot - Ariela Katz Gugenheim


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instándole a que en conversaciones privadas con otras delegaciones explicase que la razón principal del voto negativo era que las resoluciones introducían el conflicto del Medio Oriente en un foro totalmente inapropiado.58

      La introducción del tema fue “profundamente resentida como una acción manipuladora que se entrometió en una conferencia organizada con el único fin de considerar la situación de la mujer”.59 La Declaración México, con su llamado a la eliminación del sionismo no fue una medida feminista, sino una medida adoptada por delegaciones que representaban a gobiernos, no a mujeres. Muchas otras delegaciones no estuvieron a gusto con la resolución antisionista, pero fueron cautivas de las instrucciones de sus respectivos gobiernos.

      Con el pasar del tiempo, además de los americanos, también los franceses y los ingleses verían la acusación de “sionismo-racismo” en la onu como maliciosa y absurda, así como vergonzosa para esa organización. Sin embargo, un alto diplomático de Estados Unidos que formaba parte de la delegación estadounidense en la Conferencia del Año de la Mujer reportó que en su momento, en México, los europeos “no pensaban así”.60

      En efecto, una observadora del momento notó que los delegados europeos se encontraban muy molestos. Habían viajado para asistir a una conferencia sobre la mujer y el tema de sionismo les arruinó la reunión. Hubieran preferido que los israelíes se quedaran callados y dejaran pasar por alto la acusación, para no perder más tiempo en ello, sin embargo los israelíes no lo podían hacer. Con la excusa de darle carpetazo lo más pronto posible, los europeos guardaron silencio. Al disgusto porque Israel “hubiese permitido” que la condena al sionismo acaparara tanta atención, se agregó posiblemente una mezcla de paternalismo y antisemitismo latente.61

      Cuando el tema llegó a la onu, los países europeos tuvieron una postura diferente por dos motivos: por un lado, tanto las organizaciones judías como Israel habían hecho más labor de convencimiento; y, por el otro, en la onu había diplomáticos profesionales que se dieron cuenta del alcance de la acusación.62

      Aída González, coordinadora de la Conferencia, asumió que Israel dejó pasar la censura en la Conferencia en México, y supuso que lo hizo para que así la moción llegara hasta la onu: como la imputación carecía de base moral, su adopción desprestigiaría a Naciones Unidas, invalidando con ello todas sus demás resoluciones en contra de Israel.63 Sin embargo, esta teoría no se sostiene, pues los telegramas de la delegación israelí al Ministerio de Relaciones Exteriores muestran sus esfuerzos por lograr que la alusión al sionismo fuera eliminada. Describen sus encuentros con diferentes delegaciones en la Conferencia y cómo solicitaron al Ministerio que se dirigiera a las embajadas en Israel de los países que estaban apoyando la condena, para convencerlos de cambiar su postura.64

      Aun así, es cierto que en esos momentos Israel estaba siendo atacado desde muchas direcciones, y es posible que no haya apreciado suficientemente la importancia que tenían ni la inclusión de la repobración en este foro, ni el apoyo de los países africanos al asalto contra el sionismo en la Conferencia.

      Hubo tres momentos en los que México se pudo haber opuesto o abstenido a condenar al sionismo: en las reuniones preliminares, ante la comisión que redactó el texto y en la votación plenaria. De hecho, México se opuso en la primera ocasión, se abstuvo en la segunda y lo aprobó en la tercera. En efecto, México intentó evitar la inclusión de ese tema cuando Venezuela lo propuso en las reuniones preliminares. Una vez que el texto fue votado a nivel comisión, México se abstuvo de emitir su voto por instrucciones de Rabasa, porque en los párrafos 24 y 26 se incluía una llamada a la eliminación del sionismo, al cual se equiparaba con el colonialismo, el apartheid y la discriminación racial.65 Sin embargo, cuando se aceptó la moción de condena al sionismo, y se presentó a votación plenaria, México no intentó distanciarse de ella.

      Una vez incorporadas al texto, las resoluciones antisionistas figuraron en tres votaciones durante la Conferencia del Año de la Mujer en México. México votó a favor en todas ellas.

