Reportajes. Gonzalo Arango

Reportajes - Gonzalo Arango


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nadaístas. Sin embargo, no se trata de un calembour para molestar a la gente. Por el contrario, mi diferencia constante con los nadaístas es que creo profundamente en los valores de la cultura, creo en la inteligencia, y mis combates a muerte con la mediocridad, las mentiras y ficciones culturales, los falsos mitos, y las apologías ridículas y lugareñas de nombres inexistentes, siempre tienen el mismo fin: preservar los verdaderos valores postulados por la verdadera inteligencia”.

      EL MONJE LOCO

      Con fondo de una misteriosa música electrónica, el escritor nadaísta Elmo Valencia disertó noventa minutos durante su conferencia titulada “Inseminación artificial en Marte”. Fue una conspiración matizada de humor negro, ciencia y ficción, afirmación de un nadaísmo como literatura revolucionaria.

      Dijo Elmo, entre tantas verdades, estas locuras:

      “Yo creo más en la poesía que en un cheque girado para comprar conciencias, y encuentro más belleza en un grillo cantando el himno nacional que en el sonido dodecafónico de una fábrica de tornillos”.

      DIÁLOGO ENTRE EL POETA Y EL POLICÍA

      “¿Cómo era Colombia antes del nadaísmo? Tímida, colonial, indiferente, clerical. Colombia, la de las esmeraldas y el pan amargo. A pesar de todas las locuras que hemos hecho, si hay alguien a quien juzgar es a ti. ¿Te acuerdas del incidente que me pasó en Bogotá antes de partir para Islanada? Estaba frente a una vitrina cuando oí una voz que me dijo:

      —¿Qué hace usted ahí?

      Me sabía de memoria la pregunta. Para esa pregunta no había respuesta valedera. Luego sentí unos pasos a los cuales también estaba acostumbrado. El tacón hacía unos ruidos secos mientras los pasos se arrastraban. Miré las botas. Apareció después la punta del revólver, luego el kepis.

      —¿Qué hace usted allí? –volvió a decirme el policía.

      —Estoy mirando –dije.

      —¿Hacia dónde? –preguntó.

      —Hacia adelante –contesté.

      —No le creo –dijo el policía.

      —Está bien –dije yo.

      —He dicho que no le creo –repitió.

      —He dicho que está bien –le respondí.

      —Usted miraba hacia atrás, ¿no es cierto?

      —No, señor, miraba hacia adelante.

      —Allí está lo grave, que usted miraba hacia adelante –dijo el policía.

      Terminé por comprender que mi modo de mirar hacia adelante, hacia el futuro, atentaba contra el orden establecido y contra la moral, porque para decir la verdad lo que estaba mirando en la vitrina no era otra cosa que un maniquí exhibiendo un brasier”.

      SEÑOR PRESIDENTE: YO EXIJO PARA EL NADAÍSMO LA CRUZ DE BOYACÁ

      Para terminar su desabrochada conferencia, El Monje Loco declaró: “Ya no estamos tan locos como antes. Han llegado hasta a invitarnos a Cuba, y no a cortar caña, ni a poner nuestras barbas en remojo, sino como representantes del nadaísmo en la vanguardia literaria de América. Por lo cual le vamos a exigir muy comedidamente al señor Presidente de la República que nos otorgue la Cruz de Boyacá. Pues si a esos peludos trovadores que llaman Los Beatles la Reina Isabel les otorgó la flamante Orden del Imperio Británico, nosotros los nadaístas de Colombia merecemos la Cruz de Boyacá, no porque nuestro movimiento le haya traído divisas al país, sino para que al sentirse insultados, ciertos caballeros de la ‘Orden del Bramadero’ devuelvan sus condecoraciones, y el Banco de la República, en una prueba más de su espíritu devaluador, las convierta en chatarra y la entronice como arte de vanguardia en el Museo del Oro”.

