Historia de los sismos en el Perú. Lizardo Seiner Lizárraga

Historia de los sismos en el Perú - Lizardo Seiner Lizárraga


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de tierra es advertido por Hernando Pizarro y su comitiva antes de que llegasen al santuario de Pachacamac, situado al sur de Lima

      7. Ocola, 1984: 30*

      … LCO 1533/ 01 00/ 00 00 00/ ?/ -12.200 -77.800/ 30.

      8. Huaco, 1986: s/p*

      … PE00015/ 115/ IGO/ 1533 01 00/ -12.200, -77.800/ M/ 30/ OM…

      … PE00020/ ?/ IGH/ 1533 02 00/ -12.300, -77.300/ M/ ?/ ?…

       Comentarios

      Este sismo es importante, pues es el primero vivido directamente por los españoles, y es valioso además porque corresponde a una fecha tan temprana como 1533, apenas un año después de haberse producido la captura del Inca en Cajamarca. En las fuentes exhibidas pueden apreciarse dos niveles de referencia. En las contemporáneas al suceso —como las crónicas de Estete o Fernández de Oviedo—, la indicación de la ocurrencia sísmica es más bien imprecisa, no especifica fecha alguna y solo alude al sismo como ocurrido la noche anterior al arribo al santuario de Pachacamac. No ocurrió, en consecuencia, en el instante en que los españoles ingresaban al santuario, como lo afirman Prescott, Middendorf y Polo. No se ofrece, por lo tanto, ni un momento ni un lugar en específico para datar y ubicar un sismo que fue sentido directamente.

      El segundo nivel de referencia se caracteriza por su apreciable grado de exactitud: las obras consultadas sobre la marcha de Hernando Pizarro al Cusco (Busto, 1967; 1978) dan cuenta de lugares y fechas que permiten establecer, como fechas posibles del sismo, tanto el viernes 31 de enero como el sábado 1 de febrero de 1533. Esta afirmación se basa en que el arribo de los españoles a Chancay —cuya antigua toponimia yunga era Suculachumbi— se produjo, indudablemente, el 31 de enero, y tampoco cabe duda de que es la localidad donde sintieron el sismo. No obstante, la afirmación de que allí fue en “donde a todos —por la noche— sacudió un fuerte temblor de tierra que espantó a los aborígenes”, podría estar indicando, o bien la noche del 31 de enero, o bien la madrugada del 1 de febrero.

      Las eruditas contribuciones de José Antonio del Busto han ayudado a aclarar el panorama, superando la simple mención que Polo o Silgado hacían del sismo, en la que indicaban solo el mes —enero, en opinión de Silgado, y febrero, en la de Polo—, sin permitirnos, de paso, conocer las razones de su elección ni los autores que consultaron. Ahora sabemos que Polo yerra cuando afirma que el sismo fue sentido en Pachacamac, en el momento del ingreso al santuario, cuando ya se ha dilucidado que los expedicionarios españoles lo experimentaron en Chancay, localidad costera como Pachacamac, pero ubicada 150 kilómetros hacia el norte. Silgado, a su vez, no arriesga en la identificación del lugar y se limita a afirmar, de manera genérica, que se sintió antes de llegar al santuario.

      Por otra parte, dada la dependencia de Ocola y Huaco a las informaciones suministradas por Polo o Silgado, consideramos que sus registros carecerían de validez, dada la inexactitud de sus fuentes. No debe soslayarse el hecho de que el catálogo de Huaco registra dos eventos distintos, supuestamente ocurridos en enero y febrero, presunción falsa, pues se trata del mismo evento. Por lo tanto, aunque resulta válido tanto afirmar que el sismo ocurrió el 31 de enero como que sucedió el 1 de febrero, optamos por la primera de las fechas, no sin enmarcarla entre signos de interrogación, como se aprecia en el cuadro de referencia.

       1541

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       Fuentes contemporáneas

      1. López de Gómara, Francisco: Historia General de las Indias y Vida de Hernán Cortés [1552]. [Zaragoza, en casa de Agustín Millán]. Prólogo y cronología de Jorge Gurria Lacroix. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1979, 373 pp.

