La escritura del sueño. Olga González de Molina
con los rellenos que pueden ser colocados aún en el tiempo de dicha elaboración. Es decir, que en Freud podemos leer claramente que el sueño habla. Así lo dice Lacan:
Este no culmina únicamente en la fórmula de que el sueño dice algo, porque lo único que le interesa a Freud es la elaboración a través de la cual lo dice: lo dice del mismo modo en que se habla. Esto nunca se había visto. Se había podido percibir que el sueño tenía un sentido, que podía leerse algo en él, pero jamás que el sueño habla. (6)
Teniendo esa elaboración onírica una función primordial: eliminar la exigencia por una realización de deseo. Si esa exigencia inconsciente se torna excesiva para el yo, el sueño deja de ser el guardián del reposo, es decir, nos despierta (sueño de angustia). Por lo tanto para Freud el sueño es “una tentativa de eliminar la perturbación del reposo mediante la realización del deseo”. (7) Está claro aquí que la realización de deseo corresponde al principio de placer, una resolución, podríamos decir una transacción entre el yo (para continuar durmiendo) y esa exigencia inconsciente. Es decir que para Freud el sueño nos protege contra una exigencia, irruptiva, que proviene del ello inconsciente, porque de lo que se trata es del deseo de dormir.
En ese texto, que vale la pena volver a leer en detalle, vemos que Freud ubica lo que él llama pruebas de la participación del ello inconsciente en la formación onírica. Las enumeraré:
1. La memoria onírica es de más alcance que la memoria de la vigilia, es decir que el sueño puede traer los recuerdos inhabilitados para la consciencia. 2. el sueño recurre a símbolos lingüísticos cuya significación permanece oculta al soñante. 3. la memoria onírica antes nombrada, puede reproducir cualquier experiencia propia, que podemos decir que no fueron olvidadas, sino que pasaron directamente a la represión. Y, por último, 4. “herencia arcaica”, la que pertenece a un período anterior a cualquier experiencia propia.
En “Función y campo de la palabra” Lacan retoma el texto de la Traumdeutung, para recordarnos que para Freud todo sueño tiene estructura de frase… y señala que lo importante está en su elaboración, es decir, en su retórica. Especifica Lacan:
Elipsis y pleonasmo, hipérbaton o silepsis, regresión, repetición, aposición, tales son los desplazamientos sintácticos, metáfora [...] metonimia […] en las que Freud nos enseña a leer las intenciones ostentatorias o demostrativas, disimuladoras o persuasivas, retorcedoras o seductoras, con que el sujeto modula su discurso onírico. (8)
Continúa Lacan con esta frase conclusiva: “Sin duda ha establecido como regla que hay que buscar siempre en él la expresión de un deseo”. (9)
Hay en este artículo una esperanza en Freud, ya que refiere que el estudio de la elaboración onírica le permitirá el estudio de los síntomas neuróticos y psicóticos.
Es decir, síntoma, sueños, actos fallidos como formaciones del inconsciente abren la vía a la experiencia analítica cuya más cara esperanza es el abordaje de esas capas de la memoria que nos lleva a la etapa anterior a toda experiencia propia posible.
El sueño entonces es: guardián del dormir; y también puede despertarnos cuando nos alejamos del principio del placer regulatorio del dormir. Y también es, palabra, relato, (aunque es esencialmente imagen), ya que si bien la elaboración onírica es estructurante (da los mecanismos necesarios para que suceda el sueño) también se la encuentra en esos rellenos, en esos intersticios, es decir, en esas fallas mnémicas donde está su decir, en esas sutiles hiancias en el saber.
Una sutileza analítica
“La sutileza de un acto fallido” (10) es el texto que Freud escribe en 1938, allí nos advierte que de los procesos psíquicos más insignificantes y simples se puede descubrir la complejidad que subyacen al mismo.
