El bautismo del diablo. Clifford Goldstein
elementos que ocurran en todas las investigaciones pero que no aparezcan en otras partes”.16 De acuerdo con Feyerabend y otros, no existe el “método científico”. Es un mito, similar a Pie Grande o el monstruo del Lago Ness.
Además, si alguien cree que la ciencia sí explica la realidad, ¿qué implicaría una explicación apropiada? ¿Hasta dónde tiene que ir la ciencia antes de que podamos tener una explicación completa de “el revestimiento del mundo”?17 Debido a que todo en el mundo natural está compuesto de entidades atómicas y subatómicas ¿no nos quedamos cortos al entender la biología, la astronomía, la psicología o cualquier cosa hasta que podamos analizar, predecir y extrapolar las acciones del leptón, los mesones y los cuarks en todo lo que estudiamos, ya sean cuásares o neuronas?
Según escribió el químico Michael Polanyi, “la biología actual se basa en la suposición de que se pueden explicar los procesos de la vida en términos de la física y la química, y por supuesto que la física y la química pueden ser representadas en términos de las fuerzas que actúan entre las partículas atómicas. Entonces, toda la vida, los seres humanos y todas las obras del hombre, incluyendo los sonetos de Shakespeare y Crítica de la razón pura de Kant, también se representan allí. El ideal de la ciencia [es] reemplazar todo el conocimiento humano por un conocimiento completo de átomos en movimiento”.18
Leon Wieseltier expresó: “Imagina la explicación científica de un cuadro (un desglose de las cerezas de Chardin en los pigmentos que lo componen) y un análisis químico de cómo su mezcla produce las tonalidades sutiles y resonantes por las cuales son admiradas. Dicho análisis explicará todo, excepto lo que más necesita explicación: la calidad de belleza, que es la razón en nuestra contemplación del cuadro”.19
Además, si la ciencia es tan buena para llegar a la verdad, ¿por qué la verdad cambia tan a menudo? “Si el paisaje histórico es desechado con las ideas teológicas que se descartan, también es desechado con las científicas”,20 escribió Gary Ferngren. ¿Por qué los descubrimientos de la ciencia, los resultados del “método científico”, a menudo se contradicen entre sí? No estamos hablando solo de especulaciones contradictorias sobre los 1 x 10-43 segundos luego del Big Bang, sino de las cosas sujetas a experimentación y observación de tiempo real. ¿Por qué los científicos, usando el mismo “método científico”, mirando la misma realidad, a veces usando los mismos instrumentos, llegan a diferentes conclusiones sobre lo que observan?
Hay miles de otras preguntas que permanecen sin respuesta. ¿Cómo sabemos si una teoría científica es correcta, en especial cuando algunas teorías enseñadas como dogma luego han sido descartadas? ¿Por qué las certezas científicas del pasado no son las mismas que las del presente? Y ¿podrá ser que alguna de las actuales verdades científicas ex cátedra no serán algún día ridiculizadas y tomadas como mitos, como lo son hoy algunas de las verdades ex cátedra del pasado?
Incluso un aficionado a la ciencia pura como Michael Shermer admite: “Todos los hechos en la ciencia son temporales y están sujetos a los desafíos y el cambio; como consecuencia, la ciencia no es una ‘cosa’ per se, sino un método de descubrimiento que conduce a conclusiones temporales”.21
Después de todo, ¿cómo se obtienen estas conclusiones temporales? ¿Cómo hacen los científicos para probar o refutar una teoría? ¿Qué es una teoría científica en oposición a una pseudocientífica? ¿Por qué teorías opuestas, muchas veces, pueden llegar a predicciones precisas, o por qué teorías que se creen erróneas, sin embargo, pueden lograr predicciones correctas? ¿Qué suposiciones deben expresarse para hacer ciencia, y cómo sabemos que esas suposiciones son correctas? ¿Qué otros factores (personales, políticos, sociales y monetarios) ejercen influencia sobre esas suposiciones y, por consiguiente, sobre las teorías que las forman? Hay un refrán popular que expresa: “Dime quién pagó la investigación y te diré cuáles son los resultados”. Se trata de una broma pero, como todas las bromas, lleva algo de verdad. Además, ¿cómo es posible que la tecnología exitosa se pueda basar en teorías científicas que ahora se cree que son erróneas?
