Ser para crecer. Gabriela Greco

Ser para crecer - Gabriela Greco


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APRENDER?

      ¿QUÉ HACES CON LO QUE APRENDES?

      El aprendizaje tiene una importancia fundamental para el hombre, ya que cuando nace se halla desprovisto de medios de adaptación intelectuales y motores. En consecuencia, durante los primeros años de vida, el aprendizaje es un proceso automático con poca participación de la voluntad, después, el componente voluntario adquiere mayor importancia (aprender a leer, aprender conceptos, etc.)

      Generalmente vinculamos el aprendizaje con educación, pero ¿qué consideramos como tal?

      La educación es el conjunto de conocimientos, órdenes y métodos por medio de los cuales se ayuda al individuo en el desarrollo y mejora de las facultades intelectuales, morales y físicas. La educación no crea facultades en el educando, sino que coopera en su desenvolvimiento y precisión. (Ausubel y Colbs., 1990)

      La palabra educar viene del latín educere , que significa sacar afuera. Es el proceso por el cual el hombre se forma y define como persona. Aparte de su concepto universal, la educación reviste características especiales según sean los rasgos peculiares del individuo y de la sociedad.

      Los métodos de enseñanza descansan sobre las teorías del proceso de aprendizaje y una de las grandes tareas de la pedagogía moderna ha sido estudiar de manera experimental la eficacia de dichos métodos, al mismo tiempo que intenta su formulación teórica.

      La enseñanza resulta así, no solo un deber, sino un efecto de la condición humana, ya que es el medio con el que la sociedad perpetúa su existencia. Por tanto, como existe el deber de la enseñanza, también, existe el derecho de que se faciliten los medios para adquirirla. El Estado es el principal protagonista para facilitar estos medios, por ejemplo, diseña un tipo de ciudadano y otras instituciones, como las familias. Entonces, los títulos profesionales que un adulto va acumulando a lo largo de su vida son relevantes y necesarios para el desarrollo académico y laboral. Son la base para lograr un mejor puesto de trabajo o ascender en las organizaciones donde se desempeña.

      Esta es una posible respuesta a las preguntas iniciales y responde al modelo de APRENDIZAJE VIGENTE: denominado INFORMÁTICO O ACUMULATIVO, que está circunscripto a un modo de pensar.

      Como propuesta de aprendizaje genera la necesidad de acumular información y conocimientos, claves para nuestro desarrollo intelectual e incorporar nuevas prácticas que se ajustan a la demanda social. “Lo único que interfiere con mi aprendizaje es mi educación” afirmaba Einstein. Sin embargo, no necesariamente asegura la calidad de la persona, sus competencias y mucho menos el alcance de sus logros personales.

      ¿Qué sucede cuando no alcanzas tus objetivos? ¿Bajas el nivel de riesgo, de desafíos?

      ¿CÓMO APRENDISTE A ANDAR EN BICICLETA, A CONDUCIR UN

      AUTOMÓVIL y A MANEJAR TU COMPUTADORA?

      Albert Einstein sintetiza en un pensamiento una respuesta posible:

      “Aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información”.

      Existe otro MODELO DE APRENDIZAJE que trasciende el anterior: El MODELO DE APRENDIZAJE TRANSFORMATIVO.

      En este caso el compromiso de la persona es elevar su capacidad de respuesta, el foco no está puesto en conocer más, sino en cambiar y transformarse, es decir, iniciar un proceso de transformación personal.

      ¿Sabías que, en chino, el ideograma escrito para el vocablo “cambio” refleja la combinación de los signos que implican dolor y oportunidad? Desprendernos de convicciones profundamente arraigadas genera una experiencia particular en cada persona, transformarnos mediante el aprendizaje representa así un desafío. Comenzar este proceso interno generará movimientos en el entorno social.

      Transitamos cambios vertiginosos, las estructuras tradicionales están en crisis. ¿Nos alcanzan los conocimientos adquiridos para responder efectivamente y llegar a los resultados deseados?

