Procesos urbanos en América Latina en el paso del siglo XIX al XX. Gerardo G. Sánchez Ruiz

Procesos urbanos en América Latina en el paso del siglo XIX al XX - Gerardo G. Sánchez Ruiz


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rel="nofollow" href="#uab9e4aa1-ee1b-5ffd-a113-1559178a1363">POSDATA. ANTE LA IRRUPCIÓN DEL COVID-19 EN LA REGIÓN

       BIBLIOGRAFÍA

      PRÓLOGO

      1. Para posicionar esta sustancial obra del profesor Gerardo Sánchez Ruiz, Procesos urbanos en América Latina en el paso del siglo XIX al XX. Del higienismo al urbanismo, conviene hacer varias consideraciones historiográficas sobre el contexto y el periodo aludidos. En tal sentido valga recordar, en primer lugar, que la distinción entre urban y planning history, consolidada en Europa y Estados Unidos desde la década de 1970,1 ha estado algo desdibujada y postergada en América Latina, donde los medios académicos tardaron más en perfilar tales vertientes historiográficas. La obra de Sánchez Ruiz es muestra de que esa segunda vertiente de “historia urbanística” ha adquirido forma en el medio latinoamericano. En segundo lugar, conviene recordar que, para resaltar la peculiaridad del abordaje del presente libro, debemos mirar otras obras panorámicas y/o comparativas; sin que ello implique desmerecerlos; los innumerables casos de estudio para el periodo entre mediados del siglo XIX y comienzos del XX, escapan lamentablemente de un prólogo como éste.

      En una perspectiva comparativa, la historiografía urbana sobre el periodo previo a la cristalización del urbanismo como quehacer profesional y técnico en América Latina ha mapeado, entreveradamente muchas veces, el crecimiento demográfico y espacial, desarrollo y mejoras de infraestructura urbana. Tal aproximación puede decirse heredera de la agenda de estudios latinoamericanos bosquejada desde la década de 1960 por Jorge E. Hardoy, Richard Schaedel y Richard M. Morse, entre otros pioneros del campo, en la cual coexistían las vertientes de urbanización, ciudad y urbanismo, desde la era precolombina hasta la republicana.2 Con un énfasis morfológico y cartográfico, propio de las obras promovidas en vísperas del quinto centenario del descubrimiento de América, esa tradición se mantuvo hasta, por ejemplo, La ciudad hispanoamericana. El sueño de un orden (1997).3

      A esa agenda se sumaron, en otra vertiente, elementos de historia cultural extraídos del clásico de José Luis Romero sobre Latinoamérica, las ciudades y las ideas (1976), quien dio cuenta de tal período a través de los epónimos episodios de la “ciudad burguesa” y la “ciudad masificada”.4 Ambos momentos han sido concatenados en La aventura urbana de América Latina (2013)5 y Modernización urbana en América Latina. De las grandes aldeas a las metrópolis masificadas (2013),6 entre otros trabajos de la historiografía regional tributarios de la incorporación del imaginario urbano preconizada por Romero.7

      2. La conformación de una “cuestión social” resultante de demandas planteadas en las ciudades más populosas de América Latina, desde finales del siglo XIX hasta la Gran Depresión, ha alimentado un sinnúmero de casos de estudio, aunque pocas obras, como las de Ron Pineo y James Baer, se plantearon una perspectiva comparativa.8 En esta se evidencia la preponderancia adquirida por salud y vivienda, junto a transporte, dentro de esa agenda de entre siglos, resultante de las demandas por parte de nuevos actores urbanos, especialmente obreros, por un lado, y respuestas oficiales y privadas, por el otro, provistas en mucho por médicos e ingenieros.

      Todos esos “científicos” y profesionales, junto a arquitectos y empresarios que lideraron los debates y las obras de transformación y expansión urbana, especialmente durante los centenarios republicanos, pueden ser vistos como protagonistas del “preurbanismo” latinoamericano, si nos acogemos a la fase identificada por Françoise Choay en L’urbanisme, utopies et réalités (1965).

      El valor pionero que para el urbanismo tuvieron los pensadores y profesionales diversos que miraron a la ciudad entre siglos ha sido confirmado en casos de estudios locales o nacionales, más pocas obras panorámicas se han propuesto llevar a cabo un balance de su aporte epistemológico y urbano, como lo intenta hacer este libro de Gerardo Sánchez Ruiz.