      J. MARIO: EL NADAÍSMO A LA LUZ DE LAS EXPLOSIONES

      Este gran joven es un predestinado al dulce nombre de Jesús. Cristiano por la gracia de Jesús Nazareno. Vino al mundo por la gracia de don Jesús Arbeláez, sastre. Y ahora es el benemérito director de la Galería La Nacional, gracias a ese mecenas de la cultura caleña, don Jesús Ordóñez, quien ha fundado dos librerías “nacionales”, únicas en su género en Suramérica. Jotica, como tiernamente le dicen los nadaístas, fue codirector del Festival de Vanguardia, que tuvo su sede en la galería que dirige. La noche de su conferencia atestó el sótano, los pasillos, los rincones de la inmensa librería. Su voz insurrecta tronó por un parlante hasta las estrellas del cielo raso sobre el parque Caicedo.

      Ni sí… ni no... “El nadaísmo nació en medio de una sociedad que, si no había muerto, apestaba. Apestaba a cachuchas sudadas de regimiento; apestaba a factorías que lanzaban por sus chimeneas el alma de los obreros; apestaba al pésimo aliento de sus discursos; apestaba al incienso de las alabanzas pagadas; apestaba a las más sucias maquinaciones políticas; apestaba a cultura de universidad, a literatura rosa, a genocidios, a miseria, a torturas, a explosiones, a plebiscitos, a pactos, ¡apestaba a peste!”.

      “Entonces un grupo de jóvenes dejó su Coca-Cola a medio tomar para gritar: ¡Basta!… Basta de trampas, de suciedades, de asesinatos, de cultura sanforizada, de academismo sagrado, Jesucristo tenía más madera de Dios que la Cruz, no nos vengan con fusiles para servir a la patria. Napoleón era un enano, la cultura no es dos más dos cuatro, ni Cristóbal Colón descubrió a América, ni el átomo se parte en dos de la tristeza, ni las cataratas del Niágara son una maravilla, ni Cuba capital La Habana, ni H2O es la fórmula del agua tibia, ni Colombia es una tierra de ‘leones’. ¡Ni sí… ni no!”.

      EL STRIPTEASE DE LO PROHIBIDO

      De la conferencia de Gonzalo Arango –modestia aparte–, mejor callar. Son testigos más de mil caleños, el batallón de policías que acudió a preservar el orden público poético, y los vidrios de La Nacional que tuvo que reponer el señor Ordóñez. Mejor que el silencio, que hablen las palabras…

      SOMOS PROFETAS PLANETARIOS

      “El nadaísmo es la Ilíada de la era atómica. Somos Ulises navegando en cohetes. Somos profetas respirando los aires radiactivos de las revoluciones nucleares. Se nos critica que no estamos parados en la tierra, y tienen razón: nosotros estamos parados en el cosmos. Nuestras barbas son antenas detectando planetas, conspiraciones de dioses. Somos los héroes del celeste imperio. Hemos abierto para el hombre nuevo los dominios de una nueva era en el cosmos de la conciencia. Este dominio del hombre en el infinito es un milagro. El hombre ya no es un animal terrestre, sino un astro planetario. Se instala en la Luna, en Júpiter, tales sus conquistas colosales. Y a la hora de la Tierra, que es la hora del amor, abdica su celeste poder en los cielos azules de dos ojos de mujer”.

      LA ESSO REABRIÓ SU CONCURSO SIN MODIFICACIONES

      “Queremos hacer un llamado a todos los escritores nacionales para que se abstengan de participar en los futuros certámenes de novela, pues bajo estas presiones ya no será un honor ganar un premio que equivale a un vergonzoso salario de humillación y de infamia. Si la Academia se vende en dólares a la Esso, nosotros, que somos la literatura, no nos vendemos. Que sigan reeditando las babas del folclor, del romanticismo y la literatura para ángeles. Nosotros seguiremos sumergidos en nuestras alcantarillas haciendo un arte subterráneo, en las cloacas donde la vida se gesta como en un vientre, en esa oscuridad donde se forjan las conspiraciones. Entonces sí vamos a barrer con las sombras, porque la luz será cegadora”.

      “Apelamos a una solidaridad total entre los escritores para demostrar con nuestra ausencia en el concurso una protesta que significaría una afirmación de nuestra dignidad estética y nuestra dignidad moral; un respeto insobornable por la libertad, y un orgullo de ser lo que somos: ¡escritores, y no papeles negociables! Quienes colaboren


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