      Primero hubo una votación acerca de si dos párrafos introductorios y dos párrafos operativos en la Declaración México llamarían a la eliminación del sionismo junto con el colonialismo, neocolonialismo, etc. El voto fue de 61 a favor de mantener dentro al sionismo, 23 en contra, y 26 abstenciones. México votó a favor.

      La segunda votación fue respecto a la resolución que apelaba a que todas las mujeres proclamaran su solidaridad y apoyo a las mujeres palestinas y al pueblo palestino en su intento por poner fin a las supuestas flagrantes violaciones de derechos humanos fundamentales cometidas por Israel. El voto fue de 66 a favor, 3 en contra y 35 abstenciones. México votó a favor.66 La declaración final de la Conferencia incluía cuatro párrafos que condenaban al sionismo y exhortaban a su eliminación. Fue adoptada con 89 votos a favor, 3 en contra (Israel, Estados Unidos y Dinamarca) y 18 abstenciones. México votó a favor.

      Cuenta Rabasa que cuando se presentó ante el plenario la declaración final que condenaba al sionismo, él se opuso a que se votara afirmativamente, pero Echeverría ordenó que así se hiciera.67 Aída González confirma esta versión: la instrucción para votar a favor llegó directamente de Echeverría.68

      Esta orden presidencial se dio a pesar de un compromiso que Echeverría había adquirido al respecto. Para explicarlo, retrocedamos al momento en que la condena al sionismo fue introducida en el texto de la Declaración México.

      Cuando ya había dado inicio la Conferencia del Año de la Mujer, las organizaciones no gubernamentales judías que estaban participando fueron advertidas por el director de la división de Derechos Humanos de la onu, Marc Schreiber, de que se estaba preparando un ataque al sionismo en el seno de la Conferencia.

      Schreiber le había mostrado a Yaakov Dorón, delegado adjunto de Israel ante la onu y consejero de la delegación israelí, el último boceto de la Declaración México, y ahí no aparecía mención alguna al sionismo. Efectivamente, el borrador de la declaración que está en el Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores pugna por la “eliminación del imperialismo, del colonialismo, del neocolonialismo, de la ocupación extranjera, de la dominación extranjera, del racismo y el apartheid”, pero no menciona el sionismo.69

      Sin embargo, unas horas más tarde, Marc Schreiber les mostró que el borrador había cambiado. En medio de todos los movimientos que se debía combatir, alguien había introducido con lápiz “sionismo”.70

      La primera reacción israelí fue de incredulidad: “Si agregan ‘sionismo’ –preguntó Dorón– ¿por qué no agregan también ‘reumatismo’?”. Schreiber le instó a que se diera cuenta de la seriedad del tema. Le avisó que el secretariado aún no lo había aceptado, pero que era un peligro inminente.

      Esa noche el documento fue impreso y, al día siguiente, la condena al sionismo ya había sido incorporada al texto. Evelyn Sommer asevera que el secretario general de la Conferencia, Pedro Ojeda Paullada, podía haber rechazado la inclusión, en cuyo caso ésta no se hubiese dado, pues México, como país anfitrión, tenía la facultad de impedirlo, pero no lo hizo.71

      Para demostrarlo, Evelyn Sommer nos refiere a la Conferencia de la Mujer en Kenia, que se llevó a cabo en 1985 como conclusión oficial de la Década de la Mujer iniciada con la Conferencia en México. La declaración emanada de la conferencia para la mujer en Kenia menciona el “imperialismo, el colonialismo, el neocolonialismo, el expansionismo, el apartheid y toda otra forma de racismo y discriminación racial”, pero no el sionismo, porque Margaret Kenyatta, presidenta de la Conferencia, se opuso a que se condenara al sionismo.72

      En México, en 1975, cuando las organizaciones femeninas judías fueron puestas al tanto de la inclusión del sionismo en el documento, solicitaron una entrevista con el presidente Echeverría. Ésta se consiguió por medio de Elías Sourasky, destacado judío mexicano cuya labor filantrópica lo había acercado a las altas esferas del gobierno mexicano.73

      En esa reunión Evelyn Sommer, como presidenta de la wizo, encabezó la delegación. La acompañaron


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