      GÓMARA [1552], 1979: 206

      [Cap.] CXLIII: “La entrada que Gonzalo Pizarro hizo a la tierra de la canela”.

      … Llegó [Gonzalo Pizarro] al Quito, reformó algunas cosas del gobierno, proveyó su ejército de indios de carga y servicio […] y partióse en demanda de la Canela […]. Caminó hasta Quijos que es al norte de Quito y la postrera tierra que Guaynacapa señoreó. Saliéronle allí muchos indios como de guerra, mas luego desaparecieron. Estando en aquel lugar tembló la tierra terriblemente y se hundieron más de sesenta casas y se abrió la tierra por muchas partes. Hubo tantos truenos y relámpagos, y caló tanta agua y rayos, que se maravillaron. Pasó luego unas sierras, donde muchos de sus indios se quedaron helados, y aun, allende del frío, tuvieron hambre. Apresuró el paso hasta Cumaco, lugar puesto a las faldas de un volcán y bien proveído. Allí estuvo dos meses, que un solo día no dejó de llover y así se les pudrieron los vestidos. En Cumaco y su comarca, que cae bajo o cerca de la Equinoccial, hay la canela que buscaban…

      2. Zárate, Agustín de. Historia del descubrimiento y conquista del Perú con las cosas naturales que señaladamente alli se hallan y los sucesos que ha avido [1555]. [Amberes, en casa de Martín Nucio]. Edición de Jan Kermenic; prólogo de Raúl Porras Barrenechea. Lima: Librería e Imprenta Miranda, 1944, [333 pp.].

      ZÁRATE [1555], 1944: 107

      Lib. IV: “Del viaje de Gonzalo Pizarro hizo al descubrimiento de la provincia de la Canela y de la muerte del Marqués”.

      Cap. II: “De cómo Gonzalo Pizarro partió de Quito y llegó a la Canela y de lo que acaeció en el camino”.

      … Habiendo aderezado Gonzalo Pizarro las cosas necesarias para su viaje, partió de Quito, llevando consigo quinientos españoles bien aderezados, los ciento de caballo con dobladura, y mas de cuatro mil indios amigos, y tres mil cabezas de ovejas y puercos. Y después que pasó una población que se llamaba Inga, llegó a la tierra de los Quixos que es la última que conquistó Guaynacaba hacia la parte del septentrión, donde los indios le salieron de guerra, y en una noche desaparecieron todos, que nunca más ninguno pudieron haber. Y después de haber allí reposado algunos días en las poblaciones de los indios, sobrevino un tan gran terremoto con temblor y tempestad de agua y relámpagos y rayos y grandes truenos, que, abriéndose la tierra por muchas partes, se hundieron más de quinientas casas; y tanto creció un río que allí había, que no podían pasar á buscar comida, a cuya causa padecieron gran necesidad de hambre. Y después de partidos destas poblaciones, pasó unas cordilleras de sierras altas y frías, donde muchos de los indios de su compañía se quedaron helados…

      3. Zárate, Agustín de. Historia del descubrimiento y conquista del Perú [1555]. Edición, notas y estudio preliminar de Franklin Pease G.Y. Lima: PUCP, 1995, 435 pp.

      ZÁRATE [1555], 1995: 136

      Lib. IV: “Del viaje de Gonzalo Pizarro hizo al descubrimiento de la provincia de la Canela y de la muerte del Marqués”.

      Cap. III: “De cómo Gonzalo Pizarro partió de Quito y llegó a la Canela y de lo que le acaeció en el camino”.

      … Gonzalo Pizarro […] llegó a la tierra de los Quixos […] y después de aver allí reposado algunos días en las poblaciones de los indios sobrevino un tan gran terremoto con temblor y tempestad de agua y relámpagos y rayos y grandes truenos que, abriéndose la tierra por muchas partes, se hundieron mas de quinientas casas; y tanto creció un río que allí avía que no podían pasar a buscar comida, a cuya causa padecieron gran necesidad de hambre…

       Fuentes secundarias

      1. Prévost, Antoine François. Histoire general des voyages, ou Nouvelle collection de toutes les relations de voyages par mer et par terre, qui ont été publiées jusqu’a présent


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