En este artículo, Freud, en una especie de autoanálisis decide abrirse al juego de la asociación libre, cuando advierte que en una nota escrita por él, que debería ser enviada a un joyero, con indicaciones para hacer una anillo con una gema adjuntada…en esa frase figura dos veces la palabra für (para) en lo que él llama una torpeza estilística. La frase escrita es: “Vale para el joyero L., por un anillo de oro a confeccionar… para la piedra adjunta”. Entre “confeccionar” y “para” había una palabra que Freud se vio obligado a tachar. Al querer corregirla intenta agregar un bis que en alemán se traduce por “hasta”. Tampoco encuentra con esto superar esta torpeza. Se pregunta entonces porqué eligió la palabra bis, y recurre entonces a la palabra latina bis (por segunda vez) para explicarse tal acto fallido. Pero no satisfecho con esta explicación, va un poco más allá y le cuenta a su hija que muy libremente le responde que un anillo muy similar ya fue regalado a la misma persona. Concluyendo: “Probablemente sea esa la repetición que quieras evitar. A nadie le gusta hacer siempre el mismo regalo”. (11) Pero se pregunta por qué debería disfrazar esa objeción y se responde: a. no quiero regalar esa gema, a él le gusta en demasía; b. que todo regalo tendría la condición de que nos de pena dar. No sabemos mucho más que lo que acá nos da como pista Freud, pero también podemos aventurarnos y pensar este ejercicio freudiano como una puesta en acto de ese deseo de ir más allá, propio de todo trabajo analítico.
Decíamos que tanto el sueño como el lapsus y el síntoma son esas vías por donde encontramos el resorte propio del inconsciente. En tanto Freud nos ha enseñado que los mismos participan de la estructura del lenguaje y que Lacan ha dejado escrito en su primera enseñanza, aquella llamada “el retorno a Freud”, con la definición propia de ese primer tiempo: el inconsciente estructurado como un lenguaje, ya que participa de sus leyes (metáfora y metonimia).
Es decir, que toda elaboración revela en tanto participa de esa estructura de lenguaje, que lleva a un desciframiento, en tanto su mensaje cifrado.
Este lapsus calami es en definitiva como todo lapsus un error en la escritura. Si bien el sueño siempre tiene un contenido latente a descifrar, esto ya será del orden de lectura posible de aquello que aun con imágenes, como en el sueño, no deja de ser texto y solo lo es en tanto y en cuanto es leído.
Freud llega a un límite en su elaboración, y quizás podamos decir junto a Miller, que llega al punto límite dónde ya no hay más significantes para responder al “problema sexual”. (12)
El límite para Freud en el sueño –como en el lapsus– es el ombligo, o sea la represión primordial. Ese ombligo que Lacan intenta nombrar con muchos nombres hasta que llega al “No hay relación sexual”. Es el tiempo de la obra lacaniana en el que el inconsciente queda decididamente del lado de la pulsión, es decir del goce. Hay ruptura del par inconsciente-pulsión: “El inconsciente de que se trata, entonces, no es de pura lógica sino de puro goce”. (13)
La instancia de la letra… el amor es un guijarro que se ríe en el sol (14)
¿Hay un sentido en la letra? Lacan en el ´57 ya nos advierte que la letra es “…ese soporte material que el discurso concreto toma del lenguaje”. (15) El lenguaje y su estructura preceden al sujeto, y es esta estructura la que por medio del análisis, abordamos en el inconsciente.
La letra es definida en este texto como “la estructura esencialmente localizada del significante”, (16) significante que no conlleva a ningún sentido, sino que en la correlación con otro significante es por donde se abre el campo de la significación… produciendo ese chispazo poético. Ya que en definitiva, ¿qué sentido tiene definir al amor como un guijarro? Sin embargo, hay un efecto de sentido en ese sin sentido que tiene que ver con el brillo narcisista del amor.
Esa chispa creadora de la metáfora no surge, ya en este tiempo, de poner dos imágenes (o sea dos significantes) en presencia, sino que…
Brota entre dos significantes de los cuales uno se ha sustituido al otro tomando su lugar en la cadena significante, mientras el significante oculto sigue presente por su conexión (metonímica) con el resto de la cadena. (17)
Para Lacan, con la gran obra de Freud de comienzos de siglo, la Traumdeutung, o como él la traduce, la significación del sueño, pone a la