Economía social y solidaria en la educación superior: un espacio para la innovación (Tomo 1). Barbara Altschuler
con el entorno y contextos a los que llega.
La publicación de artículos académicos en los que predomina la lengua franca se cierne como una amenaza constante a la socialización y diálogo continuo entre el personal académico y el alcance e impacto que pueda tener en otros ámbitos de estudio y trabajo (Meredith, 2019).
Competencia reflexiva y acción política
Enfatizamos en este apartado que nuestra competencia reflexiva llevaba de forma intrínseca una acción política siguiendo a Arendt (1958). Para ello debíamos ejercer en toda regla el poder que nos es concedido como personal académico, dentro de la libertad de cátedra. Esto significaba superar las fronteras referidas por Hayward (2010), que impedían el reconocimiento, legitimidad y visibilización de los estudios y prácticas de otros modelos económicos dentro del estamento académico. Esto último tiene la finalidad de no solo ampliar la oferta formativa de la universidad, sino resarcir una falta grave en detrimento de la formación integral de nuestro estudiantado: esto es, el privarlo de conocer una ecología de principios, conocimientos y saberes que dan cuenta de una diversidad y complejidad de la vida mucho más allá de la que ofrecían las universidades. Es necesario trabajar una propuesta curricular transversal sobre estudios que reflejen diferentes sistemas y modelos de pensamiento, conocimientos y comportamientos económicos presentes y activos en las tres diferentes zonas geográficas del proyecto: África, Europa y Latinoamérica. Estos estudios comportaban unos valores, principios y lógica diametralmente opuesta a un solo sistema y modelo de pensamiento y comportamiento económico perpetuado por muchas universidades. Ya no solo considerábamos la alienación del estudiantado a esta realidad, sino igualmente del resto de la comunidad universitaria.
Antecedentes del proyecto
Conocedoras de los programas cofinanciados por la Unión Europea, presentamos al Vicerector de Investigación de la Universidad York St John University una propuesta de proyecto para optar a la convocatoria de Erasmus Mundus - Acción 3 con la finalidad de formar una alianza estratégica entre académicos de Portugal, España, Perú, Bolivia y Reino Unido. Esto permitiría compartir, comprender y aprovechar las “múltiples y globales fuentes de conocimiento” (Leask y de Wit, 2016) para comprender la teoría y práctica de la economía social y solidaria en esas regiones geográficas. La conformación de socios decidida para la alianza representaba nuestro objetivo, el cual era reconocer una ecología de conocimientos (Santos, 2014) y experiencias que se habrían de interpretar lejos de una visión eurocentrista. El proyecto se denominó “Consolidación de los estudios y práctica de la economía social y solidaria en la educación superior” y fue uno de los seis proyectos aprobados internacionalmente.
Los evaluadores externos señalaron como una de sus fortalezas su enfoque no eurocéntrico. El proyecto se ejecutó durante 2012-2015. El equipo multidisciplinario provenía de campos como antropología, economía, historia, estudios empresariales, sociología y docencia y, como tal, tuvimos la oportunidad de trabajar de manera conjunta, una perspectiva y estrategia de síntesis cognitiva y experiencial integradora para cada área de estudio de los capítulos desarrollados dentro del manual, como esfuerzo de un trabajo transdisciplinar.
El proyecto Erasmus Mundus proporcionó a todos los socios una plataforma internacional donde poder compartir los cuestionamientos e inquietudes que teníamos sobre nuestra coresponsabilidad como académicos y actuar en consecuencia ante la situación de crisis económica y de valores que estaba impactando de forma negativa nuestras sociedades.
Objetivos del proyecto
El proyecto tenía como objetivo obtener un conocimiento profundo de la naturaleza, los orígenes y la práctica de un enfoque económico centrado en las personas, con su propio marco de valores, pensamiento y modelo conductual.
Uno de los principales resultados decididos entre los asociados fue un manual que se utilizaría para informar, mejorar e innovar el diseño curricular sobre el tema de la economía social y solidaria.