      Habitamos cómodamente en una zona que denominaremos de CONFORT. Este es un espacio conocido de nuestra existencia, aunque no podríamos asegurar que sea feliz, es el aceptado, el que me resisto a cruzar para no arriesgar esa denominada comodidad, ya que saltar a la siguiente zona, de SUPERACIÓN, genera ciertas conversaciones que, aunque impliquen un progreso personal, las postergo para no vivir, digámoslo así, cierto dolor o incertidumbre dado que no conozco lo que viene, menos aún sus efectos.

      Necesitamos transformar nuestra manera de aprender para posibilitar un nuevo “hacer”.

      Ahora te estarás preguntando:

       ¿Para qué cambiar? ¿Para qué salir de tu espacio de confort?

      - Para abandonar la frustración por lo no alcanzado.

      - Para recuperar la capacidad de aprender.

      - Para superar las brechas que te alejan de los logros buscados.

      Desde este enfoque A. Marchesán define como APRENDIZAJE a la habilidad de soltar: quién estoy siendo para rediseñar “mi ser” y transformarme a una nueva manera de ser que me permitirá “poder más en el hacer”.

      Reconocemos en este modelo DISTINCIONES que le son propias:

      - SABER: los conocimientos, las competencias y la aptitud.

      - Saber HACER: es el rol, la capacidad de acción. La efectividad.

      - SABER SER Y ESTAR: aprender en el sentido de corporizar el PROCESO, para relacionarme con la confianza, el compromiso, la armonía emocional. Alcanzar mi liderazgo, es decir, la relación responsable con el riesgo.

      Estas distinciones definen la evolución del SUJETO/ACTOR. En el modelo tradicional el ACTOR opaca al SUJETO para destacarlo, por ejemplo, al preguntar acerca de la identidad de alguien respondemos su profesión u oficio: docente, electricista, abogado, etc. En la perspectiva transformativa en la que el interés reside en FORMAR AL SUJETO, al SER, se desarrollan las competencias genéricas que empoderen su manera de ser. Y se capacita al actor en competencias técnicas para sus diversos roles.

      Dice Rafael Echeverría (2005):

      La experiencia nos muestra cuántas veces solemos operar presumiendo que sabemos, para luego descubrir cuan ignorantes realmente éramos. Uno de los problemas cruciales del aprendizaje es que muy frecuentemente no sabemos que no sabemos. Y cuando ello sucede, simplemente cerramos la posibilidad del aprendizaje y abordamos un terreno pleno de posibilidades de aprender cosas nuevas, como si fuera un terreno ya conocido. Cualquier cosa nueva que se nos dice, queda por lo tanto atrapada en lo ya conocido o en la descalificación prematura. (p. 48)

      • ¿Basta simplemente con declarar querer aprender?

      • ¿En qué ámbitos consideras que posees conocimientos suficientes o totales?

      • ¿En cuáles crees que ya no puedes aprender?

      • ¿Cómo vives los espacios de incertidumbre?

      • ¿Cómo transitas tus errores?

      • ¿Cuántas veces te ves legitimando o sosteniendo tus opiniones como si fuesen verdades?

       Enemigos del aprendizaje

      Observar los posibles enemigos del aprendizaje permite considerar una sincera apertura al proceso:

      • Enemigo #1. La incapacidad de declarar ignorancia.Ya sé todo sobreel tema. La posibilidad de reconocer que hay temas, hechos, etc. que desconozco, generaráapertura al aprendizaje.

      • Enemigo #2. Querer tener todo claro, todo el tiempo.¿Cuáles son lasinstrucciones?Dar lugar a preguntas sin respuestas permite estar máslivianos en el proceso de aprender.

      • Enemigo #3. Vivir juzgando todo, todo el tiempo.Seguro que es unamoda más y no da resultado.La capacidad de apartarnos de nuestrascreencias predispone una nueva mirada.

      • Enemigo #4. No incluir


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