La escritura del sueño. Olga González de Molina

La escritura del sueño - Olga González de Molina


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con los rellenos que pueden ser colocados aún en el tiempo de dicha elaboración. Es decir, que en Freud podemos leer claramente que el sueño habla. Así lo dice Lacan:

      En ese texto, que vale la pena volver a leer en detalle, vemos que Freud ubica lo que él llama pruebas de la participación del ello inconsciente en la formación onírica. Las enumeraré:

      1. La memoria onírica es de más alcance que la memoria de la vigilia, es decir que el sueño puede traer los recuerdos inhabilitados para la consciencia. 2. el sueño recurre a símbolos lingüísticos cuya significación permanece oculta al soñante. 3. la memoria onírica antes nombrada, puede reproducir cualquier experiencia propia, que podemos decir que no fueron olvidadas, sino que pasaron directamente a la represión. Y, por último, 4. “herencia arcaica”, la que pertenece a un período anterior a cualquier experiencia propia.

      En “Función y campo de la palabra” Lacan retoma el texto de la Traumdeutung, para recordarnos que para Freud todo sueño tiene estructura de frase… y señala que lo importante está en su elaboración, es decir, en su retórica. Especifica Lacan:

      Hay en este artículo una esperanza en Freud, ya que refiere que el estudio de la elaboración onírica le permitirá el estudio de los síntomas neuróticos y psicóticos.

      Es decir, síntoma, sueños, actos fallidos como formaciones del inconsciente abren la vía a la experiencia analítica cuya más cara esperanza es el abordaje de esas capas de la memoria que nos lleva a la etapa anterior a toda experiencia propia posible.

      El sueño entonces es: guardián del dormir; y también puede despertarnos cuando nos alejamos del principio del placer regulatorio del dormir. Y también es, palabra, relato, (aunque es esencialmente imagen), ya que si bien la elaboración onírica es estructurante (da los mecanismos necesarios para que suceda el sueño) también se la encuentra en esos rellenos, en esos intersticios, es decir, en esas fallas mnémicas donde está su decir, en esas sutiles hiancias en el saber.

      Una sutileza analítica

      Decíamos que tanto el sueño como el lapsus y el síntoma son esas vías por donde encontramos el resorte propio del inconsciente. En tanto Freud nos ha enseñado que los mismos participan de la estructura del lenguaje y que Lacan ha dejado escrito en su primera enseñanza, aquella llamada “el retorno a Freud”, con la definición propia de ese primer tiempo: el inconsciente estructurado como un lenguaje, ya que participa de sus leyes (metáfora y metonimia).

      Es decir, que toda elaboración revela en tanto participa de esa estructura de lenguaje, que lleva a un desciframiento, en tanto su mensaje cifrado.

      Este lapsus calami es en definitiva como todo lapsus un error en la escritura. Si bien el sueño siempre tiene un contenido latente a descifrar, esto ya será del orden de lectura posible de aquello que aun con imágenes, como en el sueño, no deja de ser texto y solo lo es en tanto y en cuanto es leído.

      Esa chispa creadora de la metáfora no surge, ya en este tiempo, de poner dos imágenes (o sea dos significantes) en presencia, sino que…

      Para Lacan, con la gran obra de Freud de comienzos de siglo, la Traumdeutung, o como él la traduce, la significación del sueño, pone a la


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