El diálogo para fijar los objetivos específicos se realizó de forma consensuada. Entre ellos podemos citar: mejorar el entendimiento intercultural y el diálogo entre académicos y organizaciones de la economía social y solidaria, haciendo visibles epistemologías y prácticas diversas provenientes de diferentes regiones geográficas, basadas en prácticas económicas existentes.
Un elemento aglutinador entre los socios de la alianza era la libertad y capacidad para cuestionar nuestro propio quehacer académico y cómo se reflejaba en él el compromiso de hacer visible lo que por muchos años y por muchas razones, se había invisibilizado dentro del campo académico. Como evidencia de esto podemos comentar que de los 120 cursos que ofrecía Erasmus para los intercambios de alumnado y académicos en diferentes universidades europeas, no se ofertaban cursos sobre economía social y solidaria.
Aproximaciones teóricas y metodológicas del proyecto
La metodología tuvo un doble propósito dentro del proyecto, ésta se convertiría tanto en el medio como en el mensaje en sí. Debía ser coherente con el ethos y objetivos que sustentaban el proyecto donde se sumaban diferentes visiones por parte de las personas que integraban la alianza con sus respectivas realidades e imaginarios. El estudio como tal se circunscribía a una interacción directa con las personas que conformaban el campo de estudio, y como tal no era un trabajo sobre ellos, sino con y desde las personas que trabajan dentro del sector de la economía social y solidaria en diferentes áreas geográficas.
Por lo antes expuesto, el enfoque metodológico del estudio fue el fenomenológico. Una aproximación que nos permitiría respetar la realidad que se configura en la mente, tal y como es vivenciada y experimentada por las personas que conformaban el mundo de las organizaciones dentro de la economía social y solidaria. El enfoque debía permitir que el conocimiento, así como la experiencia personal y laboral pudieran ser analizados y sistematizados por las mismas personas en las tres regiones geográficas que el proyecto cubría.
Un proceso por resaltar para la interacción a lo largo del proyecto fue el dialógico. Bakhtin (1981) conceptualiza dialogismo como un proceso de compromiso con el “otro” que crea una mutua receptividad y se crean nuevos conocimientos y entendimientos. El autor argumenta que con este enfoque “dialógico, a pesar de la diferencia de las personas, se encuentran nuevos entendimientos cuando las personas responden de forma atenta el uno hacia el otro. Con el enfoque dialógico se buscó comprender la riqueza, complejidad y esencia de los enfoques e iniciativas económicas occidentales y no occidentales.
Esto significó aprender cómo las personas y las comunidades se esfuerzan y cómo algunas logran alinear sus valores y principios con las actividades económicas; independientemente de si estaban incluidas o no dentro del mercado ortodoxo. Esto, a su vez, permitió validar la creación y sistematización de modelos pedagógicos basados en las entrevistas y contribuciones recibidas en cada área de conocimiento sobre el campo de estudios contemplados en el manual.
En forma de síntesis compartimos las aproximaciones teóricas y metodológicas clave del proyecto (Meredith y Quiroz-Niño, 2015, siguiendo a Savin-Baden y Howell Major, 2013; y Cohen, Manion y Morrison, 2000):
Un estudio ontológico que busca emanciparse de enfoques reduccionistas y mecanicistas y que está orientado a sensibilizar a las personas respecto a los valores de reciprocidad, confianza y solidaridad. Todo ello con la finalidad de crear una conciencia crítica, dialógica y ecológica respecto al papel de cada individuo, entendiendo éste que su vida está vinculada a la del resto de seres humanos y a la propia naturaleza.
Una etnometodología situacional que permite aproximarnos a cómo la gente toma consciencia y sentido de su propio mundo, a través de prácticas específicas cotidianas y sui géneris de las personas que integran las organizaciones de la economía social y solidaria.
Un interaccionismo simbólico que enfatiza cómo el individuo se constituye en la interacción social y no es posible entender el “yo” sin el “otro”, ni a la inversa y que los grupos y la sociedad se constituyen sobre la base de las interacciones simbólicas de los individuos al tiempo que las hacen posibles.
Resultados del proyecto
La