La ciencia ha creado material increíble, y ¿quién puede discutir que la ciencia ha dado a los seres humanos nuevas visiones deslumbrantes del mundo (o al menos, de lo que vemos del mundo)? ¿Quién puede dudar del progreso, la utilidad y el éxito de la ciencia en tantos aspectos prácticos de la vida humana? Y la tecnología que ha surgido a partir de la ciencia, que sigue surgiendo y que continuará surgiendo, ha deslumbrado, deslumbra y continuará deslumbrando en el futuro. A cierto nivel, podemos entender fácilmente la declaración de que la ciencia es el mayor logro intelectual de la humanidad.
Sin embargo, aun así, la ciencia es, de manera inevitable y necesaria, un esfuerzo humano influenciado, inclinado y distorsionado por las influencias, las inclinaciones y las distorsiones que califican a todas las creencias. Hay una idea permanente de que la ciencia se encuentra en un lugar de Arquímides, lo que Thomas Nagel ha llamado “la vista desde ningún lado”22 y que, como resultado, nos da una ventana objetiva sobre lo real. Eso es un mito, tanto como que Rómulo y Remo fueron alimentados por una loba.
La ciencia es una empresa histórica. Se desarrolla en el tiempo y a lo largo de la historia, y como tal, se ve afectada por la cultura y la sociedad en la que se la practica. Los conceptos, las teorías y las suposiciones científicos están inseparablemente unidos a la cultura, la historia y el lenguaje, porque los científicos también se encuentran inseparablemente unidos a la cultura, la historia y el lenguaje. Terry Eagleton expresó, en un seminario en la Universidad Yale: “La ciencia, al igual que cualquier otra empresa humana, está impregnada de prejuicios y parcialidad, sin mencionar las suposiciones injustificadas, las inclinaciones inconscientes, las verdades que se dan por sentado y las creencias demasiado cercanas como para ser objetivas. Al igual que la religión, la ciencia es una cultura, no solo una serie de procedimientos e hipótesis”.23 Por consiguiente, todo lo que los científicos experimenten, o piensen que experimenten, viene filtrado por todas las cosas que filtran el conocimiento humano.
“Lo que la ciencia dice que es el mundo, en cierto punto, se ve afectado por las ideas, elecciones, expectativas, prejuicios, creencias y suposiciones que se presentan en ese momento”, escribieron los filósofos de la ciencia Peter Machamer, Marcello Pera y Aristides Baltas.24
Ciencia y fe
Las preguntas sobre cuán precisamente la ciencia puede expresar la verdad, o incluso si puede hacerlo, o qué significa expresar “la verdad”, se hacen especialmente pertinentes en el tema de la fe y la ciencia. Una gran cantidad de libros de los “nuevos ateos”25 retratan la relación entre la fe y la ciencia como enemigos irreconciliables: uno de ellos, la ciencia, es la búsqueda objetiva de la verdad; la otra, la fe, es la promulgación de la superstición y la ignorancia. Sin embargo, esta dicotomía es una distorsión, casi una caricatura. La filosofía natural, o “ciencia”, rara vez ha entrado en conflicto con la fe. Muchos de los primeros gigantes científicos (Copérnico, Kepler, Galileo, Newton) creían en Dios y no vieron su trabajo como algo que negara su fe. “El principal objetivo de todos los investigadores del mundo externo debería ser descubrir el orden racional y la armonía que Dios ha impuesto y que nos ha revelado en el lenguaje de las matemáticas”26, escribió Johannes Kepler.
Ian G. Barbour también expresó: “Los ‘virtuosos’, así como se hacían llamar los científicos de la segunda mitad del siglo XVII, eran hombres religiosos, principalmente de trasfondo puritano. La Carta de la Sociedad Real instruía a sus colegas a dirigir sus estudios ‘para la gloria de Dios y en beneficio de la raza humana’. Robert Boyle dijo que la ciencia es una tarea religiosa, ‘el descubrimiento de la obra que Dios ha desplegado en el Universo’. Newton creía que el Universo da testimonio de un Creador Todopoderoso”.27
Aunque se han peleado algunas batallas (ver capítulo 2), la visión común de la ciencia en constante conflicto ha sido bastante exagerada. Colin A Russel escribió: “La noción de hostilidad mutua [entre la ciencia y la religión]