Gran líder gran maestro. Gary Bredfeldt
funeral que tuvo que dirigir el martes.
La reunión del pastor Brian con Lance tardó más de lo que se esperaba. Lance le dijo que la tecladísta de la banda de adoración había renunciado. Parece que escuchó decir que uno de los ancianos pensaba que las habilidades de ella no eran muy buenas y que como resultado la calidad de la música era inferior. Lance le preguntó a Brian si él podría intervenir y que tratara de que el anciano se disculpara para que la tecladista regresara a su puesto en la banda de adoración. Ese problema definió para el pastor Brian el resto de la mañana ya que tuvo que hacer llamadas al anciano y a la tecladista. Brian se quitó un peso de encima cuando el anciano tomó responsabilidad por sus comentarios y se ofreció a llamar a la mujer y disculparse por sus comentarios ofensivos. Mientras el anciano estuvo de acuerdo con Brian de que los comentarios que él había hecho no fueron sabios, él le expresó la necesidad de hablar acerca de la calidad de la música en las futuras reuniones de ancianos. Él le dijo a Brian que creía de todas maneras que la música debería de mejorar “si es que esta iglesia quiere alcanzar ‘buscadores’.” Brian estuvo de acuerdo que llevaría el asunto a la reunión de ancianos, pero le pidió a este anciano que tratara de arreglar las cosas a corto plazo. Cuando Brian colgó el teléfono sintió que había esquivado una bala que podría haber hecho mucho daño.
Al medio día, Brian tenía una cita para almorzar con Pete, uno de los hombres que estaba tratando de reclutar para liderar el ministerio de grupos pequeños de la iglesia. Se deberían de reunir al medio día en un restaurante local, pero el hombre estaba atrasado por veinte minutos, una tardanza que Brian no se podía dar el lujo. El almuerzo duró poco más de una hora, y la decisión seguía incierta. El líder laico estaba indeciso de tomar un papel administrativo. Dijo que no quería estar empantanado llevando detalles y no poder liderar un grupo él mismo. Brain al menos quedó animado de que Pete oraría sobre tomar la posición y que le hablaría de su decisión después del servicio del domingo.
Eran casi las dos para cuando Brian regresó a su oficina. El había reservado de la 1 a las 3 para trabajar en su sermón. Después había planeado empezar a prepararse para la reunión de ancianos que era el miércoles después de la reunión de oración y estudio bíblico de los ancianos de la tercera edad. Esta iba a ser una reunión importantísima sobre el problema de presupuesto que la iglesia enfrenta desde la construcción del nuevo agregado. Costos imprevistos hicieron que el proyecto fuera más caro de lo estimado, así que habría que hacer un ajuste del presupuesto para poder mantener la iglesia “en negro”. Brian todavía debía revisar el material que le envió el director de la junta de ancianos y revisar los estados financieros del tesorero de la iglesia. Justo en el momento en que Brian iba a empezar la preparación del sermón, sonó el teléfono. Era el director de la junta de ancianos. Quería revisar con Brian los planes para la reunión y además quería preguntarle a Brian “si él había visto el material que él había dejado en su buzón.” Brian no le dijo que no había tenido oportunidad de verlo en detalle. En lugar de eso le dijo que “sí” los había visto. Cuarenta minutos después, la reunión por teléfono había terminado y Brian regresó a la preparación de su sermón. Pero ahora sólo podía pensar en la reunión, así que decidió revisar el material en detalle. Hasta ahí llegó la preparación del sermón. Tendrá que esperar hasta el martes.
