La censura de la palabra. José Portolés Lázaro
href="#ulink_8eb27a72-8969-5edd-887d-0cfb29852c2f">4. Auer (2007), Giles et al. (2007), Moreno Fernández (2012: 33-34 y 238-240).
5. Bourdieu (2001: 116).
6. Muchos latinoamericanos dirían: «Permiso».
7. Goddard y Wierzbicka (2000: 339-342).
8. «Para probar el delito de herejía en el Santo Oficio se admiten al hijo contra el padre y al padre contra el hijo, a la esposa contra el marido y al marido contra la esposa, al siervo contra el amo y al amo contra el siervo» (E. Masini [1621], cito por Mereu, 2003: 203).
9. Shentalinski (2006: 303).
10. Sperber y Wilson (19952).
11. Esta canción volvió a hacerse popular en la Nicaragua del dictador Somoza con la misma intención. Disponible en línea: <http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_4687000/4687080.stm>.
12. Los inquisidores eran conscientes de estos cambios de opinión de acuerdo con las circunstancias. En el siglo XVI se recurría a la expresión malitia temporum para justificar el rigor censorio con obras que habían sido permitidas. En los nuevos «malos tiempos» no se podía leer, como se había hecho anteriormente, el Decamerón sin expurgar (Vega, 2012: 30-31).
13. Durante la dictadura franquista, «los estrenos de Buero [Vallejo] eran escuchados con extraordinaria atención y un espectador que hubiera caído de la estratosfera o de un país con más libertad de expresión y que desconociera totalmente la situación española, se quedaría asombrado ante momentos en que el público aplaudía interrumpiendo el hilo de la acción, ante las sonrisas de inteligencia que provocaban ciertas alusiones, ante el énfasis de los actores al pronunciar determinadas frases. Se estaba representando una obra de teatro, es verdad, pero, a la vez, se estaban difundiendo secretos a voces que no se podrían decir de otro modo» (Sánchez Reboredo, 1988: 30).
14. Moreno Fernández (2012: 51).
15. Abellán (1982) identifica censura con censura previa oficial: «Por censura hay que entender el conjunto de actuaciones del Estado, grupos de hecho o de existencia formal capaces de imponer a un manuscrito o a las galeradas de la obra de un escritor –con anterioridad a su publicación– supresiones o modificaciones de todo género, contra la voluntad o el beneplácito del autor». Larraz (2014: 22), después de revisar distintos conceptos de censura, también se centra en la censura previa oficial y considera que «implica la existencia de un cuerpo legislativo o, al menos, de unas normas de actuación, de unos criterios que determinen qué texto es publicable y cuál no lo es. Su objetivo es la protección de un régimen político y, más concretamente, de los fundamentos y discursos que lo justifican». Darnton (2014: 235), por su parte, la amplía a toda la censura estatal, tanto anterior a la publicación como posterior.
16. Briggs y Burke (2002: 100). No obstante, hay asuntos en los que lo religioso y lo político se mezclan, por ejemplo, la autoridad o no del Papado sobre los reyes. En otros casos, como en la sublevación catalana de 1640, se utilizó la Inquisición para castigar como heréticos aquellos textos –v. gr. Proclamación católica de Gaspar Sala– que presentaban a catalanes y franceses como pertenecientes al pueblo escogido por Dios y a los castellanos como sus enemigos (Peña Díaz, 2015: 141-164).
17. El Papado comenzó a utilizar el método inquisitorial a finales del siglo XII y comienzos del XIII. Su nombre se debe a que, en el procedimiento inquisitivo, el mismo juez «inquiría» –es decir, investigaba, buscaba, examinaba– y dictaba sentencia. El inquisidor era, pues, acusador y juez. Por otra parte, actuaba no necesariamente a instancias de una parte sino motu proprio (Mereu, 2003: 175-245; Martínez Millán, 2007: 47 y ss.). Con los antecedentes de la Inquisición medieval francesa y ya en la Edad Moderna, la Inquisición española nace el 1 de noviembre de 1478 con una bula del papa Sixto IV a petición de los Reyes Católicos y perdura hasta el 15 de julio de 1834, con dos breves paréntesis en las épocas liberales –de 1813 a 1814 y de 1820 a 1824– (Martínez Millán, 2007: 184-190). La romana –Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición– se origina con la bula Licet ab initio del papa Paulo III en 1542 y toma como ejemplo la española (Mereu, 2003: 58 y 76). Dentro de los cambios propios del Concilio Vaticano II, el 7 de diciembre de 1965 el papa Pablo VI sustituyó el Santo Oficio romano por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Se trata de una institución de menor rango. De acuerdo con Burke (2002: 185), la censura protestante de los comienzos de la Edad Moderna no era más tolerante que la católica, sino menos efectiva por encontrarse fragmentada en diferentes Iglesias.
18. Para la organización inquisitorial española, tuvieron especial importancia las Instrucciones nuevas (1561) promulgadas por el inquisidor general Fernando de Valdés, que configuraron su derecho procesal (Tellechea, 2003: 309; Martínez Millán, 2007: 129).
19. La Inquisición española inspeccionó librerías desde 1530, visitó navíos desde 1553 y desde 1550-1551 se ocupó de que no se embarcaran en Sevilla libros prohibidos para las Indias (Reyes, 2000, I: 143, Pérez García, 2006: 159-160).
20. Aunque el número de miembros de un tribunal inquisitorial no fue siempre el mismo, no sumó nunca menos de quince personas (Martínez Millán, 2007: 218).
21. Se corresponderían con los «lectores especialistas» de la censura franquista (Ruiz Bautista, 2015: 64); si bien, los calificadores no atendían únicamente a escritos sino a cualquier prueba sospechosa de herejía (Maqueda, 1992: 214).
22. Kamen 20042 (139 y ss.), Martínez Millán (2007: 192 y ss.).
23. Pinto (1983), Pardo (1991: 26-27), Escudero (2005), Peña Díaz (2015: 22).
24. Se cita también por sus siglas GFW –Great Firewall– o GFFW –Great Focking Firewall–. El término se creó en 1997 en la revista Wired (Morozov, 2012a: 78).
25. Castells (2009: 371), Morozov (2012a: 180), Feng y Guo (2013), King et al. (2013).
26. Donohue (2004: 22-23). La Licensing Act de 1737 ordenaba que el empresario teatral enviara al Examiner of Plays de la oficina del Lord Chamberlain para su aprobación todas las obras nuevas, adiciones o antiguas obras –incluidos