      3. Por otro lado, es necesario tener en consideración las aproximaciones de corte más disciplinar y espacializado al periodo que se extiende entre las primeras reformas urbanas a la ciudad poscolonial, sobre la década de 1860, y la emergencia del urbanismo a finales de los años veinte del siglo pasado. Tales aproximaciones se pasean por denominaciones y concepciones previas a la cristalización de la disciplina, tales como arte urbano y estética edilicia, entre otras. Después de los abordajes historiográficos a las capitales latinoamericanas durante la centuria de lo que puede llamarse el urbanismo academicista de proveniencia europea,9 creo que ese periodo de entre siglos puede ser visto como uno de gran riqueza, aunque ha sido explorado de manera fragmentaria, lo cual añade valor a este esfuerzo del profesor Sánchez Ruiz.10

      Antes de los respectivos capítulos dedicados en las obras panorámicas de Ramón Gutiérrez y Roberto Segre,11 las bases territoriales, demográficas y económicas del urbanismo decimonónico fueron caracterizadas tempranamente por Richard Morse y James Scobie.12 Posteriormente Guillermo Geisse desarrolló cierta visión urbanística, a partir de los periodos distinguidos por la teoría de la Dependencia, mientras Hardoy combinó el análisis del crecimiento urbano con las influencias foráneas modeladoras del urbanismo de las grandes ciudades latinoamericanas durante el siglo XX.13 Este último aspecto sería desarrollado por el mismo Hardoy en otro artículo sobre la transferencia de ideas urbanísticas desde Europa entre 1850 y 1930, y la manera peculiar como fueron aplicadas en las grandes capitales latinoamericanas.14 Posteriormente traducido al inglés, ese texto puede decirse seminal, no sólo porque introdujera en la región uno de los grandes temas de la planning history contemporánea, sino también porque prefiguró una serie de monografías que parecieron desarrollar sus directrices a propósito de diferentes figuras y casos de estudio.15

      En esta última dirección, las propuestas urbanísticas, arquitectónicas y paisajísticas para diferentes ciudades latinoamericanas, elaboradas por luminarias como Joseph Bouvard, Jean-Claude Nicholas Forestier, Le Corbusier, Karl Brunner y Maurice Rotival, entre otros pioneros extranjeros, han sido revisadas en estudios comparativos compilados en libros y revistas desde la década de 1990. De igual manera ha ocurrido con precursores de los urbanismos locales y nacionales, cuyas trayectorias y obras coinciden con la fase propuesta en este libro. Tan sólo a manera de ejemplos, resaltan Miguel Ángel de Quevedo y Carlos Contreras, en México, junto a Carlos Sampaio y José de Oliveira Reis en Río de Janeiro.

      Distintas de las biografías profesionales predominantes en las anteriores tendencias, también deben ser mencionadas las aproximaciones a la emergencia, en los contextos nacionales, del urbanismo profesional a partir de los cambios de finales del siglo XIX, cimentados por los pioneros locales, tal como ha sido adelantado para Argentina, Brasil, Cuba, México y Venezuela, entre los casos que conozco.

      4. Combinadas ahora en un trabajo panorámico, en esas revisiones de contextos nacionales y pioneros locales estriba una de las mayores contribuciones logradas por el doctor Sánchez Ruiz en esta obra. En esa dirección apuntaban ya sus publicaciones previas para el caso mexicano, tales como Precursores del urbanismo en México (2013). Ello junto a sus ediciones y contribuciones para los trabajos de los pioneros de Miguel Ángel de Quevedo y Carlos Contreras, o las famosas Pláticas sobre arquitectura de 1933, las cuales ya había yo consultado para mis propias investigaciones y cursos.

      Apoyándose en esas revisiones nacionales y locales, Sánchez Ruiz articula una hoja de ruta del tránsito del higienismo al urbanismo en América Latina —como lo proclama desde el título mismo— a lo largo del cual el Estado se hizo cada vez más presente, tanto desde el nivel nacional como en el local. Pero como, obviamente, el urbanismo surge del entrecruce de las preocupaciones sanitarias con las habitacionales, en medio de cambios en el diseño urbano y el paisajismo, el autor termina incorporando aspectos de estos otros componentes disciplinares.

      Circulantes


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