Se había hecho bien tarde. Los ancianos estaban en desacuerdo de cómo se debían manejar de los asuntos financieros. Unos estaban increíblemente disgustados de que el comité pro construcción no hubiera hecho un cálculo más preciso del costo del proyecto. Otros pensaban que tener que asumir una mayor deuda aún era una opción inaceptable. Brian trató de persuadir a los ancianos de que era necesario ir a la congregación y pedir una ofrenda especial para ayudar a cubrir los costos. Mucha gente prometería ayudar aliviar la crisis. Un anciano con bastante poder discutía acerca de que la iglesia simplemente debería sacar una hipoteca mayor y tener fe que la colecta de cada mes cubriría ese gasto adicional. Finalmente, por medio de una decisión dividida y en contra de los deseos del pastor, los ancianos decidieron implementar un corte del 20 por ciento en las áreas de presupuesto discrecional. Brian regresó a casa frustrado porque sabía el desánimo que sería para toda la gente laica que trabajaba en muchos programas de la iglesia.
Eran las 11:38 PM cuando finalmente Brian puso la cabeza en la almohada. Pero el poder dormir llegó mucho después. Por treinta minutos estuvo acostado recapitulando el día a su esposa y compartiendo las tensiones de la reunión. Mientras hablaban, contempló hacer su currículo y enviarlo a otra iglesia. Él estaba desilusionado. Pensó que pasaría su tiempo desarrollando sermones, enseñando la Palabra de Dios, y equipando a laicos a hacer el trabajo del ministerio. Pero en vez de eso, su ministerio se parecía más al papel de un ejecutivo o administrador que el de un pastor-maestro.
Brian y su esposa decidieron mantenerse firmes. Después de todo, no es fácil mudar a una familia una vez que esta se ha adaptado, y de todas formas, otra iglesia no necesariamente sería diferente. Como una manera para sobrevivir, Brian decidió leer libros sobre administración y liderazgo. Asistió a un par de seminarios para reorganizar su idea del papel de pastor. Eventualmente, con el tiempo, tomó el papel de director ejecutivo de la iglesia y empezó a administrar la iglesia basado en conceptos que había aprendido en sus lecturas e investigaciones. Pero de alguna manera, muy dentro, sentía que había transigido en algo. Él estaba teniendo éxito como administrador de una iglesia pero fallaba como líder de Dios.
UN CASO DE ESTUDIO EN DEFINIR PRIORIDADES
Una vez, en los primeros días de la iglesia del primer siglo, los líderes-maestros de la congregación de Jerusalén estaban experimentando problemas similares a los que enfrentaba Brian Hill. Ellos también se estaban alejando de la enseñanza de la Palabra de Dios debido a las tareas que siempre demanda administrar la iglesia. Había surgido un problema en la joven iglesia, un problema político y de prejuicio. Intereses de fracción contra los asuntos de valor de necesidad humana. Aunque la iglesia empezó coma la epítome de la comunidad ideal (Hechos 4:32), no mucho tiempo después la comunidad estaba dividida. Los dos grupos que estaban en desacuerdo eran los judíos hebreos y los judíos griegos. Hechos 6:1-7 nos hace un recuento de lo acontecimientos.
1En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. 2Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 3Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; 6a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.7Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.
¿Quiénes eran los hebreos judíos y los judíos griegos, y qué causó la división entre ellos? La desavenencia entre ellos era esencialmente cultural, lingüística, y de demarcación geográfica. Los judíos griegos, conocidos también por judíos helenísticos, hablaban griego y antes habían vivido en la dispensación fuera de Palestina. Sin embargo, en tiempos de paz cuando lo permitió el gobierno romano, se establecieron permanentemente en Jerusalén. En un sentido, eran parecidos a los judíos sionistas quienes, alrededor de principios del siglo veinte, comenzaron a regresar a su hogar, Palestina, o parecidos a los judíos ortodoxos de hoy quienes han emigrado hacia Israel en nuestros tiempos. De la misma manera, a estos judíos del primer siglo, que nacieron en el extranjero se les veía despectivamente por los judíos nacidos en Palestina; estos son, los judíos hebreos, porque tenían un idioma diferente, valores diferentes, y cultura diferente.
Los judíos hebreos se consideraban a sí mismos superiores a los judíos helenísticos. Porque habían nacido en Jerusalén y adoraban en las sinagogas en donde se hablaba arameo y hebreo. Veían a los judíos griegos como ciudadanos de segunda clase. Al estar separados uno del otro, los judíos griegos y los judíos